lunes, 29 de junio de 2009

La inscripción SATOR AREPO


Post por cortesía de Toninicasanipasta.


El post sobre los graffittis pompeyanos, publicado recientemente, me hizo recordar la historia de una curiosa inscripción que creo será interesante para todos...

La inscripción SATOR AREPO TENET OPERA ROTAS

Estas cinco palabras, las cinco de cinco letras cada una, suelen encontrarse en inscripciones con forma de cuadrado. De hecho, se trata de un cuadrado mágico por poder leerse de izquierda a derecha, de derecha a izquierda, de arriba a abajo y de abajo a arriba, siempre dando lugar a esa frase de oscuro significado:

SATOR
AREPO
TENET
OPERA
ROTAS

La traducción aproximada sería algo así como "el sembrador Arepo (sator Arepo) mantiene (tenet) las ruedas con destreza (opera rotas)" o bien "el sembrador Arepo toma con cuidado el arado", o también "el sembrador, en su carro, dirige con destreza las ruedas", entendiendo "arepo" como una palabra de origen celta, con un significado similar al de "carro". Pero dado el poco significado de esta frase, parece más bien que se trate de un simple juego pseudomatemático donde se juega con las palabras y el orden. Eso podria parecer, puesto que el nombre Arepo parece más una invención de este juego de palabras antes que un nombre, producto de darle la vuelta a la palabra OPERA.

Evidencias arqueológicas

Hasta ahí, no parece nada más que eso, un juego de un ciudadano de una clase media-alta, con capacidad de leer, escribir y algo más. Pero nadie puede negar que hay algo raro en semejante cuadrado mágico. Veamos la lista de cuadrados SATOR AREPO... que se han hallado en contexto arqueológico:

* Herculano, en una columna del foro. Como muchos sabeis ya, Herculano es una pequeña población romana situada en la región de la Campania italiana, que quedó sepultada por un rio de barro hirviendo el dia 24 de agosto del año 79 d. C. Esta fecha es realmente precisa y muy a tener en cuenta, puesto que el "sello" de barro y cenizas volcánicas no dejan dudas sobre su datación "ante quem" (antes de... entendiéndose que la datación es de antes del 79 o del mismo 79).

* Pompeya. Más de lo mismo.



* Corinium, la actual Cirencester, en Inglaterra. Grafito encontrado el 1868 en un revoque de una casa datada entre los siglos II y IV.


* Dura Europos, Siria. Fué abandonada hacia mediados del s. III.

* Manchester. En su museo se conserva otro de estos cuadrados mágicos.


* Duomo de Siena, en la pared.


* En el pavimento fuera de la iglesia de los caballeros en La Valetta, en Malta.


* ... y un largo etcétera de ubicaciones.


¿Tiene algún significado oculto?

Como podemos ver, las primeras cronologias son del s. I.

Interesante.

Pero más interesante aún es su significado oculto a los ojos de los no entendidos. Me explico:

"Entre 1924 y 1927, tres eruditos descubrieron, independientemente, que las letras podían ser rearranjadas en forma de cruz (Chr. Frank, Deutsche Gaue 25 (1924), 76; F. Grosser, "Ein neuer Versuch zur Deutung der Sator-Formel", Z.N.W. 24 (1926), 165ff.; S. Agrell, "Runornas talmystik och dess antika förebild", Skrifter utgivna av Vetenskaps-Societen i Lund 6(1927), 31f.)." Ver post

Esto se comprenderá mejor si vemos la siguiente imagen:



Increíble. Reordenando las letras podemos componer una cruz creada con dos Pater Noster y dos A y O (es decir, alfa y omega, por aquello de "yo soy el principio y el fin", Apocalipsis 1,8 21,6 y 22,13).

Los símbolos de los primeros cristianos

Resulta que tenemos escondido en este cuadrado uno de los primeros indicios de un oculto cristianismo en bastantes lugares del imperio, muy alejados entre sí. Esto, lejos de ser una divertida casualidad, debe ayudar a comprender el cristianismo de los primeros tiempos:

Muchos han intentado encontrar un significado al lema, algo así como que se trata de una alegoría de Dios y el trabajo, o la abundancia a través del trabajo, o bién otros significados poco acertados. Personalmente me limito a entenderlo como un signo de reconocimiento entre cristianos que formarian parte de una religión con gran parte de misterio. Y no me refiero tanto al misterio en sí como a los "misteria" o ritos de origen oriental, según los cuales se revelaba a los iniciados algún misterio para hacerlos entrar en su círculo religioso.

Se ha sugerido también que el significado oculto de ese cuadrado mágico, bastante difundido en Italia por allá en la Edad Media, habría sido conocido por los templarios, aunque también es posible que se fuera transmitiendo como simple juego de palabras. Pero todo esto entra ya en el campo de la especulación y de la onírica, donde yo suelto ya vuestra mano y os dejo soñar libremente.

Toninicasanipasta

La nueva forma de entender la historia

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LEVI

viernes, 26 de junio de 2009

Nuestra idea del mundo.

Nuestra mente crea la cosa por sí misma. Cada hombre tiene su propia sensación, no idéntica
a la de otro, sino que semejante. Cada centro de la vida consciente tiene su propia visión del contorno, a la cual registra e interpreta, según sus modificaciones y con una modalidad única.
La adapta a la forma de su propio intelecto. Esa situación hace que cada uno tenga sus propias
características de espacio y tiempo. Así se concibe el propio mundo experimentado.

Detrás de nuestra mente está la Mente Universal. Su estímulo es la base que está detrás de nuestra forma de pensamiento de una cosa, y es lo que la incita a vivir. Ella piensa sus ideas "dentro" de nuestra mente, es por eso que nuestra facultad creativa, es independiente sólo a medias. El pensamiento de la Mente es el primer responsable del mundo. El mundo es originariamente un producto de Ella, y sólo secundariamente un producto de nuestra mente por un proceso de reflejo. Nosotros no proyectamos el estímulo original. Ese reflejo es posible, porque cada pequeño círculo de una mente singular, está contenido en el círculo de mayor tamaño de la Mente que lo contiene todo. Cada individuo recrea en su propia consciencia la idea reflejada en ella por esa Mente.

La mente humana no es totalmente pasiva a la recepción de las ideas de la Mente Universal. La causa de las ideas de la mente humana está en parte en sí misma y en parte en la Mente. Quien provoca la existencia de nuestra imagen del mundo es Ella, la actualización es nuestra. Cada uno de nosotros, según sus propios límites, contempla el escenario universal. La Mente a través de nosotros, capta su idea del universo de una manera ilimitada.

Nuestra concientización del mundo externo se debe a ese elemento que está presente en las mentes individuales. De otra forma no podríamos responder a su estímulo, ni percibiríamos que las cosas están en el espacio y que se mueven en el tiempo. Si esto cambiara por un solo instante y si la Mente Suprema interrumpiera su actividad ideativa e imaginativa, el universo y todos sus seres conscientes desaparecerían. Ella está presente en todo momento y en todo lugar, y puede perpetuamente sustentar la existencia del universo, en las percepciones de todas las criaturas que lo habitan.

El universo es creado desde el interior de la mente de un hombre y no desde afuera. La facultad que lo produce es inconsciente al hombre, pero está allí. Sólo somos conscientes de nuestras propias ideas, nuestra percepción de las cosas está representada siempre por figuras mentales. La Naturaleza es una idea nuestra. Estas ideas no son las únicas que realmente experimentamos, no son sólo nuestras nociones de objetos materiales independientes, totalmente ilusorias, sino que, principalmente, esos objetos no poseen existencia actualizada, independiente de nuestras mentes. Esta existencia es en parte la Mente Universal y en parte su pasado oculto. La fuerza de su irrupción corresponde a la energía del hechizo soportado por el hombre. Los antiguos videntes asiáticos, denominaron "maya" al universo, lo que traducido equivale a “ilusión”.

Las ideas son fuerzas latentes de la Mente y constituyen un sistema auto activo. Toda impresión de este tipo se actualiza simultáneamente por el mero hecho de ser pensado en términos espacio-temporales: es, entonces, el objeto llamado material. La idea se presenta como una cosa debido a que ha sido re-pensada y re-sustentada en la Mente Universal. El mentalista acepta la existencia del objeto, pero niega su materialidad, separación o independencia de la idea. Afirma que ese objeto es sólo la idea de él. Cosa y pensamiento son indivisibles, porque nunca conocemos la cosa en sí sino sólo la idea. La mente es su propio espectador y espectáculo, experimentador y cosa experimentada.

La visión interior consiste en comprender que nada hay en el mundo que no sea Mente. La materia es una característica de nuestro modo de pensar la naturaleza. Las leyes de la Naturaleza material son sólo las leyes que gobiernan las apariencias y cambios de la forma de la Mente Universal. Este hecho existe en el interior de la mente y sólo allí.

De lo consciente a lo inconsciente
El cerebro es la porción tangible del cuerpo, surcada por circunvoluciones de materia gris y blanca, ubicada dentro de la caja craneana. La consciencia es la suma total de la variada serie de impresiones sensoriales, percepciones, pensamientos, sentimientos, imágenes, ideas, intuiciones y recuerdos que conocemos como propias y que no se pueden evidenciar por medio de la disección con bisturí. La consciencia es un "conocimiento" de un principio inmaterial: la mente es la luz del cerebro. La luz hace visible las cosas, pero ella es invisible. La percibimos detrás de nuestras diversas experiencias, porque ella es en sí invariable.

La experiencia del mundo, cuando se la rastrea hasta sus orígenes, se arraiga como una idea
en la consciencia. Sólo la existencia previa de la mente, hace posible la consciencia de la idea corporal. La consciencia está fuera del alcance de la percepción sensorial. Siempre piensa en algo, porque nunca está vacía. La vida mental no se agota en una forma particular de vida consciente. Este tipo de consciencia es un "estado" de la mente que incluye la posibilidad de disiparse.

La mente es la materia prima de todos nuestros pensamientos particulares e ideas corrientes. Todos los pensamientos son virtuales en la mente y actuales en la consciencia. Todo pensamiento hace una tácita referencia a lo que está más allá de la consciencia. Conocemos a la mente a través de los pensamientos que son su producto y a través de la consciencia que la mente lanza atravesando su vacío aparente. Sabemos que está presente por el efecto que produce. El primer efecto es la auto consciencia, el primer resultado es la consciencia del mundo y la primera actividad es el pensar.

La memoria
La memoria es una facultad de un gran valor inmaterial, que no ponderamos debidamente. Se debe a que la existencia de la mente es ininterrumpida. Los recuerdos son imágenes mentales de formas de pensamientos recuperados desde el pasado que vuelven a surgir y que proceden de nosotros mismos.

Tiene que haber un eslabón que comunique los estados conscientes actuales y los pasados, ese eslabón es la propia mente. Debe haber un estrato de esta mente, muy profundamente debajo de la consciencia común en el cual los recuerdos se conserven. La existencia de la mente es el contacto con el pasado, que nos vuelve nuestro recuerdo personal al despertar de un dormir profundo y con él el reconocimiento del mundo. Esto es así, porque las raíces de la mente están ocultas más allá de nuestra consciencia, en cambio sus frutos son visibles en la consciencia.

A esta consciencia subterránea se le llama inconsciente. Es paradójico que llamemos inconsciente a lo que contiene en sí todas las potencialidades de la consciencia. Existe una única mente, pero desde nuestra perspectiva, es consciente solamente en un sentido humano finito . Nuestro tipo de
consciencia es un estado, no una clase separada y diferente de mente. La mente está presente antes del comienzo de la actividad del pensar consciente. Es la desconocida consciencia interior.

El actual grado de evolución del hombre tiene como consecuencia que toda su experiencia del mundo debe someterse a ciertas formas limitadas de espacio y tiempo, antes de ser captada por su consciencia individual. La parte oculta de la mente es tan real como la manifiesta, es la parte secreta de nuestra vida superficial.

La fuente de la intuición y la inspiración
El yo del estado de vigilia recibe del estrato más profundo de la mente, en especiales circunstancias, repentinas intuiciones y espontáneas inspiraciones. La intuición es un destello espontáneo, pasivo, receptivo e involuntario, que no guarda relación con algún pensamiento anterior. Es por eso que revela un horizonte nuevo sobre un tema particular. La mente tiene el poder de actuar según su propia manera misteriosa que le permite prescindir del pensamiento y enviar sus resultados a la consciencia superficial.

La intuición tiene mucha fuerza cuando toma una dirección negativa, por ejemplo, para prohibirnos un determinado acto. Se anula cuando predominan en nosotros los prejuicios y deseos relacionados con el asunto. Pasado un tiempo puede reaparecer y allí nos recuerda el error de haber seguido el impulso de nuestros sentimientos personales en lugar de haberla captado en su fugaz manifestación.

Hay un tipo de intuición que tiene toda la humanidad y que no se manifiesta de un modo extraordinario. Es una facultad que a veces se presenta teñida de emociones, deseos y egoísmos, que confunden sus contornos. Es lo que comúnmente se llama voz de la conciencia o voz interior. Es la destilación de muchas experiencias vitales acumuladas, que asume la forma de conciencia moral, juicio crítico y/o sentido artístico. Es el resultado de esta encarnación y de las anteriores. Estas experiencias están acumuladas en los niveles más profundos de la memoria y dejan como herencia esas intuiciones.

El cuarto estado de consciencia
El centro cerebral sub-cortical, mide la continuación del estado de vigilia, pero no lo crea. El dormir surge cuando el Yo Superior reune todas las fuerzas de su personalidad proyectada y las pone a descansar en el centro del corazón y con esto interrumpe la facultad individual de producir imágenes y sensaciones.

Nuestros pensamientos nacen con la vigilia y mueren con el dormir. Si no logramos contemplar el mundo durante el sopor profundo, es debido a que nuestros pensamientos han dejado de trabajar.

El dormir produce, como su principal valor, el restablecimiento espiritual. Al suprimir el movimiento discursivo de la mente, nos libera de la idea del cuerpo, del mundo y de sus preocupaciones. Cuando nos dormimos penetramos en esa mente que es el verdadero origen de nuestra consciencia porque, al desaparecer las creaciones mentales, hace que ésta se acerque a su propia y prístina índole, a su realidad interna. Así, este estado de la mente es, desde el punto de vista metafísico, el más valioso aun cuando desde el punto de vista práctico, no sea tan valorado.

El hombre no ha hecho el esfuerzo de librarse de sus ataduras, impresiones básicas mentales, de los deseos terrenales, tendencias emocionales, etc. y la Naturaleza no le ha concedido gozar de la consciencia de la liberación de todo pensamiento durante el dormir y sólo puede percibir un fugaz instante de resplandor que sigue al despertar. Para que la experiencia se haga presente, debe esforzarse por merecerla. Si deliberadamente pudiera disminuir al máximo su pensamiento, asemejando así todo lo posible el estado mental de su vigilia al del dormir, y pudiera lograr esto
en su pleno dominio de la comprensión intelectual necesaria para captar todo lo que implica, ese individuo podría experimentar conscientemente un estado de calma, salud, paz y libertad.

Este cuarto estado se relaciona con la beatitud mental alcanzada en la meditación y trasciende los estados de vigilia, soñar y dormir. Se puede obtener en cualquier momento y lugar y por el hecho de que supera la inconsciencia del dormir se puede llamar “estado trascendente”. Es una mezcla paradójica de un profundo dormir y de una plena consciencia. Es por eso que está fuera del alcance de la comprensión ordinaria.

Perdemos la consciencia al dormir, porque el estado mental al que regresamos, posee un radio de vibración mucho más amplio que el del intelecto despierto. Este es periódicamente arrastrado por una poderosa fuerza magnética hacia la parte más profunda de su ser, pero no puede ensanchar su radio de proyección para captar la consciencia más vasta del cuarto estado. Así, desfallece y se duerme.

El cuarto estado es la imperturbable e indestructible consciencia de la esencia mental. Este cuarto estado o trascendente, incluye los otros tres estados y abarca la totalidad de la vida, pero no en una visión intelectual, sino en una visión profundamente mística. Su nombre en sánscrito es Turiya, que es otro nombre del Yo, y es la Realidad Unica.

Sri Ramana Maharshi, expresa en sus Pláticas: "la única Realidad es el Yo, la persistencia de la Realidad se potencia si desaparece la identidad falsa. Esto no significa que la Realidad no esté aquí y ahora. Está eternamente aquí y es eternamente la misma . Está en todas nuestras experiencias. El ego falso se asocia con los objetos; este mismo ego es su propio objeto. La objetividad es la falsedad. Sólo el sujeto es la Realidad. No se confunda con el objeto, con el cuerpo. Esto hace surgir el ego falso y, como consecuencia, el mundo y la actividad en él, cuyo resultado es la aflicción”.

“Si un hombre piensa que la felicidad se debe a causas externas y a lo que él posee, es responsable que llegue a la conclusión de que su felicidad debería aumentar con el incremento de sus bienes materiales y que debería disminuir a como ellos disminuyan. Por lo tanto, si carece de bienes materiales, su felicidad debería ser igual a cero”.

“¿ Cuál es la real experiencia del hombre? ¿ Concuerda con ese criterio? En el dormir profundo, el hombre carece de bienes materiales, incluido su propio cuerpo. En vez de ser desdichado es enteramente feliz. Todos desean dormir profundamente. La conclusión es que la felicidad del hombre no se debe a causas externas. Uno debería realizar el Yo a fin de abrir el depósito de una felicidad pura."

El secreto del yo
El yo de la vigilia, mirado retrospectivamente, ahora nos parece un prolongado sueño. La existencia de la experiencia humana, es una trama de pensamientos creados por la mente. Lo seguro que cree tener el hombre - la naturaleza inalterable de su propia identidad: "yo soy" - aparentemente no tiene refutaciones. Sin embargo, un análisis de tipo metafísico no confirma esa aseveración, porque ella se establece desde la experiencia del estado de vigilia solamente. Durante la vida onírica, la personalidad del soñador se vuelve borrosa o puede cambiar totalmente. En el dormir profundo, el hombre no tiene sentido de su identidad personal. La creencia en el ego con su completa coherencia, es refutada por los hechos mirados desde esas perspectivas.

La consciencia del hombre está basada en una serie de sensaciones físicas, estados de ánimo fluctuantes, estados mentales cambiantes que se suceden a lo largo de la vida de vigilia. El hombre no tiene consciencia de un yo aparte de la totalidad de esta serie.

Tomamos consciencia de nuestra auto identidad con el cuerpo, a través de los sentidos, igual que cuando captamos el mundo externo. La base de nuestra actividad sensorial, es nuestra propia consciencia. Cuando percibimos algo con algún órgano de los sentidos, estamos percibiendo algo dentro de los propios órganos sensoriales. Estos órganos pueden transmitir su captación de un objeto, sólo en virtud de la cualidad de la consciencia misma. Por lo tanto, los sentidos mismos constituyen una parte de la mente, exactamente como el yo. Sabemos que los sentidos son elementos del cuerpo físico, por lo tanto, todo el cuerpo físico, como parte del mundo exterior, se asocia con nuestra consciencia como una de sus ideas.

Las sensaciones corporales son actividades de la mente. Los sentidos son las condiciones definidoras y limitadoras bajo las cuales la mente trabaja cuando proyecta nuestra consciencia espacio-temporal. El cuerpo es, entonces, una experiencia de la consciencia, que puede ser externa durante la vigilia e interna durante el sueño. En ambos casos es un pensamiento.

Con el razonamiento, sentimiento y memoria, la mente es otra vez consciente de sí misma como intelecto pensante. El pensamiento del "yo" desaparece durante el dormir profundo junto con los demás pensamientos. El sentido del "yo" no reside en el cuerpo físico. La personalidad está basada en ideas que tiene el hombre sobre sí mismo e incluye las ideas sobre su cuerpo. Los pensamientos que se concentran en un momento, constituyen el yo en ese momento. El primer pensamiento es el "yo", de allí surgen los demás, espontáneamente.

Como consecuencia, podemos decir que el mundo el cuerpo y el yo son entidades mentales. La noción que el hombre tiene de su yo, no es la esencia última. En "plenitud de consciencia" el hombre puede despertar. Este despertar constituye la primera etapa que puede liberarlo de su ignorancia.


Paul Brunton




Extractado por Elisa Aliaga de:

Brunton Paul.- La sabiduría del Yo Superior.- Editorial Kier
LEVI

Origen de los sueños

Para la Doctrina de que Todo es Mente, los sueños son la entrada a la primera región de la mente. El análisis de las regiones inconscientes, llevó a Freud a suponer que siempre tenían una connotación sexual. Según esta Doctrina, los hábitos y tendencias, no son sólo heredados de actitudes paternales, circunstancias de la infancia, etc., sino que también vienen de fuentes que provienen de existencias anteriores.

El sueño tiene un profundo significado, es mucho más que un hecho psicológico y fisiológico. Su significado profundo nos ayuda a una comprensión superior de la verdad. Una tercera parte de nuestra vida la ocupamos en el sueño. La privación de él nos conduce a la locura e incluso a la muerte. Los problemas más profundos de la mente del hombre se pueden dilucidar con un estudio profundo del dormir soñando y del estar en vigilia.

Durante el sueño todas las funciones se aquietan. Pero no mueren las energías ni movimientos del estado de vigilia. Se reparan los tejidos y el hombre empieza a relajar el control voluntario y la inteligencia crítica. A medida que se acerca el sueño los pensamientos disminuyen, la consciencia se aísla del mundo físico, todo desaparece, el hombre no ve, ni huele, ni gusta, ni oye: allí, un sueño penetra en él.

Son varios los mecanismos responsables que ponen en marcha las imágenes oníricas. Sin embargo, la facultad representativa de la consciencia soñadora es tan sensible y expansiva, que es inútil interpretar los sueños según métodos empíricos, teorías psicoanalíticas o libros estereotipados, exclusivamente.

Los sueños que pertenecen al ser instintivo del hombre, son aquellos que se vuelven burda y groseramente exagerados. Suceden cuando una experiencia física externa, es su verdadero punto de partida. Este tipo de sueño, el hombre lo comparte con animales superiores y con personas bajo el efecto de drogas.

Se deben a que en el centro sensible dentro de la capa exterior del cerebro, se produce una magnificación, que irrumpe a través de los otros centros especializados en la consciencia individual, en la forma de impresiones sensoriales de esa consciencia, es decir, de la experiencia exterior del mundo. La impresión física originaria o una perturbación física, en la mente del soñador o una persona drogada, se dramatiza y
se convierte en algo fantásticamente remoto y sin relación con su origen. Flota en la consciencia soñadora por un tiempo prolongado. Esto sucede así, porque las tendencias dramatizadoras y simbolizadoras constituyen una parte natural de la facultad imaginativa, en los estados libres del arrobamiento onírico y
de la visión mística.

En los sueños del ser instintivo, el soñador no recibe la imagen completa, sino sólo un pequeño fragmento representado por la perturbación física determinada que provocó el sueño. Como consecuencia, la facultad de producir imágenes, es libre de seguir su propio curso. Pero no es tanta la libertad, debido a que la imagen se crea sobre la base de la perturbación física que dio origen al sueño, a la que permanece relacionada confusa y remotamente.

La memoria también, en este caso, puede reproducir fragmentos de experiencias anteriores que son incorporadas. El proceso amplificador que se desarrolla en la capa más externa del cerebro, por medio de una acción puramente mecánica, se libera y despliega. Su función está parcialmente dislocada, debido a esto se pueden producir experiencias fragmentadas, sin una lógica secuencia. Así se constituye el tejido
de los sueños. Este desorden y confusión se debe a que la recepción cerebral se ha liberado parcial y temporalmente, por ésta causa, la facultad elaboradora de imágenes trabaja mecánicamente, en gran medida, por sí misma.

El sueño es desordenado, pero no exagerado, cuando el centro amplificador permanece en orden, en este caso sólo la facultad creadora de imágenes se libera. El material del sueño puede provenir de contribuciones mnemónicas y en parte de la exuberancia de la fantasía. En el primer caso, el sueño aparece con una racionalidad intermitente, y en el segundo caso, de la fantasía se obtienen otros elementos desconectados y arbitrarios.

El origen de muchos de estos sueños es la fuerza de la sugestión extraída de la memoria de experiencias
de vigilia. Los acontecimientos, emociones, pensamientos, etc. pueden rastrearse - durante las 24 horas previas a las fantasías creadoras - de impresiones pasadas que ya habían sido olvidadas, pero que se conservaban muy bien. Pueden aparecer estas fantasías muy distorsionadas, porque la influencia moderadora de las facultades superiores del intelecto, la razón, la reflexión critica y el juicio valorativo, resultan superados por la facultad libre de la elaboración de imágenes. Esto trae como consecuencia, una parcial falla en la discriminación y clasificación de las imágenes. Las facultades superiores no están anuladas del todo y ejercen un cierto control que no es uniforme.

Durante el sueño, el freno de la razón y de la voluntad se afloja, las tendencias representativas y simbolizantes se entregan a una actividad libre, se asocian mecánicamente ideas similares o imágenes opuestas que generalmente están muy débilmente ligadas. Sin embargo, por grotescos que resulten los sueños, responden en general a la experiencia de vigilia, porque responden a la necesidad de presentar sus imágenes en el espacio, sus acontecimientos en la secuencia temporal y sus personajes humanos, de acuerdo con actitudes comprensibles.

La mayoría de los sueños no reportan ningún beneficio. Un sueño se vuelve significativo, cuando la consciencia se ha replegado completamente en el centro del corazón (Chakra Anahata), se ha liberado de
la contribución cerebral y está funcionando nuevamente en completa armonía con la imagen rectora del mundo que se halla dentro de él. Su significado y valor, debe captarse intuitivamente al despertar. Un sueño puede ser alguna percepción exacta de algún acontecimiento que sucede a gran distancia en el espacio o en el tiempo. Puede ser una auténtica visión clarividente.

La intensidad de la atención nos capacita para percibir el presente como real y otros instantes como ilusorios. El tiempo es o todo real o todo ilusorio, pero no puede ser ambas cosas fragmentadas. Pero el tiempo no se puede clasificar porque es un producto mental. Para resolver un hecho predictivo, tenemos que resolver primero los misterios superiores de la mente. La sensación del tiempo es de la misma índole que el de una idea, porque la misma serie temporal que rige la vida de la vigilia no rige la vida del sueño; y puesto que la experiencia sensorial física es en esencia mental, resulta más fácil para la mayoría de las personas, por medio del sueño, que a través de estar despiertos, que la mente capte el futuro con bastante exactitud y se proyecte adelantándose a los acontecimientos físicos en los que está envuelto el cuerpo. Esto sería la explicación racional de la mayoría de los sueños proféticos.

Cuando soñamos cosas, pensamientos, personas, etc. que no podemos adscribir a percepciones previas de la experiencia, se producen imágenes de recuerdos muy vívidos y quedan en la memoria por muchos años. Estos sueños pueden ejercer una profunda influencia en alguna actitud de nuestra vida consciente.

La sensación de familiaridad frente a lugares desconocidos o personas cuyo trato no nos es habitual, puede ser el origen de un sueño de este tipo. Estos sueños, surgen de nuestro karma o son transcripciones vagas de sueños anteriores. Sus raíces se hunden profundamente en encarnaciones previas y reviven acontecimientos sucedidos entonces.

Hay sueños que son más importantes porque se originan en un plano superior de la mente, muy superior al de la parte animal de nuestro ser. La persona que durante la vigilia, no responde al llamado de su Yo Superior, podría responden más fácilmente, durante las horas de sueño. Es así, porque su voluntad egoísta está más relajada y porque se encuentra más cerca de la fuente de la consciencia. Son sueños de orden superior y espiritual los que aportan buenos frutos cuando la persona despierta.

También hay sueños en los que una persona acostumbrada a vivir en el Yo Superior se presenta a un amigo, estudiante o partidario para darle ánimo, hacerle una advertencia o guiarlo durante una época crítica, que invariablemente se presenta en forma de visión, muy clara, en los momentos previos a la muerte.

La persona que haya logrado un completo control sobre sus impresiones sensoriales en su estado de vigilia habrá conseguido igual control de sus impresiones de su estado como durmiente. Su vida onírica será ordenada, coherente y racional.

Diferencias entre sueño y vigilia.
Una de las diferencias entre el sueño y la vigilia, es que éste no es tan vívido como aquella. Esta diferencia desaparece en sueños inferiores, pesadillas o en sueños superiores de experiencia estética o espiritual. Se debe a que en la vigilia, la mente se concentra en un foco menos difuso, se vive con más intensidad la experiencia.

Hubo un personaje en la historia, en el que carecía de diferencia el estar en vigilia o soñar, : Chuang-Tzu, que no tenía claro si había soñado que era una mariposa o si era una mariposa que soñaba ser un hombre.

Un sueño se termina, en cambio la vida en vigilia se continúa día a día, las cosas físicas siguen apareciendo; cada vez que dormimos no regresamos al mismo mundo soñado. Tomamos consciencia del estado de dormir estando en vigilia, en cambio durante el sueño, ignoramos el otro estado. Se produce este olvido, porque la consciencia se ha replegado hacia dentro casi totalmente durante el sueño, desconociendo lo que queda fuera de su propia esfera, en cambio durante la vigilia, alcanza la cumbre de su propia evolución. La autoconsciencia está menos marcada en el estado de sueño.

En la consciencia podemos reconocer tres modalidades: En el estado de vigilia se expande completamente; cuando sueña, está a medio camino, dilatada a medias; cuando duerme, se contrae por completo.

La "mente" es algo más que la consciencia y tiene primacía sobre ella. La consciencia es un aspecto de la mente. Se encuentra en un estado nocturno durante el dormir profundo, en un estado crepuscular durante el dormir con sueños, en un estado de pleno resplandor durante el estado de vigilia.

Imaginar es la facultad básica del universo y mirado esto con un enfoque evolutivo, en la condición de soñar el hombre recorre la mitad del camino de regreso a su ser original, porque la facultad elaboradora de imágenes, trabaja en una condición menos restringida y plena. Por eso es natural en el sueño que fluyan fantasías

Si estamos inmersos en un sueño, consideramos estas fantasías genuinamente reales. El mundo real posee un valor superior del que tiene el mundo onírico, porque la mente tiene una función más clara y plena. Esta es la diferencia fundamental entre ambos estados de consciencia, sin embargo, los dos son construcciones mentales. El sueño señala la primera etapa de un retorno a la mente de la consciencia individual proyectada desde ella; el dormir constituye la segunda etapa.

La naturaleza capacita al hombre para desprenderse periódicamente de sus ataduras, por medio de una frecuente ruptura de su estado de vigilia y de su vida terrenal. La primera en el dormir y la segunda en la muerte.

Estas experiencias determinan en el hombre distintas intuiciones que dependen del contexto en el que viva: raza, país, época, cultura personal. Esas intuiciones son: primero reconoce vagamente un Poder Superior, después – en la segunda etapa - se aclaran más sus intuiciones y se ve obligado a contemplarse en su interior y reconocer la Paz que está ligada a ese Poder; la tercera etapa es aquella en que empieza a formular ciertas preguntas que conmueven su razón, a las que finalmente les encuentra una respuesta racional. La primera etapa es la del devoto, la segunda es la del místico, la tercera es la del metafísico.

La Naturaleza, más tarde, se esfuerza por equilibrar la evolución interna del individuo, con resultados exteriores y por desplegar la segura y reiterada visión que trasciende toda visión e intuición.

El ser humano tiene que cumplir su destino espiritual y su realización individual superior sólo a través de la maduración de la consciencia, y es por medio de su contribución que puede gradualmente tomar consciencia de su Yo Superior.

Desde el punto de vista del sueño, se puede deducir que el espacio mismo debe ubicarse en la mente y no la mente en el espacio. Las dimensiones espaciales son la coexistencia de ideas dentro de la mente y no
de cosas fuera de ella. Esto se puede entender si se comprende la distinción entre mente y consciencia. La mente es la raíz de la consciencia.

La escala temporal con la que medimos cosas y acontecimientos de la vida de vigilia, es totalmente distinta de la empleada durante el sueño. No perdemos las percepciones espacio-temporales durante el sueño, pero nos formamos nuevas "ideas" de dichas percepciones.

El mundo onírico es una serie de ideas sobre las cuales fijamos nuestra atención, no es un lugar, sino un estado de la atención. En el mundo de la vigilia nuestra experiencia del mundo corre siempre parejo con nuestra atención de ese mundo, el prestar atención a las cosas es el requisito esencial para la captación
de los objetos, el grado de atención otorgado, es exactamente proporcional a la intensidad de la consciencia.

La imagen particular de cada uno, es su propia imaginación exteriorizada, esto resulta muy difícil de aceptar para el hombre despierto, como lo es también para el que duerme, el creer que su mundo onírico es su propia imaginación exteriorizada. La consciencia tiene la misteriosa capacidad de asumir cualquier forma, de cualquier tamaño, la distancia tampoco impide que exista cualquier objeto como idea.

Tanto la vigilia como el sueño, tienen similitud en sus experiencias sensoriales. Los cinco sentidos funcionan igual en los dos estados. Pero al despertar del sueño, sentimos que eran sólo pensamientos. Las dos experiencias, vigilia y sueño, son diferentes enfoques desde los cuales una misma y única mente contempla sus imágenes proyectadas como si fueran exteriores a ella. La diferencia es que en la primera esas imágenes son los ecos re-inventados de la propia Mente Universal que piensa a través de la mente individual y en el segundo caso son creaciones de la mente individual.

¿Qué sustancia compone el mundo del sueño y la vigilia? La sustancia del sueño es puramente mental, sin embargo, nuestra fe en las materias que creamos, una estatua de mármol, por ejemplo, vigoriza la imaginación en nuestra consciencia y mientras dura la experiencia, es aceptado como algo absolutamente real, igual que cuando creemos en una estatua esculpida en estado de vigilia.

La Naturaleza, a través del sueño, nos enseña que los objetos pueden existir sólo como ideas y, sin embargo, tener la apariencia de estar construidos de materia sólida. La materia onírica es exactamente igual a la materia de vigilia, la diferencia es que en esta última, es vivida por un período más largo. Vemos
y percibimos objetos particulares, creemos que están formados por materia porque parecen ubicados en el espacio y porque ofrecen resistencia al tacto.

Si aceptamos la realidad de la materia, tenemos que aceptar la índole fija del espacio y el tiempo, porque la materia se extiende en el primero y cambia en el segundo. Muchos hechos de la experiencia onírica revelan que el espacio y el tiempo no poseen existencia fija propia y que ambos son mentales.

La Doctrina de Todo es Mente considera que la materia es una entidad fija. Si no lo fuera dejaría de ser materia. La mente responde perfectamente a este criterio, por consiguiente, la materia es en verdad la mente. Para el soñador no hay dos entidades, la mente y alguna sustancia fuera de ella. Esa duplicidad debemos entenderla sólo como una idea.

Cuando se está en vigilia, el campo de la experiencia se divide en objetos exteriores y fantasías interiores. La diferencia entre el contraste de ideas externas e internas es mucho más fuerte durante la vigilia. Esto
se debe a que el dormir es un proceso centrípeto de internalización en el cual nuestra mente abandona su tendencia a externalizar, plasmar y espacializar. Cuando comenzamos a despertar se invierte la situación y se externalizan las imágenes del mundo como si estuvieran en el exterior. Cuando despertamos completamente, aumenta la apertura de la consciencia, y así ésta alcanza su punto máximo de proyección
e intensidad. Se deduce, entonces, que la materialidad de nuestro mundo, depende del grado de concentración con que lo enfoquemos. Dicha materialidad está en la mente porque la materia es un concepto.

Lo que otorga validez a las experiencias de vigilia y onírica, es una misma y única mente que debe funcionar en estos dos aspectos y debido a que ambos son transitorios y relativos entre sí, esta mente es en sí misma y por comparación, permanente y absoluta, la verdadera esencia de dichos estados.

Si un sueño se transforma en pesadilla, despertamos. Sucede igual que en el estado de vigilia, cualquier hecho muy doloroso, nos hace percibir en toda su magnitud, el significado de la vida. Si "despertamos" en
la vida de vigilia, podremos pasar de la Apariencia a la Realidad y de ese modo penetrar en una dimensión inconmensurablemente más elevada.

La metafísica del dormir
Dormir es permanecer en profundo sueño sin imágenes oníricas. La mente no queda totalmente anulada, porque no pierde el sentido de la identidad individual. Características, pensamientos y deseos que forman
la personalidad, surgen nuevamente al despertar. Recordamos el hecho de haber dormido, algo en nosotros
debió saberlo, la mente estuvo presente de alguna manera. Es un estado que brinda un filón de oro a las mentes inquisitivas.

Sri Ramana Maharshi, dice al respecto: "en el sueño sin sueños no existe el mundo, el ego ni la infelicidad. Sólo permanece el Yo. En estado de vigilia existen aquellos pero preexiste el Yo. Uno tiene que eliminar los sucesos transitorios a fin de realizar la Dicha siempre presente, que es propia del Yo. El Yo puro es la Realidad, la Existencia, es el estado de no dualidad, el olvido de todas las diferencias. El Yo Soy en el que
el ego está ausente, no es pensamiento. Es Realización. El significado del Yo es Dios. La experiencia del Yo es aquietarse. El Yo es la consciencia pura en el sueño profundo. La transición desde el reposo al estado de vigilia es el ideal para la Realización. Es el estado de conocimiento pleno. El estado de vigilia es ignorancia.”

“La ignorancia es de dos clases: el olvido del Yo y la obstrucción del conocimiento del Yo. Para eliminar por completo la ignorancia, el discípulo tiene que oír reiteradamente la verdad, hasta que sea perfecto su conocimiento del tema; para eliminar las dudas el discípulo tiene que reflexionar sobre lo que oyó. Finalmente su conocimiento estará libre de dudas de toda clase. Para eliminar la falsa identidad del Yo, con el no-yo (cuerpo, sentidos, intelecto) la mente del discípulo debe ser uni-direccional.”

“La Dicha está en librarse de las modalidades de la mente, consiste en ser el Asiento del Amor."

El dormir produce inactividad de los músculos estriados, calma en los cinco sentidos y un letargo en la mente. Cuando se duerme hay una forma particular de funcionamiento en la mente. El sonámbulo, ve sin emplear sus ojos, éstos no reaccionan al reflejo de la luz, realiza tareas a veces peligrosas, con percepción. Muchos sonámbulos tienen mejor capacidad de imaginación, razonamiento memoria, voluntad y control físico que en vigilia. Al despertar, no recuerda nada de lo vivido en ese estado. No sabe que hace ni recibe impresiones sensoriales. Hay, sin embargo, una inteligencia que orienta a su cuerpo y que lo controla adecuadamente. La mente, por lo tanto, puede actuar en dos sentidos, uno consciente normal y el otro inconsciente o incomunicada, más exactamente.

La mente no agota sus posibilidades en la condición que distinguimos como una continua y laboriosa actividad del pensamiento. La consciencia y el estrato más profundo de la mente, no dependen de los cinco sentidos corporales. En el dormir, hay un tipo particular de consciencia, un tipo de mente que desarrolla una actividad subterránea durante la noche, la que le permite ofrecer a la consciencia al día siguiente, un resultado acabado.

Personas de las diferentes gamas del conocimiento, pueden resolver problemas, aparentemente insolubles, gracias a esa mente. Ese tipo particular de mente actúa por debajo del umbral del pensamiento corriente,
es la fuente de grandes inspiraciones artísticas y decisiones intuitivas trascendentes, posee una maravillosa consciencia de sí misma. Se debe admitir que hay dos tipos de consciencia, la cotidiana y otra, misteriosa, recóndita y completamente desconocida.


Paul Brunton


Extractado por Elisa Aliaga de
Brunton, Paul.- La Sabiduría del Yo Superior.- Editorial Kier

LEVI

El Yo Testigo

La maravilla del estado consciente

Tenemos un núcleo muy arraigado, que es algo constante y estable, pese a todos los cambios. Hay una continuidad en lo que fuimos y lo que ahora somos. Es un principio mental, intangible, de consciencia despierta, cuya existencia misma hace posible la de todos los momentos de consciencia, porque reacciona por atención o desatención a la experiencia sensorial.

La doctrina ocultista afirma que la consciencia despierta, es en sí misma un principio separado. Parte de este principio actúa sobre el cuerpo, especialmente en el corazón y cerebro. Tiene relación y
correspondencia con los centros cerebrales. La parte que así actúa, es la que se proyecta en una forma particular de espacio y tiempo y que a partir de ellos se "imagina" como ser absolutamente completo y autosuficiente. Esto es lo que conocemos por persona. Es la suma de todos nuestros pensamientos, sensaciones y sentimientos personales. Esta es la consciencia fraccionada y no la mente que la origina, la que tiene su sede en el cuerpo, en el cerebro principalmente. Este limitado campo de la consciencia se expande al espacio y varía según los individuos. Una persona sensible puede sentir esta emanación u aura, cargada de pensamientos y sentimientos de otra, que se encuentre cerca, si entremezclan sus auras.

La mente está en todas partes. El espacio es la forma que la mente asume. El espacio mismo es creado por la mente. Los pensamientos son aspectos de la consciencia. La consciencia es un aspecto de la mente.
La mente trasciende los límites de cualquier espacio particular; no tiene ataduras físicas y sólo ocurre que los pensamientos manifestados, nos parecen acontecimientos temporales.

Para la doctrina del mentalismo, todas las cosas son conocidas por la mente, sólo como percepciones mentales y sólo pueden existir, dentro de ese principio consciente, inmaterial, intangible de consciencia despierta que es la mente humana. La consciencia es la que sintetiza a través de la observación e interpretació n la reacción conjunta de los órganos sensoriales y del cerebro. Las sensaciones mismas sólo son "objetos" de la atención consciente del hombre.

Durante un sueño determinado, está la personalidad activa y proyectada en el sueño, de la cual se tenía consciencia, y su espectador de quien esa personalidad misma no tenía en ese momento consciencia alguna.

En el sueño hay una naturaleza doble, esa misma doble naturaleza puede existir también durante la vigilia en que hay un espectador detrás del cual- a causa de nuestra temporal identificació n con ese hombre despierto- no hay consciencia alguna de esta relación.

En el soñar y dormir no se agota la existencia de la mente. El dormir profundo, debajo de la personalidad, apunta a un estado mental más profundo, dentro del "yo" a pesar de su inconsciencia. El misterio de ser, revela su secreto únicamente cuando el hombre se vuelve consciente de lo que él es, en esta parte más profunda de su ser.

Si la personalidad individual tal como se la conoce en vigilia, no fue el origen del soñar y del dormir, entonces, "otra mente" debe haberlo hecho. Esta segunda mente, debe estar relacionada con aquélla de alguna manera. Esta es la mente más profunda que nosotros buscamos, y que no siendo lo que sueña, duerme o está despierto, observe la creación de éstos fenómenos en la persona.

El principio de consciencia despierta, es un principio universal. Como está detrás de la consciencia, no puede volverse para verse a sí misma. Se encuentra por encima de nuestra consciencia introspectiva. Normalmente no la percibimos, porque trasciende al yo "familiar" mismo. Podemos percibir su presencia cuando comprendemos que hay algo que nos permite tomar consciencia de los estados fluctuantes del "yo" superficial. Es algo inconmensurablement e superior y permanente dentro de nosotros. Es una consciencia unitaria e infalible. Es un principio mental, la esencia misma de la mente que permanece fuera de todo cambio en nosotros, que no está en espacio ni tiempo, es, por lo tanto, inmutable.

La mente puede dividirse en dos partes; aquella de la que continuamente tenemos consciencia, como persona observada y la parte que nos permite captar, que hay una persona, que es la mente observadora.

El "Yo Testigo" está presente en forma de asociación o inmanencia mística en el "yo personal" y refleja en ese yo la sensación de su propia existencia real. El yo total tiene una índole triple: el cuerpo físico, consciencia personal constituida por sensaciones , pensamientos, deseos, imágenes y tendencias kármicas y el Yo Observador, Impersonal. Este Yo es el sujeto del cual los otros son el objeto. El yo consciente es un pensamiento, el Yo Superior es puro Pensamiento.

Esta consciencia es idéntica al cuarto estado de conciencia, que trasciende el dormir profundo. Puede permanecer fuera del dormir, soñar y estar en vigilia. La persona sólo es una proyección del Yo Superior a
la que trasciende y a la que hace establecer una relación entre esa persona y todas las demás. Tiene que incluírselo en un Ser superior en el que todos son uno y uno son todos. Es un Yo universal, una individualidad superior.

La experiencia humana es el residuo final de un proceso de interacción, un tejido elaborado por una mente común en la que todos los seres humanos viven y piensan y que a su vez vive y piensa a través de ellos.

El mundo es el resultado de una imaginación cósmica e individual continuada. Hay una última instancia, sólo un simple observador, la Mente Universal y sólo una única imagen del mundo y nosotros como personas, estamos contenidos en una realidad mayor. La Verdad detrás del mundo, es su realidad esencial y permanente. La Verdad detrás del yo es nuestra propia divinidad perdurable.

El proceso de desencarnar

Este proceso es variable, depende de la "ignorancia " de la persona que viva la experiencia. Si es ignorante, el pensamiento se adhiere al cuerpo y los sentimientos a los deseos. Aumenta el dolor físico debido al temor y al rechazo. Si la persona tiene más claridad mental como para saber que su cuerpo es la idea que
él tiene de éste y como para controlar sus deseos personales, este cambio se produce con una mayor preparación.

El ser que vive esta experiencia, siente una intensa presión en los pies que va invadiendo todo su cuerpo produciéndole entumecimiento, eso influye en la respiración, la circulación de la sangre y en los sentidos
de la vista y del oído. La sensación de estar identificado con el cuerpo desaparece y se concentra en el corazón. Se produce una comunicación telepática automática, si la persona que está viviendo este proceso, está lejos de la persona que ama, la cual sentirá desasosiego y el presentimiento de que algo malo ocurre. Si su imaginación es impresionable, verá al agonizante frente a ella. Al mismo tiempo el que agoniza ve a la persona viva, cuando ambos tienen la suficiente fuerza telepática emisora y receptora.

Posteriormente el agonizante tiene la sensación de un total desamparo, se siente arrastrado por fuerzas naturales lejos de lo familiar y querido. Desea expresar sus sentimientos, pero descubre que no puede hablar. Siente una inconmensurable soledad. La naturaleza, llena de deseos, ambiciosa de posesiones, ha caído sobre él como una fría ducha.

El ser más evolucionado, en este mismo trance, sentirá la presencia consoladora de su Maestro, o su Hermano Mayor, cuya imagen siempre aparece en este instante, para facilitarle el tránsito.

Los últimos pensamientos del que agoniza, contribuyen al complejo grupo de factores que determinan qué forma adquirirá en la próxima reencarnación. La desaparición de la consciencia, que culmina en el paroxismo de la muerte, determina que pueda percibir lo que hasta ese momento no había podido captar.

Después del último latido del corazón, el "muerto" entra en un estado de visión clarividente, que a él le pueden parecer días, pero que es mucho más corto debido a los diferentes nódulos de nuestro tiempo terrenal. Entonces, empieza a descubrir la capa más misteriosa y profunda de su mente que le ha permitido conservar un registro de todas las experiencias vividas desde la infancia a la vejez. Todo existe en forma
de cuadro. Revisa algunos episodios, muy particularmente los más intensos, de su vida pasada. Estos cuadros, impresionantemente brillantes, se presentan como externos a él. Desde el momento de la muerte el tiempo de acontecimientos y experiencias, corre hacia atrás con una velocidad desconocida e increíble. Esto sucede porque él sale del cuerpo, todavía apegado a la vida y con el deseo de volver a ella.

Hay un Yo vivo, que ha observado imperturbablemente la muerte de su ser corporal, es el mismo Yo que ha observado siempre a su yo superficial, "algo" que no ha sido reconocido como propio. Ese ser, es su propio Yo Superior. A través de sus ojos, el hombre que ha muerto, no sólo contemplará su vida, sino que se convertirá en su propio juez incorruptible. Súbitamente, el enfoque personal y egoísta lo abandona, se contempla a sí mismo no sólo como los otros lo ven, sino como es frente al poder impersonal del karma.

Todos sus actos terrenales son enfrentados cara a cara con las consecuencias que tuvieron para otras personas. En ese momento comprende que sus sufrimientos fueron provocados por su conducta, ignorada, egoísta o inadvertida. Siente que todo fue justo, pero a la vez, siente remordimientos. Contempla a los demás seres que tuvieron relación con él, como realmente son y no como pretendían ser ante sus ojos o como él creía que eran. Así, descubre que el mundo creado por él mismo era ficticio. Ahora contempla a este superficial yo, como el observador anteriormente oculto lo contemplaba, sin pasión, fatuidad o auto compasión.

Al descender en consciencia, empieza a sentir que toda su existencia ha tenido la textura de un sueño. Los hechos y personas pasados de su vida terrenal, le parecen remotos e irreales. Puede percibir sin lugar a dudas, la calidad ilusoria de la materialidad del mundo. Si puede comprenderlo y contemplar esta revelación, podrá ganar en beneficio espiritual, que se pondrá de manifiesto en la encarnación siguiente.

El hombre que pasa por esta experiencia, sin un conocimiento cabal de su enorme poder potencial, es decir, que aunque su existencia real le parezca "ahora" un sueño, no la contempla como “si siempre " fuera semejante a un sueño.

Después de estas revelaciones, el hombre se sume en un sueño sin imágenes oníricas, en un completo descanso de todo su ser, dentro de la inconsciencia simple. Ahora sí se ha completado la transición de la muerte. Ha concluido una época de la vida individual.

Ramana Maharshi, expresa a sus devotos en sus Pláticas: "si un hombre considera que nació, no puede evitar el temor a la muerte. Uno experimenta un sueño y al despertar sabe que es irreal. La experiencia de la vigilia es irreal en los otros estados. Cada estado contradice a los otros. Por lo tanto son meros cambios que tienen lugar en quien los ve, o son meros fenómenos que aparecen en el Yo, el cual es ininterrumpido y permanece no afectado por ellos. Son fenómenos igual que el nacimiento, el crecimiento y la muerte. El nacimiento y la muerte son solamente ideas. Pertenecen al cuerpo o a la mente. El Yo existe antes del nacimiento de este cuerpo y permanecerá después de la muerte de este cuerpo. Así ocurre con la serie de cuerpos considerados en sucesión. El temor a la muerte es del cuerpo. Ese temor se debe a la ignorancia. Realización significa Verdadero Conocimiento de la Perfección y de la Inmortalidad del Yo. La mortalidad es sólo una idea, y es causa de aflicción. Ud. se libera de ella realizando la naturaleza Inmortal del Yo. La armonía consiste en la realización de su no separatividad del Yo. Este Yo único que ha permanecido en tantas fases".

"Existe un Poder Superior que puede guiar. Es la Gracia y está dentro de cada uno. El Yo está siempre allí, en la actividad y en la paz".

"Las ideas sobre conocimiento y no conocimiento son sólo relativas y falsas. Al no ser reales, no son perdurables. El estado verdadero es el Yo. Sin dualidad. Es eterno y persiste ya sea que uno esté consciente o no. El Yo está más allá de quien conoce y del conocimiento. El yo es la fuente del sujeto y
del objeto, como ahora prevalece la mente al sujeto se lo considera la fuente. La Realidad está más allá de sujeto y objeto. Cuando a la Realidad se la realiza se sueltan los nudos del corazón y se apaciguan las dudas. La búsqueda hacia dentro, es el sendero que el intelecto del hombre ha de conquistar. El intelecto mismo, mediante práctica continua, comprende que algún Poder Superior le permite funcionar. El mismo, no puede llegar a ese Poder, por eso después de cierta etapa, deja de funcionar y cuando lo hace todo lo que queda es el Poder Supremo. Eso es la Realización, esa es la finalidad, esa es la meta."

El Yo Superior

El Yo Superior no siempre desempeña el papel de un testigo. Su presencia hace posible los movimientos
y actividades del hombre. No es sólo el oculto observador, sino además, en virtud de ser una función de la Mente Universal, la regla interior de la persona. Así se establece el karma de la siguiente encarnación,
antes del nacimiento, puesto que contiene todas las posibilidades kármicas del pasado, y constituye por esto el agente actualizador que traslada esas posibilidades, al tiempo y al espacio para que se produzca su evolución. En momentos críticos de la vida personal, pueden producirse acontecimientos inesperados que inducen a tomar una decisión con urgencia. Como resultado el hombre es guiado super racionalmente
o milagrosamente protegido.

El Yo Superior representa la consciencia más elevada de todo ser humano. El grado de evolución de la consciencia cognoscente del hombre, revela el grado en que puede oír esa voz. Si la resistencia del hombre es tenaz debido a sus preocupaciones de diversa índole y no se relaja por un solo momento durante la vigilia, el Yo Superior puede entregar su mensaje o advertencia durante el sueño. En tal caso la persona recibirá la comunicación en su mente consciente, después de un sueño sin sueños, en el filo del despertar o a través de un sueño que puede ser o no simbólico. Es muy importante reparar en las ideas que surgen durante cualquier momento de exaltación mental, procurando no perder su profundo significado.

Como la Gracia llega en forma inesperada, debemos prepararnos para recoger sus frutos, esto debe realizarse, sin hacer planes, ni luchas para obtenerla. La intervención del Yo Superior en la vida personal, produce una exaltación muy intensa, que sacudirá del letargo en que vive sumida la persona, los pensamientos, sentimientos, deseos y voluntad se ven afectados. Pero, a veces, ese ser privilegiado, vuelve a su antiguo punto de vista mediante la racionalizació n, producto de la incomprensión que no le deja ver por más tiempo la verdad con su certidumbre. Debemos tratar de saber reconocer estas excepcionales experiencias y oportunidades y valorarlas en su real dimensión.

El hombre espiritual debe, con absoluta seguridad, aceptar o negar su fe que el Yo Superior realmente existe, y que su realización es el fin de su encarnación. Ningún llamado persistente y sincero cae en el vacío, siempre es escuchado, debe surgir no sólo de los pensamientos, sino además de los actos. El Yo Superior no puede separarse del karma cósmico, pero está sujeto a la acción de la causalidad personal, aunque no está sometido a la personalidad, el cambio, la relatividad. El hecho de que la causalidad personal, no siga en el plano más profundo de la existencia, posibilita en la vida humana, la aparición de la Gracia.

Las fuerzas kármicas impersonales, que gobiernan el universo siguen siendo poderosas, sólo que debemos completar el círculo comprendiendo que la verdad acerca de la vida humana, tiene lugar suficiente como para incluir las ataduras del karma y la libertad de aquello que da origen al karma. Nuestros fines espirituales o físicos, los logramos no sólo por mérito propio, sino también por la Gracia.

La plegaria puede ser efectiva, si previamente hay arrepentimiento y reparación, pueden ser factores que afecten al karma y hacerlo más favorable. El Dios a quien el hombre ruega habita en su propio corazón. La mejor manera de luchar contra el principio del karma, cuando está ejerciendo una presión dolorosa, no es rogar, sino cambiar los propios pensamientos. Cuanto más pueda el hombre cambiar la tendencia general
de sus ideas, mejor se vuelve el exterior.

Existimos más allá de la muerte, ya sea en la etapa onírica que caracteriza el primer momento de la muerte, ya sea en la forma de un dormir profundo que finaliza el proceso de morir o bien en una nueva reencarnación, que completa el ciclo total de la personalidad. Estas etapas no son lo mismo que la verdadera eternidad, la cual sólo puede obtenerse superando la personalidad transitoria. Metafísicamente es imposible concebir a la eternidad como una continuación perpetua del yo personal. Todo lo que tiene un principio tiene un fin, es una ley inexorable de la Naturaleza.

Para la metafísica la inmortalidad es un modo de consciencia, lo cual es cualitativo. Su valor radica en nosotros, no en el tiempo. No existe posibilidad de liberación del sufrimiento, en ninguna parte del universo, mientras no se produzca la liberación del ego. La vida interior es el propósito final de la existencia. En algún momento, el hombre tiene una percepción inconsciente del hecho de que la existencia humana "ciertamente" posee algo de sí misma que resulta incólume a los acontecimientos del tiempo y que, por lo tanto, es auténticamente eterno, algo que permanece aparte de todas las vicisitudes que acompañan a la carne y al yo. La esencia mental es el verdadero cimiento sobre el cual se ha construido la estructura total de este "Yo", que jamás ha nacido y en consecuencia jamás muere.

Este enfoque de la inmortalidad, como algo perteneciente a la individualidad superior del yo más elevado, más bien que a la personalidad inferior, reemplazaría al concepto anterior, destinado en última instancia a sufrir la angustia del deseo frustrado, en tanto, el enfoque verdadero sumerge al hombre en una paz que va en aumento a medida que mejor comprende esta verdad.

Esta verdadera inmortalidad puede alcanzarse sólo a través del Yo Superior, porque éste no deriva su vida de otro principio. Tiene vida propia. Es inmortal porque es parte de la Mente Universal, por lo tanto está liberado de algún cambio. La Mente no es ubicable en la consciencia personal, pero hay un instante en la percepción espacio-temporal, un punto en que la consciencia personal se reúne con Ella. Para la mayor parte de las experiencias místicas, dicho punto es percibido "primeramente" dentro del corazón, (Chakra Anahata).

La Mente Universal no puede confinarse dentro de una percepción tan limitada. La experiencia mística, con posterioridad, supera este centro, para terminar separando la consciencia de cualquier implicancia espacio-temporal. Este místico punto de encuentro, el Yo Superior, representa la máxima posibilidad de que el yo finito, pueda conscientemente compartir la existencia última. La diferencia entre la Mente Universal y el Yo Superior es sólo de alcance y de grado, no de índole, porque están formados de la misma
sustancia.

Nosotros podemos ascender hacia la máxima altura de este Yo, no más allá. Nuestra vida personal es una fase de la vida del Yo Superior, y la existencia de éste es una fase de la Mente Universal. Esta cadena de relaciones favorece que el yo inferior tenga un eterno parentesco con el Cosmos. El hombre puede tener consciencia de ese parentesco, pero no puede trascender la relación misma. Todo Yo Superior existe en la Mente, de la misma manera que los pensamientos existen en una misma y única mente humana. Cada Yo Superior es "en sí mismo" igual a otro. La diferencia es de relación y no de índole, porque cada uno guarda una relación particular con los ciclos de personalidades reencarnadas.

La experiencia que un hombre tiene cuando alcanza la consciencia del Yo Superior, es absolutamente idéntica a la de todos los hombres que lleguen a la misma experiencia. El Yo Superior es la capa más profunda de la mente, con la cual el hombre puede adquirir consciencia de Dios. Es la inmanencia sin tiempo y espacio del ser universal en un centro particular. Los seres humanos poseen rasgos propios de personalidad que los diferencian entre sí, son diferencias transitorias que los dividen, mientras no vivan en el Yo Superior. La memoria de las características esenciales de todas las reencarnaciones anteriormente relacionadas, se registra y conserva dentro del Yo Superior.

El cuerpo proporciona el "campo" de la experiencia; el pensamiento y el sentimiento dan los "medios" de la experiencia, mientras que el Ser Superior es el supremo ser experimental del hombre, el "Verbo hecho carne". La consciencia original del Yo Superior es única e indiferenciada. El ego puede adquirir la experiencia de su identidad, perdiendo la consciencia del principio único y universal que subyace su propia existencia. El Yo Superior infinito debe descender de su propia unidad trascendente en forma de seres separados, reduciéndose para establecer relaciones con dichos seres. Cuando el Yo Superior se limita y diferencia para adquirir auto consciencia, la parte de sí mismo así limitada y vuelta finita, olvida su índole infinita. Esta es la razón por la que casi todas las criaturas de este mundo espacio-temporal, han olvidado su origen divino, sin saber que en ningún momento han estado separados de él.

Ramana Maharshi explica lo siguiente; "yo soy esto, yo soy eso, es el ego. El ego es transitorio. Cuando al Yo se lo considera solamente como el "Yo" es el Yo. Cuando escapa por la tangente y dice "esto" entonces es ego. El Yo es Dios. Yo Soy, es Dios. A Dios no se lo puede engañar con genuflexiones, ni posternaciones. El ve si la individualidad está allí o no".


"El ego desaparece en quienquiera que investigue el origen del pensamiento del "Yo". La esencia de nuestra mente, es solamente percepción consciente o consciencia. Sin embargo, cuando el ego la domina, funciona como la facultad racional, pensante y perceptiva. La Mente Cósmica, al no ser limitada por el ego, no tiene nada separado de sí misma, por lo tanto es solamente consciente. Eso es lo que en la Biblia significa. "Yo soy el que Soy."

Él Yo puro es la Realidad: La Existencia, Consciencia y Bienaventuranza, Sat-Chit-Ananda. Cuando se olvida Eso, se dejan ver todas las aflicciones y cuando a Eso se lo mantiene firme, las aflicciones no afectan a la persona. El Yo, está más allá después de desechar todo lo que es no-yo. Para conocerlo hay que trascender el plano de la relatividad. Un ser separado (el yo) parece conocer algo aparte de sí mismo, (el no yo), o sea, el sujeto es consciente del objeto. Debe existir una unidad subyacente en estos dos estados la cual surge como "ego". Este ego es la naturaleza de Chit ; Achit (el objeto insensible) es sólo la negación de Chit. Por lo tanto, la esencia subyacente es afín al sujeto, no al objeto. Buscando al que ve, desaparece lo que ve, el que se sutilizará cada vez más, hasta que sólo sobreviva el que ve absoluto. Este proceso se llama "la desaparición del mundo objetivo"

La eliminación de lo visto, significa la eliminación de las entidades separadas del sujeto y del objeto. Lo visto, incluso el ego, es el objeto. Lo Real sobrevive eliminando lo irreal"

"Dios ha creado el dolor y la pena
para que por contraste
se pueda conocer la alegría,
Las cosas ocultas se hacen manifiestas
mediante sus opuestos,
como Dios no tiene opuestos
El permanece oculto."
Rumi

¿ Porqué sufre el ego?

El bien y el mal son concepciones relativas. Desde el punto de vista de la Mente Universal nada es inútil
o innecesario. La permanencia del ego en el mundo, extraerá en el curso de una gradual evolución, todas las posibilidades latentes en la vida. Cuando el ego alcance su auto comprensión y sienta su pristísima unidad con los demás, la lucha finaliza. La evolución cósmica purificará y ennoblecerá a toda la humanidad, a través de la enseñanza kármica y los continuos nacimientos, aunque para que esto ocurra tengan que pasar millones de años.

El ego comete errores respecto de sí mismo y de los demás, porque su auto conocimiento es limitado y su comprensión del mundo es incompleta. Debido a esas características, aplica erróneamente sus energías, orienta mal sus sentimientos y pervierte su voluntad debido a la ignorancia. Cuando el hombre se separa
de su Yo Superior nace el mal, es por eso que una cura a su sufrimiento es una reintegración a esa Fuente eterna.

El hombre busca olvidarse de sí mismo a través de sus distracciones, tiene necesidad de llenar su vacío interior. Durante sus sucesivas reencarnaciones manifiesta a través de sus actos y pensamientos, lo alienado que está de la armonía con sus verdaderas metas vitales. Busca la fama, el amor o la riqueza, cuando lo que realmente necesita es la Realidad de una riqueza que jamás puede perderse y de un amor transformado en algo más especial y noble: compasión Para llegar a esta culminación, antes tendrá consciencia de la transitoriedad de la existencia externa con todas sus espinas, así sufre una crisis, lo
cual significa que un alma más ha comenzado a buscar al Yo Superior.

Las dos fuerzas en lucha en el universo son las llamadas Fuerzas del Mal, que estimulan una actitud egoísta y personal y las Fuerzas del Bien, que predisponen a una actitud impersonal y altruista. En la evolución espiritual el ego marcha hacia dentro y finalmente provoca la búsqueda de la unidad, cuando regresa con plena consciencia del Yo Superior. Toda separación, todo mal, lucha, egoísmo e ignorancia, surgen durante el movimiento objetivador externo de la mente. Toda unidad, bien, armonía, sabiduría, surgen durante el movimiento hacia dentro y de retorno. El conflicto entre la separación y unidad es continuo y en determinados períodos críticos de transición del karma evolutivo se puede volver un conflicto abierto de muy grave importancia histórica.

La Mente Universal ha puesto sus límites. El mal es efímero, sólo tiene una vida negativa. Representa la ceguera de lo que "ES", la no realización de la armonía, la no comprensión de la verdad, una inadecuada captación de la vida, un alejamiento del verdadero ser. Cuando se consigue la visión interior esto se desvanece.

La existencia cósmica, se renueva en sucesivas reencarnaciones, es eterna e infinita en sí misma, pero
los ciclos recurrentes son necesariamente finitos y temporales. Jamás ha habido un punto de partida para todos los seres, porque siempre existió la proyección de la Mente en un universo en serie, que se repite a
sí mismo sin comienzo ni fin. El ascenso y progreso es un hecho real solamente porque la evolución tiene una estructura en espiral, lo que quiere decir es que siempre hubo simultáneamente, cultura, civilización, aspiración ética, desarrollo intelectual, etc., junto a condiciones primitivas.

El mal forma parte de la experiencia que el ego tiene del mundo, no porque sea inherente al mundo mismo, sino porque está en las ilusiones que los contrastes y limitaciones del mundo producen en el ego. El mal está en la persona no en su contorno.

No vemos el tiempo de los procesos naturales de evolución del ego, porque no puede cumplirse plenamente, mientras todavía permanecemos en este mundo inferior, debido a que nuestras percepciones espacio-temporales al ser finitas y pobres, impiden tener un mundo absolutamente perfecto. Todo lo finito es necesariamente imperfecto. Sólo cuando el hombre ha resuelto el misterio del tiempo, que pertenece a su vida terrenal, se le permitirá resolver el misterio de la Duración infinita, que esencialmente pertenece a su vida no terrenal.

La historia del hombre es el intento de realizar en el tiempo y en el espacio, lo que ya existe como unidad armoniosa en la consciencia de la Mente Universal. El universo es para Ella un proceso activo que actúa simultáneamente en el tiempo: un acto eterno. Es por eso que todas las cosas y seres incluidos en el universo, inconsciente o conscientemente, se esfuerzan por alcanzar su realidad interior, que los llevará más allá de esta esfera terrenal con sus limitadas percepciones. "Retorno al hogar", llaman los chinos al afán de la vida humana de alcanzar su infinita Fuente y realizarse en ella. El hombre puede llegar a esa Fuente "dentro" de sí mismo.

Ramana Maharshi, en sus Platicas, explica: "el asiento de la Realización está en el interior y el buscador
no lo podrá encontrar como un objeto que está fuera de él. Ese asiento es la Dicha y el núcleo de todos los seres. La única finalidad útil del nacimiento actual, es volverse hacia el interior y realizar eso. El resultado de la concentración es el silencio. La meditación sin actividad mental es el silencio, la subyugación de la mente es meditación. La meditación profunda es palabra eterna".

La eliminación de la ignorancia, es el objetivo de la práctica, no la adquisición de Realización. La Realización está presente siempre aquí y ahora y eternamente. La Gracia está siempre, no hay que adquirirla, la Gracia es el Yo. "Estad quietos y conoced que Yo soy Dios " Aquí la quietud es entrega total, sin vestigio de individualidad. Prevalecerá la quietud y no habrá agitación mental. La agitación mental es la causa del deseo, del sentido de la ejecución del acto y de la personalidad. Allí conocer significa Ser. No es el conocimiento relativo, abarca a las tríadas, al conocimiento al sujeto y al objeto.

La naturaleza de la Realidad significa:

1.- La existencia sin principio ni final: eterna.

2.- La existencia por doquier, sin término: infinita.

3.- La existencia que subyace en todas las formas, todos los cambios, todas las fuerzas, toda la materia
y todo espíritu. La multiplicidad cambia y desaparece (está constituida por los fenómenos) mientras la Unidad perdura siempre. ( es el nóumeno).

4.- La Unidad desplaza a las tríadas. Las tríadas son sólo apariencias en el tiempo y el espacio, mientras
que la realidad yace más allá de aquéllos y detrás de aquéllos. Aquéllos se parecen a un espejismo que está detrás de la Realidad. Son el resultado de la engañosa ilusión.

"El Yo expulsa la ilusión del yo, pero permanece como Yo. Esa es la paradoja de la Realización del Yo, que
es Dicha porque es la Realización del Yo como el ojo espiritual ilimitado, no es clarividencia, es el supremo renunciamiento personal."

Paul Brunton



Extractado por Elisa Aliaga de:
Brunton, Paul.- La Sabiduría del Yo Superior.- Kier
Brunton, Paul.- La Búsqueda del Yo Superior.- Kier
Ramanananda Saraswati.-Pláticas con Sri Ramana Maharshi.- Kier

L.V.X.
LUIS MONTERO
LEVI

jueves, 25 de junio de 2009

Origen de la experiencia

La experiencia de cada ser humano, está basada en su esquema de ideas, que a su vez se originan en su percepción a través de los órganos de los sentidos y de la consciencia. Sabemos que transmiten sólo apariencias de la verdadera realidad.

Si nuestros ojos tuvieran otra potencia, microscópica por ejemplo, nuestra forma de ver el mundo sería distinta, así podemos deducir que la realidad está gobernada por la relatividad, como toda existencia.

La percepción de los sentidos nos dicen como parecen ser las cosas, pero no como son en realidad. Con la ilusión, podemos ver otras formas y figuras cuya existencia es sólo mental. No es suficiente con los sentidos, debemos ser conscientes de lo que ellos nos revelan. Tener consciencia de algo, es tener consciencia de sus relaciones con las demás cosas y con la persona que observa. Por lo tanto el conocimiento, también siempre es relativo.

Actualmente se considera a la Naturaleza como un proceso, como una serie continuada de acontecimientos, nada está en reposo hay una transformación permanente. Los científicos han comprobado que la materia está constituida de átomos que contienen electrones y otras partículas subatómicas las que se encuentran ubicadas a distancias siderales entre sí y en posiciones aleatorias. También comprobaron que es una energía transmutable, en sonido, calor, luz, etc., la energía aislada no la han captado. Sin embargo, se tendría que reconocer con el tiempo que el elemento primordial en el mundo es de la misma naturaleza que el que produce nuestras ideas.

La energía no es la raíz primaria, la realidad última es de naturaleza mental, no puede limitarse a esa energía y es uno de los aspectos principales de esta realidad y no un poder independiente en sí mismo.

Debemos ampliar nuestra consciencia a dimensiones superiores para conocer verdaderamente el mundo. Debemos aceptar que nuestra experiencia espacio- temporal, investigada hasta su último origen, se revela como una construcción mental. Sólo el lego reconoce la falacia de la forma y aunque esto resulte correcto en el plano de la vida práctica, es una visión equivocada, porque no agota las posibilidades del universo.

La Mente es de por sí la fuente de la energía que la ciencia quiere considerar como elemento primordial del universo. Es la realidad que proyecta la sombra, es la Mente Cósmica, de la que emana la Mente Universal, la que está detrás de todas nuestras mentes. La ciencia se acerca cada vez más a la metafísica, y no está lejano el día en que reconozca que la energía no es más que la actividad de la mente.

Si el individuo y su mundo espacio-temporal están indisolublemente unidos, si es la consciencia individual que por su misma índole incluye al mundo, y si, por consiguiente, la consciencia es la realidad de ambos, esto es así, porque ambos no son otra cosa que manifestaciones de una tercera entidad, que los trasciende y que, por lo tanto, tiene que ser una forma superior de consciencia.

El hombre no puede representar la última palabra en la Naturaleza. Debemos aceptar que tiene que existir una mente prístina, autosuficiente, una mente universalmente difundida, que asuma la consciencia de las miríadas de cosas y seres del mundo, que alcance los cambios y vicisitudes que se producen dentro de su continua dirección. Debe ser un observador del Universo conocido y también de un mundo deshabitado e ignoto. La existencia de un mundo en sí mismo, sin una mente cognoscente, no puede jamás establecerse.

Esta conclusión surge de la base de la percepción interior ultramística y como corolario de un correcto razonamiento, ambos apoyan la confirmación, de la enseñanza oculta respecto de la existencia de esta Mente Suprema

La percepción similar del mundo externo que tenemos todos los seres en conjunto, significa que todos estamos contenidos en una sola e igual Super Mente Eterna que constantemente percibe. Un paisaje visto en vigilia y en sueños, se diferencian en que el primero puede ser visto por otros, porque es independiente de nuestro pensamiento individual, mientras que en sueños surge de nuestro pensamiento personal. Ambos son paisajes puramente mentales. Todos vivimos en un universo de ideas, y el primer paisaje no deja de existir, debido a que su original pensador es la Mente Universal, que todo lo incluye y que es trascendente e inmanente.

La imagen del mundo, no surge a la vida respondiendo a un proceso arbitrario; es algo dado, los seres vivientes no lo han originado, pero lo experimentan en su interior. Hay una relación entre el mundo y el individuo y entre el mundo y una Mente Universal. Las funciones mentales de todos los hombres se relacionan entre sí, esta es la razón por la que todos vemos el mundo en igual orden espacio-temporal. Es su propia existencia múltiple dentro de una mente única, la Mente Universal o Inteligencia Universal, y que constituye el Alma de la Naturaleza.

La mente de un individuo es la única fuente de su experiencia, pero nuestra mente es finita y limitada, no somos responsables voluntariamente del mundo que nos rodea, sin embargo, sabemos que dichos mundos y cosas son estructuras del pensamiento y que sus nacimientos deben ser producto de alguna mente. Debe haber una causa desconocida que dé razones de la constante sucesión de formas mentales que se nos presentan como experiencia. Estas formas deben ser correlatos mentales de una Super Mente Universal que posee el poder de darles forma y de imponerlas a la mente individual.

Facetas de la experiencia del mundo.
Nuestra experiencia del mundo, tiene dos facetas: una interna y otra externa; nuestros pensamientos y el medio ambiente circundante. Sabemos que las impresiones del mundo sensorial nos son impuestas. Sabemos, también, que nuestra faceta de experiencias internas representadas por las ideas, etc., existen
o no de acuerdo a nuestra voluntad.

Para el hombre, los objetos circundantes son materiales, en cambio, las fantasías, los recuerdos, las imágenes mentales son comparativamente irreales. Pero ambos fenómenos tienen una diferencia de grado
y no de naturaleza, lo que no destruye el carácter fundamental mental del mundo. Lo que llamamos cosa, es una creación primigenia de la Mente Universal. Lo que se conoce como pensamiento, es una creación de la mente humana.

La percepción que tenemos de ambas experiencias es distinta; una impresión sensorial deriva de su origen universal y se impone con fuerza en nosotros. En cambio, una fantasía, por ejemplo, surge en nuestro interior con debilidad debido a su origen humano. Es sólo una diferencia de calidad de "conscientización".

En algún acto creador, el artista puede sentir con igual o mayor intensidad que en la experiencia del mundo circundante. Igual le puede suceder a un místico evolucionado, en el momento en que se sumerge en la contemplación devota. Las dos experiencias interna y externa tienen innegablemente una similitud, la fundamental unidad de substancia de la cual surgen.

La Mente Universal tiene el poder de emitir sus fantasías, llenar su vacío aparente, con innumerables pensamientos de cosas, de un modo tal, que sean captadas por toda la humanidad. Cada individuo recibe espontáneamente esas ideas, a través de sus propios mecanismos mentales. La idea del mundo es mantenida frente a nuestra contemplación y experiencia por el efecto del pensar de esa Mente, que nos la impone como si fuera fija e inmutable. Lo que para nosotros es un millón de años, para Ella puede ser un segundo. Sólo conocemos nuestros estados mentales, aunque algunos de ellos aparezcan como cosas. Sólo vemos imágenes mentales, aun cuando algunas de ellas aparezcan como exteriores.

Durante la evolución humana, desde la época primitiva, el hombre se vio obligado a darle prioridad al mundo exterior. Así, los cinco sentidos le hicieron sentir que la materia era una identidad real, y en lugar de considerarla como un pensamiento, comprendió mal su propia experiencia, olvidando que ésta es sólo una forma de la consciencia.

No se trata de negar la existencia de los sólidos, líquidos y gaseosos; sólo considerarlos como elaboraciones mentales. La Mente se manifiesta de diversas formas o fantasías, que resultan distintas entre sí, pero que no quita que nuestras experiencias de las mismas persistan en su origen mental, porque el mundo se externaliza en y por medio de la mente.

¿De qué está hecho el Universo y cuándo se originó?

Ramana Maharshi, explica en sus Pláticas que el universo está compuesto de luz y sonido, lo que corresponden a la mente y a la corriente de vida, en la terminología vedántica. Son densos, sutiles y trascendentales. Los órganos de los sentidos, pueden percibir el aspecto denso. Los otros aspectos no son tan perceptibles. Lo sutil puede inferirse, lo trascendental, es sólo trascendente.

El universo ha existido siempre activo o en estado latente, porque no surgió de un acto repentino de creación, sino debido a un gradual proceso de manifestación. Ha ido surgiendo de la propia "substancia" mental de la Mente Universal. Todo lo surgido de ella es eterno e inmortal, porque ella lo es. No existe, por lo tanto, comienzo ni fin concebibles. Buda afirmó: “no nacido, no creado, no originado."

El universo es eterno y autosuficiente, está en una evolución permanente y de una manera constante, junto a todas sus criaturas. La causalidad es una verdad temporaria, porque no hay en ningún lugar ni una causa ni un efecto final real de todos los acontecimientos. Nada existe por sí mismo, las cosas existen actualmente como efectos indirectos de innumerables causas que se ligan como una cadena infinita, desde el pasado sin comienzo. Existe un tejido de interdependencia que cubre todas las cosas sin excepción,
nada de lo manifestado puede ser auto existente. El proceso de transformación del universo es eterno y esto constituye la ley misma del propio ser del universo. No hay nada particular que sea sólo causa o sólo efecto, siempre son ambas cosas a la vez.

Debemos descartar la causalidad como principio metafísico y sólo comprenderlo filosóficamente, porque la mente finita del ser humano, puede comprender que la cadena de eslabones recíprocamente dependientes, que constituyen una causa, no tiene principio ni fin. El hombre sólo puede concebir algunos factores que contribuyen a esa causa. Mirado desde su trasfondo, el universo siempre ha tenido una realidad oculta y eterna. Esa realidad es la Mente Universal. El mundo representa su manifestación. Ella abarca todas las cosas pero ella no es abarcada por ninguna. El mundo es su auto proyección, su idea. El Universo ha surgido de su meditación constructiva, ha aparecido bajo la forma ordenadamente autodeterminada, plasmado por medio de sus propias impresiones mentales recordadas respecto a un estado anterior de existencia activa.

Paul Brunton


Extractado por Elisa Aliaga de
Brunton Paul.- La sabiduría del Yo Superior Editorial Kier

Más información:
Ramanananda Saraswati.- Pláticas con Sri Ramana Maharshi Editorial Kier
Brunton, Paul.- El sendero secreto. Editorial Kier
Brunton, Paul.- La búsqueda del Yo Superior Editorial Kier
Brunton, Paul.- La india secreta Editorial Horus
Brunton, Paul.- Una ermita en los Himalayas.- Editorial Horus

LUIS MONTERO [LEVI]

miércoles, 24 de junio de 2009

El Fenómeno Místico de la Meditación





Las vivencias que acompañan a la meditación tienen relación con el karma y el carácter individual de cada estudiante. Las visiones clarividentes, trances místicos o fenómenos ocultistas que les ocurren a algunos estudiantes, no significa que sean necesariamente más evolucionados o superiores éticamente a otros que no tienen iguales experiencias. Debe cada uno seguir su curso interior sin preocuparse de las experiencias de los otros.

San Juan de la Cruz dijo: "Muchas almas que jamás han visto visiones son incomparablemente más evolucionadas en el camino de la perfección que otras que han tenido muchas visiones". Estas experiencias, visiones, sueños, éxtasis, se consideran como incidentes que apuntan a un fin único y superior.

Hay siete factores personales que tienden a elaborar o por lo menos influir en dichos
fenómenos místicos. Ellos son:

1.- Las nociones religiosas o místicas previas del hombre entregado a la meditación,
2.- el carácter del foco original de su concentración, es decir, la línea de pensamiento, el objeto físico o el personaje particular sobre el que esté meditando,
3.- las tendencias generales y energías de hábitos procedentes de sus pasados nacimientos,
4.- los complejos innatos,
5.- los prejuicios adquiridos,
6.- el temperamento emocional, las circunstancias físicas y el medio ambiente geográfico,
7.-la capacidad mental. El místico ve lo que inconscientemente ha proyectado.

El Yo Superior aparece frente al meditador en la forma en que éste pueda comprenderlo mejor. Él deja que ellos inconscientemente plasmen la forma del fenómeno, mientras el Yo Superior vierte su propia esencia amorfa en el molde elegido.

El mentalismo ha demostrado incuestionablemente que es la profundidad e integridad de nuestros pensamientos sobre las cosas lo que les otorga realidad. Por vívidas y reales que las visiones puedan parecer a la persona que las "ve," estos fenómenos de clarividencia, sin embargo, "emanan de la mente y se hunden en la mente", como lo afirma cualquier adepto tibetano. Es una inspirada realización mística que esa visión expresa de esa forma, no una ilusión.

La clave es que la forma de la respuesta proviene del hombre mismo; el poder que anima a esa forma, proviene del Yo Superior. Este verdadero elemento divino de una visión, que se siente más que se ve, la convierte en una auténtica revelación.

A esta manifestación del Yo Superior, se añaden otros poderes de la mente, como la telepatía. En toda transferencia de pensamiento, la primera impresión es subliminal y sólo puede hacerse consciente si el receptor no interrumpe el proceso por un rechazo inicial brusco o por un inmediato escepticismo.

Se hace posible la transferencia del pensamiento, cuando las ideas de un hombre pueden despertar vibraciones empáticas en la consciencia de otro hombre. El elemento captador debe ajustarse al mismo periodo de vibración del transmisor. El medio universal que conecta dos cerebros es la Mente. La comprensión del mentalismo ofrece la clave para comprender los fenómenos telepáticos y otros fenómenos a los cuales se les llama sobrenaturales.

Estos hechos siempre deben ser considerados incidentales a la búsqueda espiritual, nunca como acontecimientos esenciales. El Yo Superior es el único rector de los estudiantes que luchan, es el principio rector de todos los ejercicios de meditación. El resultado depende de los esfuerzos y de la reacción, la consciencia superior trabaja independientemente en determinada etapa.

Cuando se manifiesta esta supra-consciencia es en los períodos en que el estudiante deja de luchar. Durante la ausencia de concentración, se articula en los intervalos del no pensar. Todo lo que se haga será para ella.

El renacimiento interior sobrevendrá después de un largo esfuerzo, porque sólo puede producirlo la Gracia divina.

De la visión mística a la visión interior.

Las visiones que se ven en la meditación, si están en las dimensiones espacio- temporales, necesariamente pertenecen al mundo de la relatividad finita. San Juan de la Cruz dijo. "Son sólo gracias que nos preparan para una Gracia mayor".

La Gracia mayor es despertar a lo que está fuera de la dimensión espacio-temporal, la iluminación de la consciencia gracias a un conocimiento que no tiene forma, tamaño, color o voz alguna.

Los místicos que ven a Dios como un objeto o persona, sólo ven la "idea" que ellos tienen de él. La quietud de la mente es el primer requisito para captar al Puro Pensamiento. Nadie puede esperar ver u oír a Dios con los ojos u oídos de la mente, aunque esos sean sutiles. Nada que tenga cualidades materiales se puede presumir como realidad final.

El éxtasis que experimentan algunos místicos es consecuencia del impacto de un poder superior que, por no estar acostumbrados a él, quiebra transitoriamente su equilibrio, debido a la exaltación de la emoción personal. Cuando el éxtasis sobreviene al principio de la meditación, éste desciende en el transcurso de ella y produce una beatífica serenidad de un nivel superior. Cuando sobreviene al final de la meditación, destruye la paz alcanzada durante la meditación, que se encontraba en este mismo plano superior.

Tanto las visiones arrebatadoras como los éxtasis emocionales, se producen en etapas iniciales de la meditación, para desaparecer cuando se alcanzan etapas de mayor evolución. Es preferible un estado de constante equilibrio a un éxtasis exaltador y la presión nostálgica que se ha desencadenado llega a su término.

Al descenso melancólico desde una etapa avanzada se le llama " noche oscura del alma", cuando los éxtasis son reemplazados por estados de ánimo grises y por una sequedad espiritual. Se trata del esfuerzo de la naturaleza para reajustar las fuerzas a un equilibrio de nivel superior. Después de este período puede sobrevenirle al místico la realización evolutiva y la comprensión con una seguridad inconmensurable.

La devoción basada en el conocimiento tiene logros superiores al simple conocimiento. El místico no debería dejarse arrastrar por sus sentimientos personales sino gozar serenamente de ellos, pero llegado a un punto, volver la atención hacia la Mente-en-sí-misma, con presencia de ánimo y sin dejar de vislumbrar la meta superior. Sentimiento y razón deben estar equilibrados, porque de esta interacción puede surgir una actitud verdaderamente profunda hacia Dios.

La auto absorción o trance se caracteriza por su transitoriedad. No es posible mantener a la consciencia sumida en la contemplación todo el tiempo. En estado de vigilia total, solamente, la persona puede ser proyectada por el Yo Superior y alcanzar la más amplia consciencia de la realidad.

Paul Brunton



Extractado por Elisa Aliaga de
Brunton Paul.- La Sabiduría del Yo Superior.-Editorial Kier

LUIS MONTERO [LEVI]

sábado, 20 de junio de 2009

Psicogeometria y Geometria Sagrada



La Psicogeometria es el estudio del ser humano por medio de los principios matemáticos y las prácticas de la Geometría Sagrada. Nos sirve para elevar nuestra calidad de vida; resolver conflictos de pareja, familia, grupo; nos reestablece nuestra capacidad de amar y de construir nuestra felicidad como un proceso geométrico de interpretación de la realidad; nos invita al desarrollo de la conciencia sexual, instintiva, motriz, emocional e intelectual. Sus prácticas nos devuelven la felicidad y la paz del alma.

Los principios fundamentales de la Geometría Sagrada son tres. Primero, la Ley del Unidad - Teoría del Campo Unificado o Teoría de Supercuerdas; segundo, la Ley de Tres Geométrica o Ley de las relaciones - proporción, frecuencia y estructura; tercero, la Ley de Octava o Ley de las transformaciones - explica el proceso que siguen los eventos para desdoblarse en el tiempo y nos permite conocer la forma en que las ondas se expanden para cambiar nuestra dirección de vida hacia una de mayor plenitud, amor y paz.

*¿Que es la Geometría Sagrada?*

La Geometría Sagrada es una metáfora de la Ordenación del Universo: es el estudio de las proporciones, patrones, sistemas, códigos y símbolos que subyacen como eterna fuente de vida de la materia y del espíritu.

La Geometría Sagrada es la huella digital de la Creación. Es el génesis de todas las formas. Es un camino para comprender quienes somos, de donde venimos y adonde vamos. Es una ciencia antigua heredada por el antiguo conocimiento hermético egipcio y griego.

Habitamos en un Universo semiótico, es decir, construido a partir de procesos de significación. Elaboramos estos significados con base en códigos, estructuras, lenguajes y símbolos. La Naturaleza tiene también su propio lenguaje, el lenguaje geométrico. La Geometría Sagrada es el código y utilizar el alfabeto de la Naturaleza que se encuentra en el arte, la arquitectura, el diseño, la ciencia, la física vanguardista, la geomancia, la música, la Cábala, las matemáticas, la ciencia de la Implosión, en el ADN, las retículas terrestres, el color, en nuestro corazón, en los animales, en la geología, en los lenguajes en la Flor de la Vida.

En suma, la Geometría es la ciencia que estudia las proporciones y las medidas de la materia, de la tierra; y es Sagrada en tanto a su relación con el principio de auto-sustentación.

*Introducción al estudio de la Geometría Sagrada - aproximación científica*

En la ciencia somos testigos de un cambio de concepción en la manera como se percibía la naturaleza fundamental o también llamada materia. La materia era considerada desde un punto de vista de sustancia (partículas, quantos) pero actualmente sabemos que la naturaleza fundamental del mundo material solo es posible conocerla por los patrones que subyacen detrás de la materia y que existen como formas o estructuras geométricas de onda.

Tanto nuestros órganos de percepción, como el mundo de fenómenos que percibimos parecen entenderse mejor como sistemas de patrones puros, o como estructuras geométricas de forma y proporción.

Por lo tanto, a lo largo de la historia de la humanidad, tanto nuestros científicos como muchas culturas antiguas han escogido examinar la realidad a través de las metáforas de la geometría y la música. La música es el estudio de las leyes proporcionales de las frecuencias del sonido. La ciencia de la armonía musical es idéntica a la ciencia de la simetría de los cristales cuando comprendemos a la materia como una retícula de ondas espaciadas a intervalos determinados.

El punto de vista moderno de la teoría de cuatro campos y la mecánica de ondas corresponden a la visión antigua de la armonía-geométrica del orden universal como una configuración entretejida de patrones de onda.

En la biología, el papel fundamental de la geometría y la proporción se vuelve más evidente cada día. Debemos revisar nuestras ideas acerca de la codificación genética como un vehículo de replicación y continuidad. Esta codificación no descansa en átomos particulares como carbono, hidrogeno, oxigeno o nitrógeno que es la sustancia de la que esta hecho un gen. El ADN, tiene la función de preservar la vida pero no es solo la composición molecular del ADN lo que permite esta extraordinaria labor sino es su forma helicoidal basada en una larga espiral de dodecaedros desdoblados. Así, podemos asumir que la existencia de patrones geométricos y proporciones exactas es anterior a la sustancia misma. La vida comenzó sin la necesidad de una contraparte material.

Es decir, la molécula del ADN que es portadora de vida, a diferencia de cualquier otra molécula se caracteriza fundamentalmente por su estructura geométrica que es capaz de organizar las ondas-partículas y permitir implotar y distribuir la frecuencia y el voltaje de las ondas de tal manera que cree un vértice de succión y evite la destrucción de otras ondas y su propia destrucción.

Tenemos 5 toroides humanos básicos: el toroide sexual, el toroide emocional, el toroide motríz, el toroide instintivo y el toroide intelectual. La información que cada uno de estos toroides capta es almacenada en su respectivo disco de memoria fractal. Un disco de memoria es un escenario de representación simbólica donde se almacenan las experiencias vividas.

A grandes rasgos, el toroide intelectual organiza las funciones de síntesis, análisis, resolución de contradicciones, planteamiento de problemas, estructuración de datos; el toroide emocional organiza las emociones, los afectos, los sentimientos; el toroide motriz estructura nuestra capacidad de movimientos externos; el toroide instintivo dedica su trabajo a las funciones biológicas internas de nuestro cuerpo, por ejemplo al latido del corazón, a la respiración; y el toroide sexual percibe la atracción biofísica y electromagnética de los cuerpos.

Fuente: http://www.psicogeometria.com
LUIS MONTERO