miércoles, 16 de septiembre de 2009

[Sobre el Ibis]. 75. PLUTARCO ISIS Y OSIRIS Los misterios de la iniciación



Entre los animales que se veneran en Egipto por ser útiles y simbólicos al mismo tiempo, ya hemos explicado anteriormente en lo concerniente al perro*. [*sobre el culto del perro en Egipto, cf. Eliano, Nat. Anim, X, 45.] En cuanto al ibis*, [*”El ibis –dice Diodoro de Sicilia- procura grandes servicios destruyendo las serpientes, langostas y orugas.” Véase Herodoto, II, 75-76. Los ibis, continúa diciendo este mismo autor, II, 57, se enterraban en Hermópolis, la ciudad de Hermes o de Thot.] además de destruir los reptiles cuya mordedura es mortal, nos enseña el primer uso del lavaje curativo, demostrándonos la manera cómo se administran los clústeres y se purga por sí mismo*. [“Para evitar las enfermedades –dice Diodoro de Sicilia, I, 82- los egipcios trataban el cuerpo con lavados, dieta y vomitivos. Entre ellos había quien empleaba diariamente este sistema; otros cada tres o cuatro días; porque decían que el exceso de alimento ingerido en el cuerpo sólo sirve para engendrar enfermedades.”] Por otra parte, los sacerdotes más escrupulosos en lo referente a los ritos, emplean, para purificarse, agua de la que se sabe bebe el ibis cuando tiene sed, porque este animal no bebe nunca la malsana ni corrompida, al contrario, no se aproxima jamás a ella*. [*Sobre la manera cómo el ibis bebe y se purifica, cf. Eliano, Nat. Anim., II, 35 y VII, 45.] El apartamiento de sus patas con respecto a su pico, determina un triángulo equilátero. Finalmente, la variedad, disposición y mezcla de sus plumas negras y blancas ofrecen la imagen de la Luna redondeada cuando la vemos en la dimensión de sus tres cuartos*. [*Según Eliano, Nat. Anim., II, 38, el ibis, cuya marcha es grave y comparable con la de una virgen, estaba consagrado a la Luna. En el mismo tratado, X, 28, este autor dice que Hermes lo estimaba mucho (Hermes es el dios Thot egipcio), porque las plumas negras de sus alas pueden compararse con un discurso no pronunciado, que surge en nuestro recogimiento interior, y sus plumas blancas son símbolo del discurso proferido, escuchado, de ese discurso servidor, y mensajero de la palabra interior. Por otra parte, cuando el ibis recoge su cabeza y cuello bajo sus alas, toma la figura de un corazón, y con un corazón representaban los egipcios jeroglíficamente a Egipto. Eliano añade que devora a los escorpiones y serpientes. Cf. J.-E Savigni, Hist. Nat. Y mitol. del ibis.

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