domingo, 28 de febrero de 2010

Meditación de Luna Llena

La luna llena es un período especial en el que las energías espirituales están especialmente disponibles y facilitan una relación más estrecha entre la humanidad y la Jerarquía.

Introducción

Meditación de Luna Llena

Los doce Festivales anuales constituirán una revelación de la divinidad. (Alice A. Bailey)

La meditación es un método potente de servicio a la humanidad cuando se usa la mente como un canal para la recepción de las energías de luz, amor y voluntad-al-bien y para dirigirlas a la conciencia humana. Y cada mes, el momento de la luna llena ofrece una gran oportunidad para utilizar la meditación - especialmente en formación grupal - como un medio de colaboración con el Plan o Intención divina para nuestro mundo.
Podemos preguntarnos, ¿qué tiene que ver la luna con esto? Las energías de luz, amor y voluntad-al-bien siempre están disponibles para aquellos que pueden entrar en contacto con ellas en la meditación. Pero en todos los aspectos de nuestra vida planetaria hay ciclos de flujo y reflujo de energias espirituales con las que los grupos, así como los individuos, pueden cooperar conscientemente. Uno de los ciclos mayores de energía coincide con las fases de la luna, cuando alcanza su máximo, su apogeo, en el momento de la luna llena. Por consiguiente, éste es un momento en el que a través de la meditación, el grupo puede convertirse en un canal singularmente eficaz.
La propia luna no tiene influencia en el trabajo; pero el orbe totalmente iluminado de la luna indica una alineación libre y sin obstáculos entre nuestro planeta y el sol, el centro solar, la fuente de energía para toda la vida en la Tierra. En esas ocasiones podemos realizar un acercamiento definido a Dios, el Creador, el centro de vida e inteligencia. Que esta percepción fue parte de la antigua comprensión intuitiva de la humanidad, se comprueba por las numerosas fiestas religiosas que se fijan con referencia a la luna o una constelación zodiacal. La Ley esotérica de los Ciclos - ley que está simbolizada por la intensificación del brillo de la luna seguida de su disminución - afirma que podemos colaborar conscientemente con el flujo de energías espirituales:
La meditación del alma es rítmica y cíclica en su naturaleza como ocurre en todo el cosmos. El alma respira y por eso su forma vive. No debe pasarse por alto la naturaleza rítmica de la meditación del alma en la vida del aspirante. Hay un flujo y reflujo en toda la naturaleza, y en las mareas del océano tenemos un cuadro maravilloso de una ley eterna... la idea de una respuesta cíclica a los impulsos del alma que se sitúa tras las actividades de la meditación matutina, del recogimiento del mediodía, y de la recapitulación de la tarde. También indican un amplio flujo y reflujo los dos aspectos de la luna llena y la luna nueva. (Alice A. Bailey)
Hoy son incontables los grupos, grandes y pequeños, que prestan servicio, y se reunen regularmente a lo largo del mundo, en el momento de la lluna llena, cada mes, para el trabajo de meditación. Es útil entender estas reuniones de meditación de grupo, que se han celebrado durante muchas décadas, como un servicio a la humanidad. Así que el trabajo no empieza de nuevo cada mes o cada año. A lo largo de los años se ha creado un canal grupal apto para la distribución de energía, que crece y se construye continuamente sobre lo que se ha logrado, y que demanda de nosotros, en todo momento, una profunda comprensión y una creciente capacidad de penetrar en nuevos niveles de conciencia, elevando así la conciencia de la humanidad entera, hasta del fragmento más inapreciable.
Es comprensible que esto pueda ser difícil para los principiantes. Pero si se pone el énfasis en la contribución que cada uno puede hacer en la meditación, y en vista de la naturaleza grupal de este trabajo, que incluye a individuos en varios niveles de desarrollo y comprensión, trabajando juntos a través del esfuerzo de grupo como una unidad funcionante, es posible mantener un grupo abierto en condición fluida, sin afectar la potencia del canal grupal, mientras, al mismo tiempo, se ofrece la oportunidad a aquellos que desean contribuir como pueden. En otros términos, venimos a dar - no a recibir.
Es conveniente tener un poco de comprensión de las cualidades espirituales particulares y de las oportunidades que nos proporciona el signo astrológico. Así aunque los factores astrológicos no son el centro de las reuniones, es útil ser conscientes de las influencias generales y persistentes cuando entramos en su órbita, y también ser sensibles e intuitivos a los cambios de enfasis de acuerdo con el desarrollo del trabajo planificado de la Jerarquía y las condiciones cambiantes que crea la humanidad.
Nos interesa este sentido en la astrología esotérica: la astrología del alma, del discípulo. No es necesario saber los postulados fundamentales de la astrología mundana de la personalidad, o del yo inferior, que todavía no responde adecuadamente a la influencia del alma. Podemos captar y entender algo por lo menos de los principios de la astrología esotérica, que esencialmente es la ciencia de la relación sin el trasfondo de la astrología ortodoxa. Sin embargo, la astrología esotérica es sólo de las muchas ciencias que deben desarrollarse y ussarse durante la era de Acuario. Por consiguiente, aunque cierta energía y actividades que se derivan, basadas en lo que conocemos de los signos zodiacales actuales, es significativo, no hay necesidad de poner un enfasis indebido en ellos.
Las energías que únicamente están disponibles en la luna llena - cuando se asimilan, reciben y transmiten correctamente en la meditación - pueden ser un instrumento para ayudar a la humanidad a continuar avanzando hacia su meta espiritual como un centro de conciencia integrado alineado dentro del cuerpo de Aquel en Quien vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser. Éste es el objetivo esencial de las reuniones mensuales de meditación de luna llena.
En la preparación para la meditación de grupo, la parte más significativa del trabajo es la alineación e integración como grupo, abiertos en conciencia a la Jerarquía y a Cristo como cabeza de la Jerarquía, para formar un canal útil para transmitir energía a la conciencia humana. Para tener éxito, debemos saber algo de cómo la Jerarquía trata de aprovechar las oportunidades del período especial de la luna llena. ¿Dónde pone el enfasis la Jerarquía según el cambio en las corrientes de energía y según los acontecimientos y circunstancias cambiantes en la humanidad? Esto es lo que debemos intentar intuir y registrar. Si, con el pensamiento, podemos tocar alguno de estos factores esenciales, podemos prestar un gran servicio práctico en nuestro esfuerzo para colaborar con la meditación del gobierno interno del planeta - la Jerarquía espiritual -, ayudando crear un fermento en la conciencia humana, y provocando un cambio de actitudes de mente y corazón y un cambio en las condiciones de los asuntos mundiales.
Al emprender el servicio de meditación de luna llena, el objetivo es trabajar imaginativamente como miembros del nuevo grupo de servidores del mundo, dedicado al servicio mundial. Espiritual y telepáticamente, el grupo es uno y el trabajo es uno. Esencialmente, claro está, son reuniones para la meditación en el momento cuando (en que) la meditación por una fusión y enfoque subjetivo del grupo mundial de servidores puede ser usado eficazmente por la Jerarquía para canalizar (encauzar) la energía y para los propósitos de la redención humana. Por consiguiente, la meditación de grupo es el objetivo de los grupos que se reunen cada mes. Estas reuniones no se usan para enseñar los principios esotéricos elementales. Una charla, que a menudo se da como preparación para la meditación, no pretende ser un discurso, sino sólo una ayuda para enfocar, unir y elevar los pensamientos de los presentes.
Sin embargo, procuramos que siempre haya tres factores vitales en la mente:
1. El trabajo que desarrollamos está basado en un hecho fundamental del ocultismo, la ciencia de la energía, que reconoce que todo es energía y que la energía sigue y se conforma (o se adapta) al pensamiento.
2. También está basado en lo que se ha llamado la idea central del ocultismo - que incluso el átomo más pequeño de sustancia contiene dentro de él aquello que puede responder a la energía y al estímulo espiritual.
3. Un pasaje del libro El Discipulado en la Nueva Era proporciona el entramado humano y planetario del que procede nuestro trabajo:
El efecto de la meditación humana en este momento es cambiar las condiciones, invocar las potencias espirituales superiores, trabajar con concentración - tanto vertical como horizontalmente - dentro del mundo de los hombres y del reino de Dios. Esta actividad vertical y horizontal contiene el secreto de la meditación creadora. Invoca las energías superiores y crea un canal de contacto entre el alma y el espíritu. Esto se realiza mediante lo que he denominado meditación vertical. También evoca y crea un fermento o movimiento dinámico en ese nivel del ser que debe ser afectado o cambiado, siendo éste el aspecto horizontal. Ambas actividades vertical y horizontal describen el método de invocación y evocación, tal como lo emplean todos los grupos vinculadores entre los diferentes centros planetarios. (Alice A. Bailey)
En la Nueva Religión Mundial, "la ciencia de invocación y evocación", ocupará el lugar de lo que ahora llamamos 'culto' y 'oración''. Cada período de luna llena o Festival espiritual será un tiempo definido de invocación grupal enfocada, y trabajamos para conseguirlo. De todas las lunas llenas del año, hay tres qué tienen mayor importancia espiritual, concentradas en tres meses consecutivos, y que llevan, por consiguiente, a un esfuerzo espiritual anual prolongado que afectará el resto del año:
1. El Festival de Pascua - la luna llena de Aries.
2. El Festival de Wesak - la luna llena de Tauro.
3. El Festival de Buena Voluntad - la luna llena de Géminis.
Ya se celebran tres Festivales Espirituales a lo largo del mundo, aunque todavía no están relacionados mutuamente. Está llegando el tiempo en que los tres Festivales se celebraránsimultáneamente a lo largo del mundo, y, de esta manera se logrará una gran unidad espiritual y los efectos del gran Acercamiento que se cierne sobre nosotros en este momento se estabilizarán por la invocación unida de la humanidad.
Las lunas llenas restantes constituirán festivales menores, pero también se reconocerán como de importancia vital. Establecerán los atributos divinos en la conciencia de hombre, así como los festivales mayores establecen los tres aspectos divinos... De esta manera, los doce festivales anuales constituirán una revelación de la deidad. (Alice A. Bailey)

Técnica de Meditación

APROXIMACION A LA JERARQUIA EN LA LUNA LLENA

La luna llena es un período especial en el que las energías espirituales están especialmente disponibles y facilitan una relación más estrecha entre la humanidad y la Jerarquía. Cada mes, las energías que afluyen traen las cualidades específicas de la constelación que afluye en ese mes concreto; esas energías a medida que van afectando, consecutivamente, a la humanidad, van estableciendo los "atributos divinos" en la conciencia de los hombres. Como aspirantes y discípulos, intentamos canalizar la afluencia espiritual hasta las mentes y los corazones de los hombres y, de esa manera, fortalecer el vínculo que une al reino humano con el Reino de Dios.
Tanto las personas, individualmente, como los grupos y la humanidad, en su conjunto, pueden empezar a hollar el Sendero del Acercamiento. En el momento de estos Acercamientos, siempre que el contacto se lleve a cabo en formación grupal, se pueden contactar, captar y utilizar energías con las que, normalmente, no solemos contactar. De esta manera el grupo y la humanidad se enriquecen y vitalizan.
NOTA CLAVE del Acercamiento a la Jerarquía en la luna llena:
Aquel que vuelve su rostro hacia la luz y permanece dentro de su esplendor queda cegado para los asuntos del mundo de los hombres; penetra en el Sendero Iluminado que lleva hacia el Gran Centro de Absorción. Pero aquel que siente la necesidad de adentrarse en ese sendero, pero, sin embargo, ama a su hermano que se encuentra en el sendero oscurecido, gira sobre el pedestal de la luz y se vuelve en dirección opuesta.
Vuelve su rostro hacia la oscuridad y, entonces, los siete puntos de la luz dentro de sí mismo transmiten la luz que irradia hacia el exterior y, he aquí que los rostros de los que hollan el sendero oscurecido reciben esa luz. Para ellos ya el camino no está tan oscuro. Detrás de los guerreros, entre la luz y la oscuridad, resplandece la luz de la Jerarquía".
MEDITACION: DEJAR PENETRAR LA LUZ
I. FUSION DE GRUPO. Afirmemos la realidad de la fusión e integración grupales, dentro del centro cardíaco del Nuevo Grupo de Servidores del Mundo, que es el mediador entre la Jerarquía y la Humanidad:
Soy uno con mis hermanos de grupo y todo lo que tengo les pertenece.
Que el Amor que hay en mi alma afluya a ellos.
Que la fuerza que hay en mí los eleve y ayude.
Que los pensamientos que mi alma crea les alcancen y animen.
II. ALINEAMIENTO. Proyectamos una línea de energía iluminada hacia la Jerarquía Espiritual del Planeta, el corazón planetario, el gran Ashrama de Sanat Kumara; y hacia Cristo en el corazón de la Jerarquía. Extendamos la línea de luz hacia Shamballa, el centro donde la voluntad de Dios es conocida.
III. INTERVALO SUPERIOR. Mantengamos la mente contemplativa abierta a las energías extra-planetarias que afluyen a Shamballa y se irradian a través de la Jerarquía. Mediante el uso de la imaginación creadora, esforcémonos por visualizar los tres centros planetarios - Shamballa, Jerarquía y humanidad - entrando gradualmente en alineamiento e interacción.
IV. MEDITACION. Reflexionemos sobre el pensamiento simiente, utilizando la nota clave correspondiente al signo del zodíaco
V. PRECIPITACION. Utilizando la imaginación creadora, visualicemos las energías de Luz, Amor y Voluntad al Bien, fluyendo por todo el Planeta anclándose en la Tierra, en los centros del plano fisíco preparados, a través de los cuales puede manifestarse el Plan. Utilicemos la séxtuple progresión del Amor Divino como una serie de etapas consecutivas para la precipitación de energía: desde Shamballa a la Jerarquía, a Cristo, al Nuevo Grupo de Servidores del Mundo, a los hombres y mujeres de Buena Voluntad de cualquier parte del mundo y a los centros físicos de distribución.
VI. INTERVALO INFERIOR. Nuevamente, como grupo, enfocamos la conciencia dentro de la periferia del gran Ashrama. Juntos afirmamos:
En el centro de todo Amor, permanezco.
Desde ese centro, yo el Alma, surgiré.
Desde ese centro, yo el que sirve, trabajaré.
Que el Amor del Ser Divino se derrame por todas partes,
En mi corazón, a través de mi grupo y al mundo entero.
Visualizamos el descenso del influjo espiritual liberado desde Shamballa, pasando a través de la Jerarquía, y afluyendo hacia la humanidad mediante el canal preparado. Consideremos de qué manera estas energías entrantes establecen el "Sendero de Luz" para el advenimiento del Instructor Mundial, Cristo.
VII. DISTRIBUCION. A medida que entonamos la Gran Invocación, visualicemos la afluencia de la Luz, el Amor y el Poder desde la Jerarquía espiritual, a través de las cinco entradas planetarias: Londres, Dajeerling, Nueva York, Ginebra y Tokio, iluminando la conciencia de toda la raza humana.
LA GRAN INVOCACION
Desde el punto de Luz en la Mente de Dios
Que afluya luz a las mentes de los hombres
Que la Luz descienda a la Tierra.
Desde el punto de Amor en el Corazón de Dios
Que afluya amor a los corazones de los hombres
Que Cristo retorne a la Tierra.
Desde el centro donde la Voluntad de Dios es conocida
Que el propósito guíe a las pequeñas voluntades de los hombres
El propósito que los Maestros conocen y sirven.
Desde el centro que llamamos la raza de los hombres
Que se realice el Plan de Amor y de Luz
Y selle la puerta donde se halla el mal.
Que la Luz, el Amor y el Poder restablezcan el Plan en la Tierra.
OM OM OM

Notas Clave

NOTAS CLAVE PARA EL DISCÍPULO

ARIES: Surjo y desde el plano de la mente rijo.
TAURO: Veo, y cuando el Ojo está abierto, todo es luz.
GÉMINIS: Reconozco mi otro yo, y al menguar ese yo, crezco y brillo.
CáNCER: Construyo una casa iluminada y en ella moro.
LEO: Yo soy Ese y Ese soy yo.
VIRGO: Yo soy la madre y el niño; Yo, Dios, soy la materia.
LIBRA: Elijo el Camino que conduce entre las dos grandes líneas de fuerza.
ESCORPIO: Guerrero soy y salgo triunfante de la batalla.

SAGITARIO: Veo la meta. Alcanzo esa meta, y luego veo otra.
CAPRICORNIO: Perdido estoy en luz suprema, sin embargo a esa luz doy la espalda.
ACUARIO: Agua de vida soy, vertida para los hombres sedientos.
PISCIS: Abandono el hogar del Padre y, retornando, yo salvo.
Estas notas clave pueden utilizarse consecutivamente como pensamiento simiente para el trabajo de meditación de cada mes en el momento de la luna llena.

viernes, 26 de febrero de 2010

La Jerarquía




Aunque el tema de la Jerarquía oculta del planeta es de interés profundo para todo hombre, su verdadero significado no será comprendido hasta que los hombres no reconozcan tres cosas que están relacionadas con él:

1º La Jerarquía de Seres Espirituales (5º Reino o Reino de Dios) representa una síntesis de fuerzas y energías conscientemente manejadas para el progreso del sistema planetario.

2º Estas fuerzas y energías, manifestadas en nuestro planeta por medio de las grandes personalidades que componen la Jerarquía, la enlazan a ella y a todos los que la componen con la Jerarquía Superior llamada Solar. Nuestra Jerarquía es una miniatura de la síntesis mayor de aquellas entidades auto conscientes que actúan, controlan y se manifiestan por medio del Sol, de los siete planetas sagrados y de los demás planetas mayores y menores que componen nuestro sistema solar.

3º La Jerarquía tiene cuatro líneas de acción predominante que son:
a) desarrollo de la auto consciencia en todos los seres humanos.
b) desarrollo de la consciencia en los tres reinos inferiores: mineral, vegetal y animal.
c) transmisión de la voluntad del Logos Planetario.
d) servir de ejemplo a la Humanidad.

El Trabajo de la Jerarquía

a) Desarrollo de la auto consciencia en todos los seres humanos.
La Jerarquía trata de proporcionar las condiciones adecuadas para que se desarrolle la auto consciencia en todos los hombres. Esto lo realiza a través del servicio, la enseñanza, el sacrificio y la renunciación, y por medio de la afluencia constante de la luz en sentido esotérico que emana de ella. Es realmente "la luz del mundo".

Este quinto reino constituido por la Jerarquía se alcanza por medio del control y pleno desarrollo del quinto principio o mente y su transmutación en sabiduría. Lo cual es literalmente la inteligencia aplicada a todos los estados mediante la utilización plena y consciente de la facultad del amor discriminatorio.

b) Desarrollo de la consciencia en los tres reinos inferiores: mineral, vegetal y animal.
En el reino mineral el trabajo de la Jerarquía va dirigido al desarrollo de la actividad discriminatoria y selectiva. La característica de toda materia consiste en un cierto tipo de actividad y desde el momento en que esta actividad se propone la construcción de nuevas formas, aunque sean las más rudimentarias, se manifiesta la facultad de discriminar: tercer aspecto del Logos (actividad inteligente).

En el reino vegetal se agrega a esta facultad, la facultad de respuesta a la sensación, rudimentaria condición del segundo aspecto del Logos.

En el reino animal se intensifican estas cualidades y se agregan el propósito y la voluntad en estado embrionario. Lo llamamos instinto hereditario pero es el rudimento del primer aspecto del Logos.

En el ser humano se sintetizan estas tres líneas de desarrollo y llegan a su plena fructificación. El es inteligencia activa manifestada, es amor y sabiduría incipientes aunque ello no sea más que la meta para
su esfuerzo, y está en él la voluntad embrionaria inicial que llegará a su pleno desarrollo después de que haya entrado al 5º reino.

En ese reino se tiene que desarrollar la consciencia grupal, la cual se manifiesta en la plena floración de la facultad amor-sabiduría.

c) Transmisión de la voluntad del Logos Planetario.
Estos Grandes Seres son transmisores de la voluntad del Logos Planetario y, a través de él de la voluntad del Logos Solar para hombres, devas o ángeles.

Todo sistema planetario, también el nuestro, son centros de energía en el cuerpo del Logos Solar, expresando cada planeta un tipo particular de energía. En el caso de nuestro Logos Planetario la energía que él está llamado a incorporar es un secreto de iniciación porque dicho conocimiento encierra un peligro
y la humanidad actual aún no posee consciencia grupal y, por lo tanto, no se puede esperar que trabaje, piense, proyecte y actúe para el grupo. El hombre es aún demasiado egoísta, aunque no hay motivo para desanimarse por ello. La consciencia grupal es ahora algo más que una utopía pues la fraternidad y el reconocimiento de sus obligaciones empieza a penetrar en la consciencia de los hombres. Tal es el trabajo de la Jerarquía de la Luz, demostrar a los hombres el verdadero significado de la fraternidad y fomentar en ellos la respuesta al ideal que existe en estado latente.

d) Servir de ejemplo a la Humanidad.
Este punto que tienen que conocer los hombres y aceptar como hecho fundamental es que esta Jerarquía está compuesta por aquellos que han triunfado sobre la materia y han llegado a la meta por el mismo camino que enseñan hoy a los individuos.

Estas personalidades espirituales, estos Adeptos (4a iniciación) y Maestros (5a iniciación) han luchado
por obtener la victoria y el control en el plano físico y se han enfrentado con las miasmas, brumas, peligros, perturbaciones, angustias y dolores de la vida diaria. Han hollado todas las etapas del sendero del sufrimiento, han sufrido toda clase de experiencias, han superado todas las dificultades y han triunfado. Estos Hermanos Mayores de la raza han sufrido la crucifixión del yo personal y conocen la absoluta renunciación de permanecer en este planeta, postergando su propia evolución con tal de cooperar con los planes del Logos Planetario.

No hay ninguna fase de agonía, ningún sacrificio consumado, ninguna Vía Dolorosa por la que no hayan pasado y en esto radica su derecho a servir y el poder de su demanda.

Estos Hermanos Mayores se caracterizan por un persistente amor que actúa siempre en bien del grupo; por un conocimiento adquirido en el transcurso de millares de existencias durante las cuales se abrieron camino desde el fondo de la vida y de la evolución (ser material) hasta llegar a la cima; por una experiencia basada en el tiempo mismo y en una multiplicidad de reacciones e interacciones del yo inferior; por un valor que es el resultado de esa experiencia y el producto de épocas, afanes, fracasos y renovados esfuerzos los cuales al fin les dieron el triunfo y les permitieron colocarse al servicio de la humanidad; por un propósito luminoso, inteligente y solidario, ajustado al grupo y al Plan de la Jerarquía y adaptado a la finalidad del Logos Planetario.

Cuando los hombres comprendan estos cuatro hechos enumerados y sean establecidos como verdades en la consciencia de la humanidad, podremos esperar el advenimiento del ciclo de paz, reposo y rectitud que se predice en todas las escrituras sagradas del mundo. El Sol de la justicia iluminará al mundo y la paz más allá de toda comprensión reinará en el corazón de todos los hombres.

Estas afirmaciones sobre la Jerarquía Oculta despiertan la curiosidad y el interés pero sólo puede darse una información general al comienzo del aula de la Instrucción.

Las religiones de todas las razas incluyendo la cristiana, dan indicaciones que aparentemente corroboran estas ideas. Aceptémoslas como hipótesis comprobantes de la consumación del progreso evolutivo en el hombre y de su actuación para lograr la perfección. Busquemos pues la verdad hasta vivenciarla como un hecho de nuestra propia consciencia; toda fe religiosa expone la creencia de que los que buscan con fervor encuentran lo que buscan, por lo tanto, busquemos hasta que nuestra investigación nos lleve poco a poco a conseguir que la luz de la verdad nos ilumine el corazón y el cerebro. Así comprenderemos que el proceso de evolución ha dado por fruto el traer sucesivas expansiones de consciencia hasta llegar a la iluminación. Las iniciaciones y el 5º reino ya no serán una quimera o una utopía sino un hecho establecido en la consciencia del que hizo el esfuerzo por cerciorarse por sí mismo.

La aparición de la Jerarquía en el planeta Tierra
Hace unos 18 millones de años en la mitad de la época lemuriana, la tierra estaba poblada por hombres animales, los ejemplares más perfeccionados del 3er reino con un poderoso cuerpo físico, un cuerpo astral coordinado en sus sensaciones y un germen incipiente de mente rudimentaria al estilo de los mamíferos más desarrollados en la actualidad (perros, gatos, caballos, delfines). Había llegado a ser un receptáculo apropiado para la entrada de las entidades auto conscientes (mónadas) que habían esperado precisamente esa oportunidad durante largas edades. El reino humano, o 4º reino, vino a la existencia y el hombre, o yo inferior, comenzó su carrera. Este acontecimiento es lo que se llama individualización.

Junto con esto vinieron a la tierra 105 Grandes Seres Espirituales o "Kumaras", desde el planeta Venus y fundaron la Jerarquía de los Hermanos de la Luz. Se distribuyeron las funciones y los procesos de evolución de todos los sectores de la naturaleza quedaron bajo la sabia y consciente guía de esa Fraternidad inicial.

Uno de los Kumaras, Sanat Kumara, quedó hasta hoy como el representante del Logos Planetario en la tierra. Es el Señor del Mundo, el Sumo Avatar, el Anciano de los Días, Melquisedec, el Joven de los Veranos Eternos. Junto con otros 6 kumaras constituyen la Cámara del Concilio, autoridad máxima de la Jerarquía entonces y ahora. Existen en un lugar llamado Shamballa situado en el plano etérico sobre el desierto de Gobi.

Durante millones de años el progreso del género humano fue lento, razas diferentes aparecieron y desaparecieron antes de que fuese posible de que seres humanos pudiesen reemplazar a los grandes seres venusianos que habían venido a colaborar a este planeta.

En la mitad de la cuarta raza raíz, la atlante, una parte de los kumaras fue llamada a desempeñar otras tareas a otros lugares del sistema solar. Esto produjo una serie de cambios en la Jerarquía y por primera vez se hizo el intento de dar una oportunidad a aquellos humanos más avanzados. En la Cámara del Concilio del Señor del Mundo se tomaron tres decisiones:

1) Cerrar la puerta por donde los hombres animales pasaban al 4º reino, no permitiendo que las mónadas existentes en planos superiores siguieran apropiándose de cuerpos. Esa era la puerta de la
individualización y está cerrada hasta hoy.

2) Abrir otra puerta y permitir que aquellos miembros de la familia humana que hubiesen hecho méritos suficientes ingresaran a la Jerarquía en el peldaño más inferior, produciendo una serie de ascensos en el resto. Esta puerta se llamó el Portal de la Iniciación y quedó abierta para la humanidad hasta hoy.

3) Se decidió trazar una línea bien definida entre las fuerzas de la materia y las del espíritu. Fue recalcada
la innata dualidad de toda manifestación a fin de enseñar a los hombres cómo liberarse por sí mismos de las limitaciones del 4º reino y así poder pasar al 5º reino o espiritual. El problema del bien y del mal, de la luz
y de la oscuridad, de lo correcto y lo incorrecto fue proclamado únicamente en beneficio de la Humanidad con el fin de capacitar a los hombres para romper las cadenas que los aprisionaban y lograr la liberación espiritual. Este problema del bien y del mal no existe en los reinos inferiores ni en aquellos que han trascendido el 4º reino.

El hombre tiene que aprender a través de la experiencia y del dolor el hecho de la dualidad de toda existencia. Una vez experimentado esto, elige lo que se relaciona con el espíritu en forma plenamente consciente y aprende a centrarse en ese aspecto.

La Jerarquía aprovechó de este modo la facultad discriminatoria de la mente para que el hombre, por el equilibrio de los pares de opuestos, alcanzara su meta y hallara el camino de regreso a la fuente de origen.

Esta decisión condujo a la gran lucha de la civilización atlante que culminó con la destrucción provocada por ese diluvio a que se refieren todas las escrituras sagradas. Las fuerzas de la Luz y las de la Oscuridad se enfrentaron y esto persiste aún como se pudo ver en la Segunda Guerra Mundial.

La Estructura de la Jerarquía.

La Cámara del Concilio:
Colaborando directamente con Sanat Kumara hay tres Kumaras llamados Budas de actividad. Estos cuatro Grandes Seres (mónadas en evolución cósmica) representan la voluntad activa, amorosa e inteligente que rige el planeta y son el canal de la energía que fluye de nuestro Logos Planetario.

Los otros tres Kumaras actúan esotéricamente y, en forma incomprensible para nosotros, canalizan tipos de Energía extraplanetarias.

Además existen otros cuatro Grandes Seres (mónadas en evolución cósmica) que son los representantes de los cuatro Señores del Karma del Sistema Solar y tienen relación con:

1) La distribución del karma o destino humano en lo que afecta a los individuos, y a través de ellos a los grupos.

2) La manutención de los registros akásicos, "las anotaciones en los libros" de la que habla la Biblia.

3) La participación en los concilios solares. Sólo ellos tienen derecho a pasar más allá de la periferia del esquema planetario y participar en los concilios del Logos Solar. Representan a nuestro Logos Planetario en todo lo que le concierne dentro del esquema mayor, el Solar, del que forma parte.

Con ellos cooperan grandes grupos de iniciados y de devas que se ocupan del correcto ajuste del karma mundial, racial, nacional, grupal e individual. Traen a su debido tiempo las encarnaciones de los Egos según los diferentes rayos.

Los otros miembros de la Jerarquía se dividen en tres grupos o departamentos principales y cuatro subsidiarios, estando presididos los grupos principales por uno de aquellos a quienes llamamos los tres Grandes Señores (7a iniciación).

El Trabajo del Manú.
Él preside el primer grupo. Es el Manú de la 5a raza raíz. Es el prototipo de nuestra raza aria, habiendo dirigido su destino desde su comienzo hace alrededor de 100.000 años. Su lugar será ocupado por algún otro cuando ascienda a la 8a y 9a iniciación.

El Manú, o prototipo de la cuarta raza raíz, trabaja en íntima colaboración con Él. Es el 2º Manú de esa raza y la rige desde la época posterior al diluvio. El se encargará a su debido tiempo de su desaparición.

El trabajo del Manú involucra el gobierno y las políticas planetarias y el establecimiento, dirección y disolución de tipos y formas raciales. A Él se le confía la voluntad y el propósito del Logos Planetario. Él sabe cuál es el objetivo inmediato de este ciclo de evolución que debe presidir. Su trabajo es hacer cumplir esta voluntad.

Trabaja en íntima colaboración con los devas constructores puesto que su misión consiste en establecer el tipo racial; segregar los grupos de los que se desarrollarán las razas; manipular las fuerzas que mueven la corteza terrestre, elevar y hundir los continentes; dirigir las mentes de los estadistas de todas partes de modo que el gobierno de las razas proceda como es necesario y se produzcan las condiciones que darán como resultado un tipo étnico particular. Todo esto sucede por su perfecta comprensión de lo que tiene que realizarse, por su poder de visualizar aquello que debe hacerse y por su capacidad para transmitir energía creadora y destructora a sus ayudantes. Todo esto se realiza por el poder del sonido. Representa el primer aspecto del Logos y Él y sus ayudantes pertenecen al primer Rayo: Voluntad - Poder.

El Trabajo del Instructor del Mundo.
El 2º grupo está presidido por el Instructor del Mundo. Es aquel gran Ser que los cristianos llaman Cristo, los hindúes, Krishna, los budistas, señor Maitreya o el Buda que ha de venir, y para los mahometanos, es Imán Madhi.

Ha dirigido este departamento desde el 600 a.C., cuando reemplazó al Buda. Él fue quien apareció entre los hombres y que aparecerá de nuevo para ser Buda. Ahora es un Bodhisattva. A través de Él fluye la energía del 2º aspecto del Logos Planetario. Él y sus ayudantes directos pertenecen al 2º Rayo: Amor - Sabiduría.

Es el Maestro de los maestros y de los ángeles y a Él se le ha confiado la guía de los destinos espirituales de los hombres y el desarrollo del crecimiento interno de cada ser humano.

Así como el Manú se ocupa de proveer el tipo y las formas a través de las cuales evoluciona la consciencia y así obtener experiencias en su sentido más profundo, el Instructor del Mundo dirige esta consciencia interna en su aspecto vida o espíritu tratando de vitalizarla dentro de las formas, para que a su debido tiempo la forma pueda ser descartada y el espíritu liberado, volver a su origen.

Desde que dejó la tierra, como dice con relativa exactitud la Biblia (aunque con errores en los detalles) siempre ha permanecido con los hombres. Nunca se ha ido realmente, sino sólo en apariencia. Trabaja en íntima colaboración con sus dos grandes Hermanos: el Manú y el Mahachoan, y es amado por todos aquellos que tienen verdadera y fervorosa aspiración. Conoce a todos los buscadores y, aunque no tengan consciencia de Él, la luz que de Él emana estimula sus anhelos, fomenta la chispa de luz naciente e impulsa al aspirante hasta que amanezca el gran día en el que se encuentre frente a él como el Iniciador de los Sagrados Misterios. Es Cristo quien imparte la 1a y la 2a iniciación.

El Trabajo del Señor de la Civilización, el Mahachoan.
Él encabeza el 3er grupo. Ocupa su cargo durante un período más largo que el de sus dos grandes hermanos y puede permanecer durante varias razas raíces. Es la totalidad del aspecto inteligencia, el 3er aspecto del Logos, y pertenece, junto con sus ayudantes directos, al 3er Rayo.

El actual Mahachoan no es el que originariamente ocupó ese lugar al establecerse la jerarquía en la época lemuriana. Entonces lo ocupaba uno de los Kumaras o Señores de la Llama que llegaron junto con Sanat Kumara. Él empezó en la mitad de la cuarta raza raíz, atlante . Se individualizó en la Luna (como lo hizo el Buda) y al empezar la raza atlante ya tenía un nivel de ser equivalente a un adepto (4a iniciación).

Su trabajo es el de fomentar y fortalecer la relación entre el espíritu y la materia, la vida y la forma, el Yo y el No-Yo, cuyo resultado es lo que llamamos civilización. Maneja las fuerzas de la naturaleza y es en gran parte la fuente de la energía eléctrica tal como la conocemos. Él es quien, de muchas maneras, hace posible el trabajo de sus dos grandes hermanos. Sus planes y deseos le son sometidos y por Él pasan las instrucciones a un gran número de agentes dévicos.

Así tenemos Voluntad, Amor e Inteligencia representados en estos tres Grandes Señores. Tenemos el Yo
y el No-Yo y la relación entre ellos sintetizada en la unidad de la manifestación. Tenemos gobierno racial, religión y civilización, constituyendo un todo coherente. La más íntima colaboración y unidad existe entre estos tres Personajes y todo movimiento, plan y acontecimiento, pasa por su previo conocimiento unificado. Están en continuo contacto con el Señor del Mundo y toda la dirección de los asuntos descansa en sus manos y las del Manú de la cuarta raza raíz. El Instructor del Mundo ocupa su lugar en conexión con las razas cuarta y quinta.

Cada uno de estos Jefes de Departamento principales dirige un cierto número de cargos subsidiarios y el departamento del Mahachoan está dividido en cinco secciones que abarcan los cuatro aspectos menores del gobierno jerárquico: Rayos tercero a séptimo.

A las órdenes del Manú trabajan los regentes de las distintas divisiones geográficas del mundo, los que, aunque son invisibles a los ojos de la humanidad, tienen en sus manos el gobierno de continentes y naciones, guiando sus destinos sin presionar, inspirando a estadistas y gobernantes, difundiendo energía mental en los grupos que gobiernan y logrando los efectos deseados cuando encuentran colaboración e intuición receptiva entre ellos.

El Instructor del Mundo decide el destino de todas las grandes religiones por medio de grupos de maestros e iniciados que dirigen las actividades en las diferentes escuelas de pensamiento. Como ejemplo pondremos al Maestro Jesús, inspirador y dirigente de las iglesias cristianas a nivel mundial. Aún perteneciendo al sexto Rayo en el departamento del Mahachoan, trabaja actualmente bajo la dirección del Cristo. Otros maestros ocupan puestos similares dentro de los grandes credos orientales y de las diversas escuelas de pensamiento en occidente (masonería, por ejemplo). Bajo la dirección del Instructor del Mundo se está procurando unificar las religiones de oriente y occidente para dar origen a la religión de la Nueva Era que incluirá lo mejor de cada cual.

En el Departamento del Mahachoan, gran número de maestros en quíntuple división trabajan con el aspecto actividad inteligente del hombre.

Tenemos entonces en los tres grandes departamentos, los Rayos de aspecto:
- el primer Rayo de Voluntad - Poder = el Manú.
- el segundo Rayo de Amor - Sabiduría = el Instructor del Mundo.
- el tercer Rayo de Inteligencia Activa = el Mahachoan.

Y en los sub-departamentos dependientes del Mahachoan, están los Rayos de atributo:
- el cuarto Rayo de Armonía-a través-del Conflicto, que rige las artes y letras,
- el quinto Rayo del Conocimiento-Concreto, que rige las ciencias,
- el sexto Rayo de Devoción-Idealismo, que rige las religiones,
- el séptimo Rayo de Magia y Ceremonial, que rige las comunicaciones, el comercio, las finanzas y las organizaciones multinacionales.

Estos cuatro últimos Rayos, o atributos de la mente, están sintetizados en el Mahachoan y constituyen la totalidad del quinto principio o Manas y son presididos por Choanes (6a iniciación).

Además de la séptuple distribución vertical relacionada con los siete Rayos, debemos hablar de la distribución horizontal relacionada con el nivel de ser de los participantes, la que cruza a través de la anterior:

a) la Gran Logia constituida por maestros de la 6a iniciación hacia arriba y por Grandes Señores Devas que fueron humanos.
b) la Logia Azul constituida por iniciados de 3a, 4a y 5a iniciación.
c) un gran grupo de iniciados de 1a y 2a iniciación, también pertenecientes a la Logia Azul.
d) discípulos de distintos grados: aceptados, avanzados, muy avanzados, y candidatos a la 1a iniciación. Se consideran afiliados a la Logia Azul pero no miembros de la misma.
e) discípulos a prueba. Son los que esperan lograr su afiliación mediante un intenso esfuerzo.

Hay que comprender que todo lo ya dicho se refiere al trabajo de la Jerarquía con el cuarto reino o reino humano, y en especial se refiere a aquellos maestros e iniciados que trabajan directamente con la humanidad. Si se considerara la evolución Dévica, la clasificación y la división sería totalmente diferente. Lo mismo ocurriría si quisiéramos hablar de la evolución de los reinos subhumanos. Ello pone en actividad
a otros seres espirituales que no tienen nada que ver con la evolución humana. El trabajo y el personal de
la Jerarquía son infinitamente más grandes e importantes de lo que puedan parecer a nivel superficial.

Los maestros de la Logia Azul tienen a sus iniciados y discípulos diseminados en todo el globo terráqueo, participando en la difusión de la verdad en las diferentes iglesias, ciencias y filosofías produciendo así una expansión, una extensión y una disgregación necesarias que de otra manera sería imposible ("Sed levadura en la masa"). Es conveniente reconocer estos hechos y cultivar la capacidad de reconocer la vibración jerárquica tal como se manifiesta a través de los discípulos en los lugares y grupos más inverosímiles.

Resumiendo, tenemos:
a) Iniciados de 6ª, 7ª, 8ª y 9ª iniciación - Gran Logia.
b) Iniciados de 3ª, 4ª y 5ª iniciación - Logia Azul.
c) Iniciados de 1ª y 2ª iniciación - Logia Azul.
d) Cuatro grados de discípulos: aceptados, avanzados, muy avanzados y candidatos a 1ª iniciación.
e) Discípulos a prueba, (aspirantes, buscadores).
f) Humanidad común de todos los tipos: (ser dividido, ser reactivo, ser material) .



Alice A. Bailey




Extractado por Farid Azael de
Alice A. Bailey.- Iniciación Humana y Solar.- Editorial Lucis

martes, 23 de febrero de 2010

La creatividad según Jung

Las ideas son el principio motivador que subyace en todas las formas creadas. Cada forma es un símbolo y cada símbolo es, por lo tanto, la expresión externa y visible de una realidad interna y espiritual.

Las citas que vienen a continuación son extraídas de un libro del Dr. C. G. Jung. «El Hombre Moderno en busca de su Alma».

«Nada influye tanto en nuestra conducta como las ideas intelectuales. Pero cuando una idea es la expresión de una experiencia psíquica, que ha dado sus frutos en regiones del globo separadas y sin relación histórica, como Oriente y Occidente, entonces debemos profundizar el asunto. Tales ideas representan fuerzas que están más allá de la justificación lógica y de la sanción moral, siendo siempre más fuertes que el hombre y su cerebro. El hombre cree que él moldea esas ideas, pero, en realidad, son ellas las que lo moldean y lo hacen su intérprete inconsciente.»

En el proceso creador, en consecuencia, debemos reconocer dos aspectos del trabajo: aquello que produce en el hombre un despertar creador mediante el impacto sobre su consciencia de ideas que emanan de alguna fuente superior, y las ideas menores, visiones y conceptos que capta él mismo y a las que da forma. Las formas que crea pueden estar revestidas de belleza, utilidad práctica, color, palabras, sonidos musicales; pero, detrás de la forma se halla la idea percibida inconscientemente a la cual el creador trata de dar expresión. Por lo tanto, el creador es responsable de la forma y no de la idea en sí. Jung hace notar que:

«Es muy cierto que las ideas ampliamente aceptadas nunca son de propiedad personal de su pseudoautor, por el contrario, él es sólo el servidor de sus ideas, Las grandes ideas aclamadas como verdades contienen algo peculiar en sí mismas. Aunque vienen a la existencia en un momento determinado, son y han sido, eternas; surgen de esa región de la vida creadora y psíquica donde la mente efímera del ser humano se desarrolla como una planta que florece, da semilla y fruto y luego se marchita y muere. Las ideas emergen de una fuente que no está contenida en la vida personal de un hombre. Nosotros no las creamos, ellas nos crean a nosotros. Al expresar las ideas, inevitablemente confesamos, no sólo lo mejor que hay en nosotros, sino también nuestras deficiencias y errores. Esto sucede especialmente en el caso de las ideas acerca de la Psicología. ¿De dónde pueden provenir las ideas, que no sea del aspecto más subjetivo de la vida? ¿Puede la experiencia en el mundo objetivo salvarnos de los prejuicios subjetivos? ¿No es cada experiencia, aún en el mejor de los casos, en gran medida una interpretación subjetiva? Por otro lado, el sujeto es también un hecho objetivo, un pedazo del mundo. Lo que de él surge proviene del suelo universal, así como hasta el más extraño organismo es nutrido por la tierra que compartimos en común. Precisamente son las ideas más subjetivas las que están más cerca de la naturaleza y del ser viviente y las que merecen ser llamadas verdaderas. Pero, ¿cuál es la verdad?»

Es evidente que cuando el hombre trata de vivir en contacto con su alma y en estrecha relación con el aspecto creador de su propio ser, tiene que aprender a penetrar en esa región subjetiva de donde emanan las ideas verdaderas y reconocerlas antes de poder darles forma. Mucho de lo que se produce hoy, en los diversos campos del esfuerzo creador, no encierra una idea verdadera; la forma no encarna algo raro, original o real, y la razón de ello no hay que buscarla muy lejos. El hombre que crea estas frívolas expresiones del arte, no está en contacto con el mundo de las ideas. En realidad nada expresa, excepto la vaga ambición de hacer algo que llame la atención para satisfacer un anhelo innato de ser reconocido o una necesidad interna de expresar algo, un algo tan nebuloso e indefinido que el impulso no es adecuado para construir la forma. Primero debe dominar el secreto del contacto, luego penetrar y resolver el misterio del mundo de valores y significados. El hombre debe ser un creador, porque ha forzado su entrada al reino subjetivo de pensamiento y visión, que encierra en sí el espíritu creador. Jung dice:

«La facultad creadora, igual que el libre albedrío, contiene un secreto. El psicólogo puede describir el proceso de estas dos manifestaciones, pero no puede hallar solución a los problemas filosóficos que ofrecen. El hombre creador es un enigma que podríamos dilucidar de varias maneras, aunque siempre sería en vano. Esto es una verdad que no ha evitado que la psicología moderna se ocupe del artista y de su
arte. »

Freud creyó que había encontrado la clave en su método de relacionar la obra de arte con las experiencias personales del artista. Respecto a esto es verdad que hay ciertas posibilidades, pues es concebible que una obra de arte, como una neurosis, podría achacarse a esos nudos de la vida psíquica denominados complejos. El gran descubrimiento de Freud fue establecer que la neurosis tiene origen causal en la zona psíquica y que surge de estados emocionales y experiencias de la infancia, reales o imaginarias. Es innegable que la disposición psíquica del poeta compenetra la raíz y los derivados de su obra. Nada hay de nuevo en la aseveración de que los factores personales influyen en gran parte en la elección del poema y en el empleo de los materiales. Sin embargo, debe reconocérsele a la escuela freudiana el mérito de demostrar el gran alcance de esta influencia y la forma curiosa en la que se expresa.

«Toda persona creadora es una dualidad o una síntesis de actitudes contradictorias. Por un lado es un ser humano con una vida personal, mientras que por el otro es un proceso creador impersonal. Así como un ser humano puede ser sensato o morboso, así debemos observar su constitución psíquica para determinar su personalidad. Pero sólo podemos comprenderlo en su capacidad de artista observando su realización creadora. Cometeríamos un grave error si tratáramos de explicar la forma de vivir de un aristócrata inglés, un oficial prusiano o un clérigo, en términos de factores personales. Ellos actúan como tales en forma impersonal (roles) y su constitución psíquica está cualificada por una objetividad peculiar. El artista se asemeja en algo a los tipos mencionados porque la disposición específicamente artística encierra un exceso de vida psíquica colectiva en oposición a la personal. El arte es una especie de impulso innato que se apodera de un ser humano y lo hace su instrumento. El artista no es una persona dotada de libre albedrío que busca sus propios fines, sino que permite al arte realizar sus propios fines por su intermedio. Como ser humano podrá tener caprichos, voluntades y objetivos personales, pero como artista es un hombre en el sentido más elevado, un hombre colectivo, aquel que lleva y moldea la vida psíquica inconsciente del género humano. Para realizar este difícil destino es necesario sacrificar a veces la propia felicidad y todo aquello que hace a la vida digna de ser vivida para el ser humano común.»

«Siendo así, no es extraño que el artista sea un caso especialmente interesante para el psicólogo que emplea un método analítico. La vida de un artista sólo puede ser una vida de conflictos, porque en su interior hay dos fuerzas en pugna, por un lado el anhelo natural de felicidad, de satisfacción y seguridad en la vida, por el otro una pasión avasalladora de crear, que puede ir muy lejos, hasta sobrepasar todo deseo personal. La vida del artista, por regla general, es altamente insatisfactoria - por no decir trágica -en el aspecto humano. Difícilmente hay excepciones a la regla de que una persona debe pagar caro el don divino del fuego creador.»

«La imagen arquetípica del sabio, del salvador o redentor, está enterrada y dormida en la inconsciencia del hombre desde los albores de la cultura; se despierta en las épocas tumultuosas. Estas imágenes primordiales son muy numerosas, pero no aparecen en los sueños o en las obras de arte hasta que vienen a la existencia por la perspectiva general descarriada. Cuando alguien se desvía, siente la necesidad de un guía o instructor, e incluso un médico. Cuando la vida consciente se caracteriza por la unilateralidad y una actitud falsa, entonces entran en actividad estas imágenes, podría decirse que instintivamente, y surgen a la luz en los sueños y visiones de artistas y videntes, restaurando así el equilibrio psíquico de la época».

«En esta forma el trabajo del poeta viene a llenar la necesidad espiritual de la sociedad en que vive, y por esta razón su trabajo significa algo más que su destino personal, se dé cuenta o no de ello. Siendo esencialmente el instrumento para su trabajo, está subordinado a él y no podemos esperar que lo interprete para nosotros. Ha tratado de darle forma lo mejor posible y debe dejar que los demás y el futuro lo interpreten. Una buena obra de arte es como un sueño: a pesar de su aparente realidad, no se explica por sí misma y siempre es verídica. Un sueño nunca dice: «usted debe creerlo» o «esta es la verdad». Presenta una imagen en la misma forma que la naturaleza deja crecer una planta, debiendo llegar nosotros a nuestras propias conclusiones. Si una persona sufre una pesadilla puede significar o que es muy miedosa o que está exenta de temor; si sueña con un anciano sabio, puede significar que es demasiado pedagoga o que necesita un instructor. En forma sutil ambos significados llegan a lo mismo. En el caso de una obra de arte, debemos dejar que ella actúe sobre nosotros así como actuó sobre el artista. Para comprender su significado debemos permitir que nos moldee como lo moldeó a él, entonces comprenderemos la naturaleza de su experiencia. Vemos que la ha extraído de las fuerzas curadoras y redentoras de la psiquis colectiva que subyace en la consciencia humana con su aislamiento y errores penosos; que ha penetrado en esa matriz de vida en la que todos los hombres están incrustados, la que imparte un ritmo común a toda la existencia humana y permite al individuo comunicar sus sentimientos y luchas a toda la humanidad».

«El secreto de la creación artística y de la efectividad del arte reside en el retorno al estado de participación mística, ese nivel de experiencia que vive el hombre y no el individuo, y donde la felicidad y el dolor de un solo ser humano no cuenta, sino la existencia humana. He aquí por qué toda gran obra de arte
es objetiva e impersonal y, sin embargo, nos conmueve profundamente, y también por qué la vida personal del artista no puede considerarse esencial para su arte, sino a lo sumo una ayuda o un obstáculo a su tarea creadora. Podrá seguir el camino de un filisteo, de un buen ciudadano, un neurótico, un ingenuo o un criminal. Su vida personal puede ser inevitable o interesante, pero no explica al artista.»

Estos pensamientos de Jung son materia para reflexionar, considerando que los candidatos a discípulos deben captar el hecho de que el objetivo de la meditación y su dedicación al servicio activo es la creatividad. El discípulo debe imponerse la tarea de demostrar la efectividad de su contacto con el Ser en una obra creadora de cualquier índole. Puede ser creación de una obra de arte (pintura, escultura, etc.), literatura, o alguna realización en el campo de la música o la ciencia. Puede ser el impulso creador demostrado al participar en el trabajo de los servidores del mundo - despertar las almas dormidas a la Enseñanza de la Sabiduría Eterna - o el cuidado del hogar y la educación de los hijos. Tiene que haber un resultado tangible, alguna expresión del tercer aspecto de la Divinidad, el de la creatividad.


Alice A.Bailey



Extractado de Apuntes de Clases por Correspondencia de la
Escuela Arcana> de Buenos Aires.
Este artículo fué publicado en el Nº 1 de la Revista ALCIONE

sábado, 20 de febrero de 2010

Los Cuatro Mundos de la Cábala (1ª parte)

Introducción:

Para comenzar a desarrollar este tema debemos necesariamente aludir, aunque sea en forma muy breve, a la cosmología cabalista. De hecho, los “cuatro mundos” corresponden en ella a la representación estructural de un cosmos que va más allá de lo físico y energético, a un cosmos que involucra toda la Creación, o sea, lo que la Divinidad ha desarrollado a partir de El Mismo. Esta creación así concebida conforma la Existencia Positiva. Para poder analizar estas estructuras de existencia es necesario detenernos en su formación.

La Creación es el mayor de los misterios que el ser humano está llamado a descifrar porque, si bien es cierto que él forma parte integrante de la manifestación, según la Cábala, tiene la posibilidad de superarla, ya que su origen proviene de Aquel o Aquello que se mantiene tras el velo de la existencia. El ser humano es el único ser que pertenece a esta creación y que al mismo tiempo existía antes de que ésta se manifestara. Por lo tanto, la preexiste y por ello puede llegar más lejos que nadie en su camino de evolución. Es más, según la Cábala tradicional judía, el ser humano está llamado a ser la herramienta determinada por el Altísimo para que, a través de su acción en el Universo material - nivel de existencia en donde de una u otra forma se expresan todas las energías participantes de la creación - pueda llevarse a cabo la labor de evolución de todo lo manifestado de modo que vuelva a su Origen.

Dios - Aquello que está más allá de nuestra comprensión - decide crear un Universo, y difícilmente podremos determinar por qué tomó esa decisión. Simplemente debemos aceptar esta realidad. Y, aunque se pueda especular mucho al respecto, la tradición cabalista reconoce que es imposible llegar a saberlo, aceptando que eso está vedado a nuestra realidad. Tratar de explorarlo es lo mismo que intentar conocer a Dios en su Esencia. El ser humano puede conocer todos los secretos de Su obra: su Creación. Ya esto es una tarea magnífica propia de dioses, pero ir más allá está fuera de sus posibilidades.

Aceptamos que Dios decide crear una manifestación, y este es su gran maravilloso misterio. El crea, con lo que otorga una parte de El mismo a esta manifestación por formarse, pero, al mismo tiempo se mantiene incólume e inalterado. Crea, pero no se involucra en esta creación. Dios está en la creación, pero la creación no es Dios. ¿Cómo realiza este prodigio? La Cábala plantea que desde su Realidad – la única y verdadera, llamada la Existencia Negativa - transciende a una nueva realidad ficticia llamada la Existencia o Existencia Positiva , en la cual se concibe y conforma la manifestación. Dios, en esencia, se mantiene aislado de esta creación a través de tres velos llamados por la Cábala:

Ein = Negatividad
Ein Soph = Lo Ilimitado
Ein Soph Aur = La Luz Ilimitada

Ellos permiten que Dios se exprese en la Creación y que a la vez se mantenga incólume y aparte de ella. Estos tres velos se traducen en el término Pargod o cortina cósmica y a partir de ella la creación comienza a manifestarse.

La Divinidad proyecta a través de la cortina una parte de su Realidad, plasmándola en el primer estado de manifestación o existencia positiva, la que es conocida como Kether, “Corona”. Partiendo de allí, toda la Existencia Positiva se expresa instantáneamente y la Cábala la ordena en diez emanaciones: los Sephiroth (Sephirah en singular), de los cuales el primero es la ya mencionada Corona.

Ellos habrían surgido en forma instantánea y simultánea, por lo que no existe ninguno superior a otro, todos son emanaciones divinas de igual magnitud e importancia. La única diferencia que podría establecerse es que se manifiestan en diversa forma. Pero para fines didácticos, la enseñanza de la Cábala ha establecido un orden, una jerarquía, entre los Sephiroth - ya que nuestra comprensión y capacidad de intelectualizar este conocimiento es limitada - estableciendo distintas estructuras para el estudio de las relaciones entre ellos. La más universal y conocida es la del Arbol de la Vida.

En este artículo analizaremos una de estas estructuras: la llamada los Cuatro Planos o Mundos de la Cábala.


Los Cuatro Mundos:
Para los cabalistas, esta estructura de estudio refleja especialmente las enseñanzas de la Mercavah, las que, entre otras cosas, son interpretaciones cabalistas del libro de Ezequiel en el Antiguo Testamento.

Los cuatro mundos son cuatro niveles de manifestación sobre la base de los cuales está construida la creación:

1.- El Plano Divino o Atziluth
2.- El Plano de la Creación o Beriah
3.- El Plano de la Formación o Yezirah
4.- El Plano de la Materia o Asiyyah

Estos cuatro mundos o planos se ven representados en el citado libro bíblico en el Capítulo I. La visión de las “criaturas vivientes”, corresponde al Plano Material; la visión de la “bóveda o firmamento” al Plano de la Formación; la visión del “trono como de zafiro” al Plano de la Creación, y finalmente, la visión de la “figura de apariencia humana” al Plano Divino.

Estos cuatro mundos se pueden relacionar de diversas maneras con el Arbol de la Vida, pero, básicamente podemos encontrar dos criterios de relación:

I.- Cada mundo involucra un Arbol de la Vida completo, por lo tanto, cada Sephirah posee cuatro aspectos, de acuerdo a estos cuatro planos.

2.- El Arbol de la Vida se puede dividir en los cuatro mundos o planos.

Atziluth:
Este mundo corresponde al Plano Divino, en el que Dios mismo plasma su Esencia en las Diez Emanaciones de las que hablamos anteriormente. Por esta razón Dios tiene un nombre distinto en cada una de estas esferas o Sephirah. En este nivel la creación es esencialmente divina - por ello está libre de toda mácula - y
es una sola.

No existe la dualidad en este nivel arquetípico y, aunque es difícil comprenderlo, Dios es uno solo y completo, pero se puede reflejar en los diez estados de manifestación divina. En este plano se encuentra reflejado el Adam Kadmon , el ser humano superior y divino. Al respecto Leo Schaya expresa: “Ahora bien, la “imagen de Dios” por excelencia es el hombre, cuyo único ser integral incluye todas las realidades cósmicas y sus arquetipos increados. No hay otra criatura que exprese la totalidad de los Sephiroth tan sintéticamente y, al mismo tiempo, tan explícitamente como el hombre.” Según la tradición cabalista, el ser humano “Celestial” preexistía a la creación formal del Universo en todas sus dimensiones. Este Adam Kadmon u “hombre celestial” está directamente relacionado con esta expresión divina a través de los Sephiroth atzilúticos. Y es misión del ser humano conocer la creación para nuevamente ascender a esta existencia una con Dios mismo.

Leo Schaya plantea con respecto a esto:
“Dios creó al mundo y todo lo que existe contemplando al hombre de arriba Adam ilaah , que no es sino la unidad infinita de los diez Sephiroth”.

Este mundo de las emanaciones o arquetípico está relacionado con la chispa divina que posee cada ser humano, y que se mantiene incólume e inalterable en el alma de Dios Mismo. Los cabalistas llaman a esta esencia Chaia. y difícilmente podremos tomar consciencia de ella mientras estemos encarnados, ya que ella se mantiene inalterable en el mundo de Atziluth y no se involucra ni se contamina con los otros mundos de manifestación, en donde existe dualidad o multi-diversidad. A pesar de esto, esta “Chispa Divina o Mónada” permite la expresión de las otras formas de expresión del ser humano. Esta esencia divina se llama Yechidah , según Rabbi Azariel.

Analicemos brevemente los nombres divinos de cada esfera:

Corona.- Kether.- Corresponde al nombre divino de Eheieh, que se puede traducir como “Yo Soy” o “Yo Soy el que Soy”, aunque otros autores plantean que debe interpretarse como “Yo Seré”.

En la Biblia, Dios se presenta a Moisés para encomendarle la misión de rescatar a su pueblo de la esclavitud, y cuando éste le pregunta por Su Nombre, El se da a conocer: “Eheieh aher Eheieh”, es decir: “Yo Soy el que Soy”. El sonido de este nombre divino representa la inhalación y exhalación del aliento, simbolizando a Kether como el origen y raíz de todo lo que existe y el fin al que todo ha de volver.

Sabiduría.- Hokhmah.- Se le atribuye el nombre divino de Jehovah , como un intento de pronunciar el nombre impronunciable de Dios: el Tetragramatón (iod-hei-vau-hei). También se le hace corresponder el nombre de yah, considerado como el título del Padre. Los rabbis llamaban a Hokhmah como el iod del Tetragramaton, y por ello este nombre.

Entendimiento.- (Binah).- En esta ocasión el nombre divino es Jehovah Elohim. El segundo nombre es el que caracteriza a las representaciones de todo el Pilar del Rigor o Severidad. Con respecto a elohim, existe y siempre ha existido una controversia, ya que es una voz hebrea de tipo plural. Por eso algunos autores la han traducido como “dioses”, algo totalmente inaceptable dentro del estricto monoteísmo judío. Sin embargo, hay varias explicaciones al respecto. las que en conjunto traerían más luz sobre este tema. Comentemos brevemente algunas de ellas.

Dion Fortune plantea que elohim es un vocablo femenino que tiene terminación plural, por lo que debería ser traducido como “diosas” o “diosas y dioses”, aludiendo por una parte a la idea de la Energía femenina o receptiva que tiene el Pilar de la Severidad y por otra parte a la labor de complementación con el Pilar Masculino, permitiendo una fructífera fecundación. Observemos que a este nivel comienza a aparecer el concepto de dualidad, de pares de opuestos, los que en una acción conjunta dan como resultado un tercer elemento. Con Kether tenemos una primera emanación equilibrada, luego aparece simultáneamente Hokhmah y Binah, como los representantes de esta primera dualidad.

También es importante considerar que, según la Cábala, en Binah o Entendimiento es donde empieza a producirse la forma, dando por resultado la división aparente en infinitas manifestaciones. Dios - siendo Unico e Indivisible - aparenta dividirse en una gran cantidad de formas, porque ninguna de ellas puede abarcarlo completamente. Todo esto es sólo una ilusión a fin de que pueda llegar a expresarse en una Creación que alcance al plano físico. Esta aparente diversidad será más evidente a medida que descendamos en el Rayo de la Creación.

En otra explicación cabalista se dice que en Binah se encuentran intrínsecos los otros seis Sephiroth, incluso el séptimo que pone un broche final a todo el proceso. A los seis Sephiroth de creación (desde Hesed a Yesod) se les conoce como el Pequeño Rostro, o el Microprosopo. Al estar expresados virtualmente o potencialmente en Binah, elohim estaría compuesto de los vocablos eleh (la pequeña cara) agregado a mi (la gran cara) que se invertiría hacia lo creado formando im.. De esta forma tenemos eleh+im, que sería la expresión de toda la creación latente en esta tercera Sephirah.

Misericordia.- (Hesed).- Tiene el nombre divino de el o al, lo que también puede deberse a lo que mencionábamos en Binah:. Eleh (la pequeña cara), puesto que éste es el primer Sephirah de Microprosopus o del grupo de seis denominado “Constructores”. Debemos considerar que en la Cábala la creación se produce desde Hesed hasta Yesod, y que cada uno de estos Sephiroth se relaciona con un día de creación del Génesis. El séptimo, el de descanso, corresponde al último Sephirah: Malkhut (el Reino). El proceso se produce por la transición de los tres Sephiroth más elevados, que se mantienen fuera del alcance de la expresión de la creación en sí, y que son Kether, Hokhmah y Binah. Con Hesed comienza recién la posibilidad de expresión de la creación, es su inicio, y por ello es que Crowley plantea que este nombre al representa a la Esfera, que a la vez simboliza al numero cuatro, “la más alta manifestación posible de la deidad”. Referente a esto, Knight agrega que este nombre está integrado por las letras Aleph y Lamed, las que de acuerdo al significado simbólico de las letras hebreas, significan el comienzo o principio (Aleph) que se despliega alcanzando una nueva realidad de existencia (Lamed).

Fuerza.- (Gevurah).- Corresponde ver el nombre divino de Gevurah, y es Elohim Guebor, lo que podría traducirse como “los dioses poderosos” correspondiendo perfectamente con las características mencionadas de la Esfera.

Armonía.- (Tiferet).- A Tiferet se le asocian los nombres de Jehovah y Aloath va Daath, lo que puede traducirse como Dios o Tetragramatón manifestado en la esfera de la mente o del espíritu. El Tetragramatón sería expresión de la Divinidad en una dimensión menor a su Padre, ya que esta Esfera es el centro del Microprosopus o pequeña cara, representándola a menudo ella sola, como corresponde por ser hijo, mediador entre el Padre y la representación final. Su otro nombre hace alusión a una Sephirah que se mantiene invisible (D'aat ), siendo el conocimiento transcendente, la representación de la conciencia que puede desplazarse a distintos niveles, pero que aquí encuentra su principal forma de manifestarse.

Victoria.- (Nezah).- La atribución divina del Sephirah Nezah es Jehovah Tzabaoth, que puede traducirse como Dios de los Ejércitos.

Gloria.- (Hod).- El nombre correspondiente a Hod es Elohim Tzabaoth, que sería el Dios de las Huestes.

Estos dos nombres hacen referencia a la diversidad de fuerzas o energías por un lado y de formas por el otro, que se expresan a este nivel.

Fundamento.- (Yesod).- Esto dice relación, en el plano Atzilútico, con el nombre divino Shaddai el Chai, que Dion Fortune traduce como “el Dios Todopoderoso y Viviente”, debido a que en este Sephirah se encuentra la creación completa, y sólo resta alcanzar el plano físico para que se manifieste totalmente. Por esta razón es que Crowley traduce este Santo Nombre como “Todo Poderoso en cada Dios Viviente”, refiriéndose a su función esencial como generador final del universo físico.

El Reino.- (Malkhut).- Finalmente el nombre divino de Malkhut es Adonai Melekh, que significa el Señor que es Rey, o bien Adonai ha Aretz, el Señor de la Tierra; ambos hacen alusión a que finalmente Dios se expresa en el universo físico manifestado, correspondiendo a la presencia divina todo cuanto existe.

Así tenemos que Dios, El Unico, el Indivisible, realiza una creación y se manifiesta, pero para ello necesita manifestarse primero Él mismo con diversas cualidades, en un plano muy superior, para posteriomente permitir que otros planos se desarrollen, desde Eheiel hasta Adonai; desde el punto total de emanación divina, hasta la presencia de Dios en la concretización final.

Hasta aquí hemos analizado este primer plano de un Arbol de la Vida completo, pero existen algunas discrepancias entre distintos autores con respecto al límite del Plano de Atziluth. En términos generales podemos distinguir dos grandes proposiciones de delimitación del mundo divino en el Arbol de la Vida.

El primero plantea que este límite separa sólo la Sephirah de Kether, la que, como Macroprosopus, es la única que posee la permanencia total en el Mundo Divino; de Kether surgen el Padre y la Madre (Hokhmah y Binah ), y desde el momento mismo en que se polariza la creación, se pierde el equilibrio, por lo que estos dos Progenitores Cósmicos pertenecen al mundo de la Creación que prosigue sucesivamente. En esta proposición podemos citar a autores como Knorr de Rosenroth, Israel Regardie y Gareth Knight. Este último sostiene: “El Mundo Arquetípico consiste sólo en Kether, el punto donde brota el impulso vital original, teniendo dentro de sí un arquetipo de latencia de sus potencialidades futuras, igual que una semilla tiene el arquetipo de una planta crecida.”

La segunda postura sugiere la incorporación de los Sephiroth de Hokhmah y Binah al mundo divino o de Atziluth, ya que esta triada es creada por el Incognoscible y se mantiene como autosuficiente y en equilibrio. Por razones desconocidas, esta triada suprema decide traspasar un estado de permanencia y equilibrio perfecto para descender y “crear” los Sephiroth que dan origen al Microprosopus, esto es, a los otros mundos. Hacen suya esta posición Leo Schaya, Albert Jounet, Dion Fortune y otros.

Estas dos posiciones se podrían aceptar atendiendo a las razones que plantean: por una parte, que en el mundo divino no puede haber divisiones, ni polaridades, y que por ello sólo puede pertenecer a este mundo divino la Sephirah de Kether. En la segunda posición, esto se soluciona asumiendo que Dios se refleja a Sí mismo en los otros dos Sephiroth, por lo que se comporta como unidad aunque sean tres, y he ahí el gran misterio.

Por otra parte, si consideramos que en Binah aparecen los vicios (la avaricia), y se supone que el mundo divino no podría tenerlos, sino que pertenecen a lo creado como posibilidad de alternancia y elección brindada por el Creador a sus criaturas, entonces Binah no podría pertenecer a este mundo Atzilútico. Pero todo esto se puede explicar en el sentido de que este vicio no se expresa realmente sino hasta que la triada suprema decide descender hacia los otros Sephiroth y dar así origen a la creación. Antes de esto sólo aparece como la intención del Creador de dar a una futura creación esta posibilidad de elección y de alternativa dual.

Beriah
El Mundo de la Creación es aquel que está encargado, por decirlo así, de realizar la creación propiamente tal. En este mundo se delegan las facultades correspondientes por parte del mundo divino o de Atziluth, para que se desarrolle la creación como algo aparentemente aparte o distinto de Dios o la Divinidad. El Mundo Arquetípico no debe realizar este trabajo, ya que si lo hiciera dejaría de ser divino, se alejaría de la unidad superior y arquetípica para dar origen a la manifestación divina, pero fuera del seno de su total esplendor.

De acuerdo al punto de vista que considera a este segundo mundo o Mundo de la Creación como un Arbol de la Vida completo, tenemos que a cada Esfera o Sephirah corresponde una Inteligencia, la que ha sido delegada por la Divinidad misma, en la cualidad correspondiente a cada Sephirah, para producir y guiar las fuerzas de la creación y para que finalmente la Creación se produzca tal como está planeada por la Divinidad. Según mi entender, la concepción de estas inteligencias individuales como cuerpo completo según el Arbol de la Vida, constituyen “El Demiurgo”, es decir, el Creador propiamente tal, aquella energía inteligente que agrupa, forma y organiza las energías divinas y da como resultado a la creación. Los antiguos conceptos gnósticos aceptaban que esta Poderosa Inteligencia Superior era el Padre o real Creador de esta manifestación, pero que detrás de Él se encontraba la Divinidad.

El nivel del Mundo de la Creación está comandado por las inteligencias superiores llamadas arcángeles, de las cuales hay un representante en cada esfera, de acuerdo a la energía divina manifestada. De igual manera, en el Mundo Arquetípico cada Emanación o Esfera corresponde a una representación de la Divinidad. Pero, en realidad, son una sola Inteligencia de Creación. La dividimos sólo para fines didácticos, de acuerdo a las características de cada Sephirah.

A continuación veremos los nombres y características de los arcángeles de acuerdo a la manifestación sephirótica que corresponde:

Corona.- (Kether): corresponde el arcángel llamado Metatrón, también conocido como el Príncipe de las Faces, y a quien la tradición le adjudica el papel de instructor de Moisés. Es la fuente de la que surge el conocimiento de la Cábala, el que se supone ha sido tradicionalmente traspasado por generaciones hasta hoy. Es obvio que la inteligencia llamada Metatrón corresponde a una Luz que va más allá de la mente. Es la fuerza espiritual de la creación, la energía primordial que alimenta a toda la Creación desde lo más sutil a lo más denso en el universo manifestado. Esta energía no incluye al ser humano, al que clásicamente se lo considera como poseedor de la esencia divina que origina a Metatrón y a todos los arcángeles que posteriormente aparecerán formando parte de este mundo de la Creación (Olam ha'Beriah). A Metatrón se le puede imaginar o visualizar como un poderoso pilar radiante de luminosa luz blanca.

Sabiduría.- (Hokhmah): Está representada por el arcángel Ratziel, que significaría Visión de Dios, haciendo mención al atributo o experiencia mística propia de la Esfera. Correspondería a la entidad que rige los Rayos Cósmicos, que no es otra cosa que la energía primordial que echa a andar la manifestación. Según G. Knight, este arcángel puede ser concebido como “Un pilar gris contra un fondo azul claro, y la mejor fuente de la cualidad real de los colores está en las nubes en el cielo de un día brillante”.

Entendimiento.- (Binah): es representado por Tzaphkiel en el Mundo de la Creación. Para Knight, este arcángel es el que preside todos los aspectos de forma del cosmos, llamados “los planos del cosmos”. Desde este punto de vista se puede considerar a esta entidad como el altar de la manifestación, el sustento formal de todo lo creado. Es el arcángel del Templo Arquetípico, de aquí que la Iglesia Católica relaciona la idea de Iglesia con la esfera del Entendimiento, ya que representa esta idea arquetípica de la organización de toda la jerarquía espiritual. También esta inteligencia es llamada El Guardián de los Registros de la Evolución, por su directa relación con el control y administración de la experiencia y aprendizaje de la Creación en general.

Misericordia.- (Hesed): Aquí encontramos al arcángel Tzadkiel, que tiene una relación especial con el símbolo y la idea de Orbe. Se asocia particularmente con las energías organizadoras que crean y experimentan crecimiento. Según Knight, “puede ser invocado imaginando una figura ovoide semejante a un orbe de púrpura brillantemente reluciente”.

Fuerza.- (Gevurah): Es antagónico de la Misericordia, y su arcángel es Khamael, cuyas principales características son las de regir las energías destructivas, correctivas y de rigor. Es el Angel Vengador que persigue a los transgresores de las Leyes Universales, y a la vez es el Protector de los débiles. Dion Fortune dice: “el poderoso Khamael, el arcángel de Gevurah, conduce a los Serafines al combate no con furia iracunda, sino con orden e impersonalmente para servir la Voluntad Superior que destruye el mal y salva el bien”. Según Knight, este arcángel puede ser invocado “como una serpiente de fuego escarlata brillante”.

Armonía.- (Tiferet): Su arcángel es Raphael, que significa el Espíritu que está en el Sol, y está especialmente relacionado con la sanación en todo ámbito. Para Dion Fortune, este arcángel puede ser invocado visualizando “un espíritu de pie en el sol, rodeado de la fotosfera inflamada”. Por su parte, a Regardie le parece posible imaginarlo como “una gran figura angélica concebida en el estilo tradicional y convencional, de brillantes colores amarillo y malva. Agrega que toda la figura se debe ver llena de gracia. ligera y airosa: “Puede parecer también que una suave brisa sopla desde detrás de la figura”.

Victoria.- (Nezah): Tiene como arcángel representante a Haniel, quien es poco conocido, y se relaciona con las energías naturales y la interrelación entre los distintos elementos constituyentes de la naturaleza. Según G. Knight, puede ser imaginado “brillando como una llama verde y dorada, con una luz coloreada de rosa en su tope - o sobre su cabeza, si se usa una forma antropomórfica - y emanando en general una vibración arquetípica simpática”.

Gloria.- (Hod): Su arcángel es Mikjael (o Miguel). El es el gran guardián o protector que mantiene a raya a las fuerzas malignas del averno. Es una fuerza eminentemente restrictiva que impide el acceso del mal, especialmente a los pensamientos. Según Dion Fortune, tradicionalmente se le representa como un gran arcángel que somete y tiene bajo su pie a la serpiente (o dragón), representación clara de las fuerzas demoníacas. G. Knight propone que sea visualizado como una gran columna de fuego, revestida de todos los matices del rojo, y que debería ser invocado cuando se esté asaltado por el peligro o por fuerzas desequilibradoras de cualquier naturaleza, tanto internas como externas.

Fundamento.- (Yesod): En el Mundo de la Creación está representado por el arcángel Gabriel, quien es el rector inteligente del elemento agua o de lo líquido. Además es la inteligencia dadora del poder de la visión, y es la que aparentemente está relacionada con el pasaje de la anunciación a la Virgen en el Nuevo Testamento. G. Knight lo imagina como “una bella figura azul-verde con destellos plateados de luz, y un tremendo remolino de colores de diversos matices, como la cola del pavo real, punteados con plata, que son sus alas o una parte de su aura dilatada, y alrededor de su cabeza y bajo sus pies, arroyos de plata líquida”. Pero también puede imaginarse como un tremendo pilar de luz color plateado que va desde el cielo hasta la tierra, representando así su cualidad de inmensa batería eléctrica para todo el universo.

El Reino.- (Malkhut): La inteligencia del Mundo de la Creación que lo representa es Sandalfón, también llamado el Angel Sombrío en contraposición a Metatrón o Angel de la Luz. Esta polaridad es evidente en los dos extremos del Arbol de la Vida y, por lo tanto, Sandalfón es el espíritu completamente ligado a la materia y sujeto a la mortalidad física, y especialmente a las leyes kármicas. Es además la gran inteligencia que rige los procesos del planeta Tierra en sí, por lo que posee gran importancia esotérica. Los colores de este mundo y también los de este arcángel son: amarillo limón, oliva, carmín y negro.

Hasta aquí el análisis del Mundo de la Creación (Olam ha'Beriah), considerado desde el punto de vista de un Arbol de la Vida completo en sí. Ahora veremos brevemente dónde se situaría este mundo en un solo Arbol de la Vida. Recordemos que con respecto a Atziluth, el Mundo Divino, los autores se dividían en dos posiciones. Pues bien, en relación al Mundo de la Creación, estas dos posiciones se mantienen, de tal manera que algunos plantean que correspondería a la triada conformada por Misericordia (Hesed), Fuerza (Gevurah) y Armonía (Tiferet). Por otra parte están aquellos que sostienen que corresponde principalmente a la diada conformada por Sabiduría (Hokhmah) y Entendimiento (Binah).

Lógicamente ambos planteamientos son consistentes de acuerdo a los argumentos ya vistos para el Mundo Arquetípico. Recordemos que quienes consideran que este mundo está representado por la segunda triada del Arbol, lo hacen basados en que la primera tríada debe romper su perfecto y divino equilibrio, traspasar el gran abismo y reflejarse en la triada que aparece como una imagen de espejo. A partir de estas últimas Esferas es que se comienza a producir realmente toda la creación y en ellas aparecen las energías creativas polarizadas y resumidas en la tercera, que es la Esfera de la Armonía.

A este respecto Dion Fortune sostiene su posición, ya que la Misericordia es la primera esfera de la tríada del Mundo de la Creación, y esto es sencillamente porque es aquí donde trabajan los Maestros captando las ideas arquetípicas del Logos para entregarlas a las manifestaciones más densas de consciencia. Aquí se realiza el trabajo de transmutación de la Divina Consciencia en ideas e ideales, para que alimenten a toda aquella expresión o manifestación que se ha de generar y sirva como punto principal de sustentación de aquello por crear.

Todo esto es el trabajo de la Creación, por lo que este mundo es llamado también Kjhorsia (Trono), ya que brinda el sustento necesario para que se pueda expresar y desenvolver la energía divina. Esta última idea queda en evidencia al analizar la Visión de Ezequiel.

Referente a la otra posición, Knight apunta: “El Mundo Creativo consiste de Hokhmah y Binah, la fuerza pura y la idea de la forma, de donde surge la Creación posterior”. En otras palabras, en la Corona (Kether) se encuentra la verdadera semilla divina de toda la creación, pero mientras se mantenga como algo único e indiviso, no se ha descendido del plano arquetípico. Desde el momento en que se polariza en los aspectos positivo (Sabiduría) y negativo (Entendimiento), entonces comienza realmente la labor de la Creación y deja de mantener su unidad divina total.

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Este artículo fué publicado en el Nº 12 de la Revista ALCIONE

Los Cuatro Mundos de la Cábala (2ª parte)

Yezirah:
El tercer mundo, Mundo de la Formación u Olam ha'Yezirah, es aquel que proviene del Mundo de la Creación, pero aquí las energías y fuerzas en general son menos espirituales o sutiles, acercándose más a la materia densa, donde a la vez se multiplican y diversifican. Se transforman así en una infinidad de inteligencias que permiten el funcionamiento de lo creado.

Podríamos decir que el mundo de la Creación es un representante de las Ideas en la Manifestación, y este Mundo de la Formación es su producto en un grado más bajo, representando a las formas producidas y sustentando así a la Creación.

El Mundo de la Formación posee todos los elementos (fuerzas y formas) que establece la creación, pero aún falta el último paso, otro salto cualitativo, en el que se involuciona otro grado, el Mundo de la Acción, de la Materia o de la Realización (Olamha'Asiyyah).

Al analizar este Mundo de la Formación como un Arbol de la Vida completo vemos que se pierde la característica de inteligencias únicas regentes de cada una de las Emanaciones Divinas (Sephirath), las que ahora corresponden a legiones, ejércitos o miríadas de ángeles, que son los representantes del Mundo de la Formación. Comenzamos aquí a introducirnos en el campo científico, específicamente en aquellas disciplinas que estudian el Cosmos, la naturaleza y sus leyes. Los científicos actuales, en general, no admiten el supuesto de que detrás de cada energía natural en el universo existen inteligencias que las guían, sin embargo ya existen ciertos atisbos que finalmente les harán llegar a esas conclusiones. Por lo pronto, ya han detectado que estas energías mensurables del cosmos actúan ordenadamente y como siguiendo un propósito, lo que recién hace que la ciencia comience a barajar algunas hipótesis poco ortodoxas, pero esta es materia conocida desde hace mucho por la Cábala, la que denomina ángeles a estas inteligencias. Ellos actúan en grandes grupos, ya que son incontables las distintas energías y mecanismos que existen destinadas a insuflar la vida, de modo que la Creación se mantenga y funcione adecuadamente.

Veamos brevemente las distintas huestes angélicas representantes de cada una de las Esferas o Emanaciones Divinas:

Comenzando con la Corona (Kether) podemos decir que la representa el grupo angélico conocido como Los Santos Seres Vivientes (Kjaioth ja Kadesh), que equivalen a los cuatro animales que aparecen en la visión de Ezequiel, y que además corresponden a los cuatro elementos formativos del Tetragramatón: el principio activo, el principio pasivo, el neutro y el principio de transición. De hecho toda la formación, estructura y funcionamiento de la creación está basada en estos cuatro elementos. Los cuatro animales son: el ángel, el león, el águila y el toro, que además corresponden a los cuatro verbos herméticos. Por ende, concluimos que para invocar adecuadamente esta orden angélica es necesaria la maestría en el dominio de estos cuatro aspectos o Santas Criaturas Vivientes, cuyo color es de un tono blanco brillante y purísimo.

A la Esfera de la Sabiduría (Hokhmah) le corresponde Ruedas (Auphanim). Su invocación puede hacerse imaginando acciones cíclicas, es decir verdaderas ruedas de color gris. A este coro de fuerza angélicas es que se debe el movimiento y la primera acción.

En el Mundo de la Formación, el Entendimiento (Binah) está representado por la orden angélica de Tronos (Aralim). Según Fortune, “un trono sugiere esencialmente la idea de una base estable, un fundamento firme, sobre el que se sienta el Ser que tiene el Poder. y del cual no puede ser movido”. Indudablemente esta orden de ángeles es la que le otorga la estabilidad básica al funcionamiento de la creación. Puede ser visualizada como tronos de piedra, yunques o simplemente rocas macizas de color café oscuro.

Resumiendo la figuración simbólica del proceso que tienen las Fuerzas de la Formación (Olam ha'Yezirah), tenemos, desde la Corona hasta el Entendimiento: primero, las cuatro Santas Criaturas Vivientes adorando al Señor de la Creación, las que luego adoptan movimiento, específicamente el circular, para ir de esta forma a entronizarse en un macizo de color café oscuro.

A Misericordia (Hesed) corresponden los ángeles denominados Seres Luminosos (Chasmalim), nombre que, según Fortune, “destaca la idea del esplendor real de Guedulah, otro de los títulos que se dan frecuentemente a Hesed”. Estos seres manejan aquellas energías que son aptas para lograr estabilidad, ya sea en la mente o en la parte emocional, sirviendo también para controlar el factor tiempo y el factor espacio. Podemos invocar estas fuerzas imaginando luces brillantes de forma ovoide de color púrpura profundo. Estas energías estarían referidas, según Lenain, a aquellas que representan las efigies de los cuerpos y las diversas formas de la materia.

La Fuerza (Gevurah) está representada por las Serpientes de Fuego (Seraphin) y están relacionadas con las energías de corrección, fuerza y valor. Pueden ser invocados imaginando serpientes de fuego de color escarlata brillante.

Reyes (Malachim) es el nombre de la orden angélica correspondiente a la Armonía (Tiferet). Estas fuerzas dicen directa relación con los elementales de la naturaleza y sus directores o reyes. No obstante, Lenain sólo las relaciona con el funcionamiento del reino mineral. Se les puede invocar imaginando a los cuatro reyes elementales.

La Victoria (Nezah) está representada por los Dioses (Elohim), siendo energías que animan y permiten el funcionamiento del aspecto afectivo, emocional y vital. Lenain atribuye a estas fuerzas anímicas la directa tutela sobre el funcionamiento del reino vegetal. Se puede invocar a esta orden angélica imaginando diversas formas “paganas” o “primitivas de “dioses” en donde predomine especialmente el color verde y amarillo verdoso.

El grupo de ángeles que corresponde a la Esfera de la Gloria (Hod) es llamado Hijos de Dios (beni elohim ). A semejanza del coro de Angeles anterior, también pueden ser invocados como “dioses”, pero con predominancia del color rojo bermejo, y con disposición a movilizarse para permitir el funcionamiento de la mente concreta de la lógica. Según Lenain, este grupo angélico controla todo lo relacionado con el Reino Animal.

En el Fundamento (Yesod) encontramos a los Poderosos (Kerubim), ángeles cuya principal función es velar y facilitar el adecuado funcionamiento de toda la parte etérica del Cosmos, la cual es la sostenedora de la manifestación física o material. Es en este plano etérico que se encuentra todo lo ya creado, las interrelaciones de sus distintos aspectos están totalmente dadas y también su adecuado funcionamiento. Por ello es que estos ángeles llevan el título de los Fuertes o Poderosos, porque realmente deben serlo. Lenain plantea que estas fuerzas angélicas vigilan especialmente el funcionamiento del Reino Humano y le facilitan su camino hacia la vida eterna.

G.Knight dice que “los Kerubim trabajan en la edificación y enjaezamiento de fuerzas en los métodos etéricos o Yesódicos, de los cuales uno es el uso de símbolos relativos al uso yesódico dentro de las profundidades de la mente subconsciente”. Agrega que con el progreso de los tiempos estos símbolos se convierten en herramientas poderosas para el bienestar y progreso del ser humano. Los Kerubim pueden ser invocados imaginando figuras antropomórficas fuertes y vitales en donde el color púrpura muy oscuro predomine.

Finalmente las Almas de Fuego (ashim') corresponden a las huestes angélicas del Reino (Malkhut) Pueden considerarse como las consciencias atómicas que permiten la agregación de la materia física. Para Lenain, son estas energías las encargadas de transmitir al ser humano las características de la civilización y el conocimiento de las cosas divinas. Pueden ser invocadas imaginando un sinnúmero de pequeñas chispas de colores bermejo, oliva, limón y negro moteado de amarillo.

Al analizar el Mundo de la Formación (Olarr ha'Yezirah) desde el segundo punto de vista. esto es, como una parte del Arbol de la Vida, una vez más debemos mantener los dos puntos de vista presentados anteriormente. Aquellos que planteaban que el Mundo de la Creación (Olam ha'Beriah) correspondía a la tríada conformada por la Misericordia, la Fuerza y la Armonía, consideran que este Mundo de la Formación corresponde al reflejo de esa triada en un plano más bajo, que correspondería a la triada siguiente en el Arbol de la Vida: Victoria, Gloria, Fundamento. En estas tres Esferas o Sephiroth es donde se encuentra la multiplicidad de fuerzas y energías que permiten, a través de su continuo interactuar, que esta creación pueda sustentarse y funcionar.

Aquellos que sustentan la idea de que el Mundo de la Creación está representado por las Esferas de Sabiduría y Entendimiento, consideran que este Mundo de la Formación está constituido por las Esferas que les siguen hasta incluir a Yesod, esto es, la configuración llamada Microprosopus; Misericordia, Fuerza, Armonía, Victoria, Gloria y Fundamento. En estas Esferas se produciría la diversificación de la manifestación en una miríada de fuerzas y formas que se van alternando y complementando para finalmente conformar un universo total y funcional, esto es el Fundamento.

En ambos puntos de vista se deja como último paso el próximo mundo que estaría representado por el Reino (Malkhut), única Esfera donde se concreta la materia física, manteniéndose la funcionalidad e interacción ya logradas.

Asiyyah:
Finalmente ingresamos al cuarto descenso y último Plano de manifestación denominado Mundo de la Acción (Olam ha'Asiyyah . Aquí se mantiene todo lo logrado hasta el Mundo de la Formación, y simplemente se pasa a la constitución física, logrando así la completa realización de la manifestación divina. Es por esta razón que, si bien es cierto todos los mundos son de igual importancia para lograr el objetivo divino, es en este último donde se logra la completa culminación de la Manifestación de Dios. A partir de este mundo material es que nuevamente comenzará el ascenso a la Divinidad o camino de retorno a Él.

Es en este mundo donde finalmente se logra consumar la Gran Obra de Dios, por ello el nombre de “Realización”, y por ello su importancia, porque todo el proceso debe ser necesariamente llevado a la materia y no quedarse en simples ideas, sueños, anhelos o deseos. Según la Cábala, el ser humano posee la Divina Gracia, única en la Creación, de participar en todos los mundos, ya que tuvo su origen en el Adam Kadmon manifestación increada y arquetípica, y llega hasta este Mundo de la Acción, y desde éste, el más denso nivel de la creación, puede recomenzar nuevamente el camino de regreso, y, lo más importante, puede ayudar a que toda la creación desplegada evolucione para nuevamente plegarse y unirse a la Divinidad. El ser humano posee todas las potencialidades inherentes a la Creación, e incluso aquellas que sólo son parte de la Divinidad misma. Con esto la Cábala sostiene que el ser humano está llamado a ser un colaborador de la Divinidad para que la Creación manifestada vuelva a su origen inmanifestado.

Alexander Safran lo explica así: “Nuestro mundo es inferior al de los otros tres, desde el punto de vista de la espiritualidad, pero al mismo tiempo es superior a ellos porque contiene la suma de la Voluntad que el Creador ha desarrollado y continúa desarrollando en su obra de la Creación. Este mundo es la consumación y la meta de la Creación. El Mundo de la Acción es, en efecto, el mundo de la elección, de la libre iniciativa, de la transformación y de la consumación. El hombre es capaz de descubrir en é1 las intenciones del Creador y de hacerse una idea de Su Voluntad”

“Mediante la emanación, la creación y la transformación, Dios ha establecido algo que antes no existía; por la acción que ha reservado al hombre, Dios exige a éste “que termine” su obra. El hombre es la única criatura capaz de elevarse hasta el Creador a través de todos los mundos, es el único que puede hacer que todos los mundos se eleven hasta el Creador; y, sin embargo, es el que más alejado se halla de la fuente primitiva de la Creación. Y es que el hombre contiene en sí la quintaesencia de los cuatro mundos superpuestos; los reúne en sí como si fueran cuatro pisos en una misma casa.”

Analicemos ahora brevemente el Mundo de la Acción considerado como un solo Arbol de la Vida, tal cual lo hicimos con los otros tres mundos que le precedieron. A cada Esfera o Sephirah le corresponde un elemento en el Mundo de la Acción, los que son representaciones de la materia en algún momento de su manifestación, y así como los Nombres Divinos, los Arcángeles y los Coros de Angeles representaban a los Mundos Arquetípico, de la Creación y de la Formación, respectivamente, así los llamados Chakras Mundanos representan al Mundo de la Acción.

La Corona (Kether) es representada en este Mundo de la Acción por el chakra mundano llamado Primeros Estremecimientos (Rashit ha Gilgalim), chakra que indudablemente corresponde a los inicios del universo, lo que la ciencia ha dado en llamar el “Big Bang” o la Gran Explosión, a partir de la cual comienza a existir y expandirse el universo, principalmente a través de una corriente circular o helicoidal.

El chakra mundano de la Sabiduría (Hokhmah) lleva por nombre Zodíaco (Mazloth), que, como el primer representante, luego de la Gran Explosión, es responsable de los grandes campos energéticos que influyen todo el universo y especialmente de la idea de espacio.

En el Entendimiento (Binah) encontramos al chakra Saturno (Shabbathai), y con respecto a éste y los demás chakras mundanos que le siguen, es necesario aclarar que cada uno lleva el nombre de un cuerpo celeste de nuestro Sistema Solar. Pero no precisamente porque allí, en ese planeta, satélite o astro se encuentre físicamente el punto referido, sino más bien como un símbolo. Esto está especialmente referido a la astrología, que estudia las distintas energías provenientes de los astros, cómo interactúan y cómo influyen en el devenir de la Creación, estando representadas estas energías en cada uno de los siete planetas antiguos. Debe destacarse que esta clasificación de los planetas antiguos es más bien astrológica, y no tiene directa relación o correspondencia con los “Siete Rayos”. La relación existe, pero sería motivo de niveles más avanzados de la Fraternidad del Tercer Milenio.

Volviendo al chakra mundano de la Esfera del Entendimiento, dice D. Fortune: “Saturno es el Gran Maléfico de los astrólogos, y quien tenga una cuadratura de Saturno en su horóscopo lo considera como adversario. Pero también es el estabilizador y probador que nos permite no confiar nuestro peso a aquello que no podría soportarlo.” El autor trata de explicar que en el Entendimiento surge la idea de que algo se desarrolla y que, pasado cierto umbral, queda incorporado el dolor, ya que se inserta el concepto de muerte en la creación, debido a que en este Mundo de la Acción aparece el concepto de tiempo. A partir de Saturno o del Entendimiento, todo queda sujeto a los avatares del tiempo y sufre un proceso de continuidad, que por lo demás es aparente, pero ineludible para quien se encuentra bajo este estigma. Existe una relación simbólica entre este planeta y la idea de algo sombrío y nefasto, es el Tiempo que da origen al ciclo de nacimiento-muerte en el mundo físico.

El chakra mundano de la Esfera de la Misericordia (Hesed) es Júpiter (Tzedek), y al revés del anterior planeta, en la astrología se asocia la influencia de este planeta a una gran fuerza benefactora y protectora patrona de las leyes y del orden.

A la Esfera de la Fuerza (Gevurah) se la asocia con el chakra mundano de Marte (Madim), el que dentro de la ciencia astrológica también es considerado como maléfico, debido a las características combativas y disciplinarias que esta energía implica.

El Sol (Shemesh) es el chakra mundano correspondiente a la Esfera de la Armonía (Tiferet), lo que es bastante lógico si observamos el papel de mediador y facilitador de existencia y vida que tiene el astro con respecto a todo el sistema planetario.

La Victoria (Nezah) está representada en el Mundo de la Acción por el chakra mundano de Venus (Nogah), y también se puede entender, dadas las características astrológicas que posee, las influencias de este planeta: amor, altruísmo y otras que son justamente propiedades de esta Esfera.

A Gloria (Hod) le corresponde Mercurio (Kokhab), el planeta más cercano al Sol, al igual que la mente cotidiana se encuentra a un “tris” de transformarse en algo realmente transcendente; la mente es el punto de unión entre la personalidad y la individualidad, existiendo una inferior y otra superior. Mercurio representa precisamente estas fuerzas cósmicas del Mundo de la Acción relacionadas con la lógica, el orden y la estructura.

El Fundamento (Yesod) está simbolizado por el chakra mundano de la Luna (Levanah), como la contraparte etérica de la Tierra, la que está representada por la Esfera de los Elementos (Kjolem ja Yesodoth), que es el chakra mundano correspondiente a la Esfera del Reino (Malkhut).

Analizando el Mundo de la Acción como una parte del Arbol de la Vida, podemos ver que todos los autores se ponen de acuerdo, cualquiera sea la tendencia o cosmovisión, en incluir en este mundo solamente a la Esfera del Reino (Malkhut). Esto es más o menos evidente, puesto que este Mundo de la Acción representa toda la energía de la Creación concretizada, es decir, el objetivo final, para que desde aquí comience nuevamente a remontarse hacia su origen. Es la culminación de la Obra, por ello es tan grande su Santidad, y frecuentemente en la Cábala se asocia con un concepto pleno de grandiosa santidad como es la llamada Skekinah, es decir, la Presencia de Dios manifestada, algo realmente grandioso y portentoso.

Con este último mundo se da por completada la Creación. Sin embargo, es necesario mencionar que a partir de este último mundo (Olam ha'Asiyyah) surge un mundo de excrecencias, en el que la fuerza creativa es nefasta y desequilibrada, y del que no es bueno hablar, aunque también forma parte de esta manifestación, y según creo, todo iniciado, especialmente del tercer Milenio, debe conocer. Me refiero al mundo de las “Cortezas” o “Conchas” (Qlipoth), el cual sería motivo de otro estudio.

Relación de los Cuatro Mundos y el Tetragramatón:
Por ultimo, es necesario hacer mención de que existe una relación cabalista clara y fundamental del Tetragramatón con respecto a los cuatro mundos, o como dicen los cabalistas, “El Nombre de Dios”, que por lo demás es impronunciable, solamente es posible deletrearlo, pero según la tradición sólo los grandes iniciados saben pronunciarlo. El Iod-Hei-Vau-Hei tiene directa relación con los Cuatro Mundos, representando el Iod al Mundo Arquetípico, la primera Hei al Mundo de la Creación, la Vau al Mundo de la Forma y la segunda Hei al Mundo de la Acción. Y de acuerdo a esto se puede encontrar una gran variedad de relaciones que pueden servir al estudiante avanzado.

El ser humano está llamado, según la Cábala, a ejercer una acción unificadora de estos cuatro mundos, ya que es el único ser de la Creación que los expresa a todos y que está constituido por todos ellos, reduciéndolos así a uno solo gracias a la quintaesencia que permite esta unificación. Este quinto aspecto es el Shin o voluntad espiritual, la aspiración de retornar la Creación a su Origen. Así el ser humano consciente y evolucionado se transforma en un colaborador activo de Dios.



Alvaro López Vera



Más Información:
Crowley, Aleister.- 777.- Humanitas
Fortune, Dion.- La Cábala Mística.- Kier
Jounet, Albert.- La Clave del Zohar.- Kier
Regardie, Israel.- Un Jardín de Granadas.- Luis Cárcamo
Safran, Alexander.- La Cábala.- Martínez Roca
Schaya, Leo.- El Significado Universal de la Cábala.- Dédalo