martes, 2 de junio de 2009

Meditación Reflexiva sobre la Preparación para la Reaparición de Cristo

[DE LA ESCUELA ARCANA LUCIS TRUST]

Sugerencias

1. Se sugiere practicar esta meditación una vez por semana, cada jueves, en lugar de su meditación habitual. Procure asumir la actitud de aspiración, devoción, invocación e intención fija (en el orden indicado), previamente al alineamiento. Para que esta meditación sea el poderoso instrumento que está destinado a ser, los estudiantes esotéricos deben realizarla por medio del corazón y la mente.

2. Trate de llevar a la práctica, entre los jueves de cada semana, los resultados de la reflexión expresados en esta meditación. Establezca planes prácticos y, cada semana, recapitule las actividades previstas, en el momento de prepararse para esta meditación, a la luz de la intención manifestada.

3. Haga esta meditación breve y dinámica. Olvide las diversas etapas, y déjese llevar por la secuencia y la síntesis de la fórmula. Le será fácil hacerlo después de haberlo practicado varias veces.

Etapa I

Después de haber obtenido un estado de positiva e intencionada quietud de la personalidad, formúlese, claramente y con sus propias palabras, las respuestas a las siguientes preguntas:

1. Como miembro del Nuevo Grupo de Servidores del Mundo, ¿Cuál es mi intención específica y fija en estos momentos de dedicado contacto con mi alma?
2. ¿Está el propósito de mi personalidad concentrado y expresado de acuerdo a la intención Jerárquica - hasta donde me es permitido conocerla?
3. ¿He ganado en mi propia vida personal el derecho -no tanto por el éxito alcanzado como por el esfuerzo definido- a contarme entre los Servidores, quienes están emprendiendo, ahora, el trabajo de preparación?

Esta es la única vez, durante la meditación, que uno piensa en sí mismo, y se emplea aquí porque es un método de atención enfocada, pues alinea la personalidad en el plano mental.

Etapa II

Habiendo contestado estas tres preguntas a la luz del alma, diga con énfasis:

"Olvidándome de las cosas del pasado, me esforzaré hacia mis posibilidades espirituales más elevadas; me dedicaré de nuevo al servicio de Aquel que viene, y haré todo lo que pueda para preparar las mentes y los corazones de los hombres para tal acontecimiento. No tengo otra intención en mi vida."

PAUSA

Etapa III

1. Visualice la situación del mundo lo mejor que pueda, de acuerdo a su interés mundial y al conocimiento que posea de los asuntos del mundo. Vea a la humanidad brillando con una luz tenue, y también puntos de luz más brillante, donde los miembros del NGSM y los hombres de intención espiritual y de corazones amorosos trabajan en bien de sus semejantes.
2.

Visualice entonces, por medio de la imaginación creadora, la vívida luz de la Jerarquía fluyendo hacia la humanidad y fusionándose lentamente con la luz que ya posee el hombre. Después, pronuncie la primera estrofa de la Gran Invocación:

Desde el punto de Luz en la Mente de Dios

Que afluya luz a las mentes de los hombres

Que la Luz descienda a la Tierra
3.

Reflexione sobre la reaparición de Cristo, no importa el nombre con el que se le designe en las diversas religiones mundiales. Él es siempre la misma Gran Entidad. Reflexione sobre los posibles resultados de su aparición. Luego, pronuncie la segunda estrofa de la Gran Invocación:

Desde el punto de Amor en el Corazón de Dios

Que afluya amor a los corazones de los hombres

Que Cristo retorne a la Tierra
4.

Trate de concentrar su firme intención de servir y de difundir amor en su medio ambiente y comprenderá que hasta donde pueda realizarlo, está intentando fusionar su voluntad personal con la Voluntad divina. Recite, a continuación, la tercera estrofa de la Gran Invocación:

Desde el centro donde la Voluntad de Dios es conocida

Que el propósito guíe a las pequeñas voluntades de los hombres

El propósito que los Maestros conocen y sirven
5. Considere qué es lo que puede hacer, en la práctica, durante la próxima semana, a fin de apresurar la preparación para la venida de Cristo.

PAUSA

Entone luego tres veces el OM, dedicando la triple personalidad al trabajo de preparación.

( El Discipulado en la Nueva Era, II, p. 202)

LUIS MONTERO

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