viernes, 26 de febrero de 2010

La Jerarquía




Aunque el tema de la Jerarquía oculta del planeta es de interés profundo para todo hombre, su verdadero significado no será comprendido hasta que los hombres no reconozcan tres cosas que están relacionadas con él:

1º La Jerarquía de Seres Espirituales (5º Reino o Reino de Dios) representa una síntesis de fuerzas y energías conscientemente manejadas para el progreso del sistema planetario.

2º Estas fuerzas y energías, manifestadas en nuestro planeta por medio de las grandes personalidades que componen la Jerarquía, la enlazan a ella y a todos los que la componen con la Jerarquía Superior llamada Solar. Nuestra Jerarquía es una miniatura de la síntesis mayor de aquellas entidades auto conscientes que actúan, controlan y se manifiestan por medio del Sol, de los siete planetas sagrados y de los demás planetas mayores y menores que componen nuestro sistema solar.

3º La Jerarquía tiene cuatro líneas de acción predominante que son:
a) desarrollo de la auto consciencia en todos los seres humanos.
b) desarrollo de la consciencia en los tres reinos inferiores: mineral, vegetal y animal.
c) transmisión de la voluntad del Logos Planetario.
d) servir de ejemplo a la Humanidad.

El Trabajo de la Jerarquía

a) Desarrollo de la auto consciencia en todos los seres humanos.
La Jerarquía trata de proporcionar las condiciones adecuadas para que se desarrolle la auto consciencia en todos los hombres. Esto lo realiza a través del servicio, la enseñanza, el sacrificio y la renunciación, y por medio de la afluencia constante de la luz en sentido esotérico que emana de ella. Es realmente "la luz del mundo".

Este quinto reino constituido por la Jerarquía se alcanza por medio del control y pleno desarrollo del quinto principio o mente y su transmutación en sabiduría. Lo cual es literalmente la inteligencia aplicada a todos los estados mediante la utilización plena y consciente de la facultad del amor discriminatorio.

b) Desarrollo de la consciencia en los tres reinos inferiores: mineral, vegetal y animal.
En el reino mineral el trabajo de la Jerarquía va dirigido al desarrollo de la actividad discriminatoria y selectiva. La característica de toda materia consiste en un cierto tipo de actividad y desde el momento en que esta actividad se propone la construcción de nuevas formas, aunque sean las más rudimentarias, se manifiesta la facultad de discriminar: tercer aspecto del Logos (actividad inteligente).

En el reino vegetal se agrega a esta facultad, la facultad de respuesta a la sensación, rudimentaria condición del segundo aspecto del Logos.

En el reino animal se intensifican estas cualidades y se agregan el propósito y la voluntad en estado embrionario. Lo llamamos instinto hereditario pero es el rudimento del primer aspecto del Logos.

En el ser humano se sintetizan estas tres líneas de desarrollo y llegan a su plena fructificación. El es inteligencia activa manifestada, es amor y sabiduría incipientes aunque ello no sea más que la meta para
su esfuerzo, y está en él la voluntad embrionaria inicial que llegará a su pleno desarrollo después de que haya entrado al 5º reino.

En ese reino se tiene que desarrollar la consciencia grupal, la cual se manifiesta en la plena floración de la facultad amor-sabiduría.

c) Transmisión de la voluntad del Logos Planetario.
Estos Grandes Seres son transmisores de la voluntad del Logos Planetario y, a través de él de la voluntad del Logos Solar para hombres, devas o ángeles.

Todo sistema planetario, también el nuestro, son centros de energía en el cuerpo del Logos Solar, expresando cada planeta un tipo particular de energía. En el caso de nuestro Logos Planetario la energía que él está llamado a incorporar es un secreto de iniciación porque dicho conocimiento encierra un peligro
y la humanidad actual aún no posee consciencia grupal y, por lo tanto, no se puede esperar que trabaje, piense, proyecte y actúe para el grupo. El hombre es aún demasiado egoísta, aunque no hay motivo para desanimarse por ello. La consciencia grupal es ahora algo más que una utopía pues la fraternidad y el reconocimiento de sus obligaciones empieza a penetrar en la consciencia de los hombres. Tal es el trabajo de la Jerarquía de la Luz, demostrar a los hombres el verdadero significado de la fraternidad y fomentar en ellos la respuesta al ideal que existe en estado latente.

d) Servir de ejemplo a la Humanidad.
Este punto que tienen que conocer los hombres y aceptar como hecho fundamental es que esta Jerarquía está compuesta por aquellos que han triunfado sobre la materia y han llegado a la meta por el mismo camino que enseñan hoy a los individuos.

Estas personalidades espirituales, estos Adeptos (4a iniciación) y Maestros (5a iniciación) han luchado
por obtener la victoria y el control en el plano físico y se han enfrentado con las miasmas, brumas, peligros, perturbaciones, angustias y dolores de la vida diaria. Han hollado todas las etapas del sendero del sufrimiento, han sufrido toda clase de experiencias, han superado todas las dificultades y han triunfado. Estos Hermanos Mayores de la raza han sufrido la crucifixión del yo personal y conocen la absoluta renunciación de permanecer en este planeta, postergando su propia evolución con tal de cooperar con los planes del Logos Planetario.

No hay ninguna fase de agonía, ningún sacrificio consumado, ninguna Vía Dolorosa por la que no hayan pasado y en esto radica su derecho a servir y el poder de su demanda.

Estos Hermanos Mayores se caracterizan por un persistente amor que actúa siempre en bien del grupo; por un conocimiento adquirido en el transcurso de millares de existencias durante las cuales se abrieron camino desde el fondo de la vida y de la evolución (ser material) hasta llegar a la cima; por una experiencia basada en el tiempo mismo y en una multiplicidad de reacciones e interacciones del yo inferior; por un valor que es el resultado de esa experiencia y el producto de épocas, afanes, fracasos y renovados esfuerzos los cuales al fin les dieron el triunfo y les permitieron colocarse al servicio de la humanidad; por un propósito luminoso, inteligente y solidario, ajustado al grupo y al Plan de la Jerarquía y adaptado a la finalidad del Logos Planetario.

Cuando los hombres comprendan estos cuatro hechos enumerados y sean establecidos como verdades en la consciencia de la humanidad, podremos esperar el advenimiento del ciclo de paz, reposo y rectitud que se predice en todas las escrituras sagradas del mundo. El Sol de la justicia iluminará al mundo y la paz más allá de toda comprensión reinará en el corazón de todos los hombres.

Estas afirmaciones sobre la Jerarquía Oculta despiertan la curiosidad y el interés pero sólo puede darse una información general al comienzo del aula de la Instrucción.

Las religiones de todas las razas incluyendo la cristiana, dan indicaciones que aparentemente corroboran estas ideas. Aceptémoslas como hipótesis comprobantes de la consumación del progreso evolutivo en el hombre y de su actuación para lograr la perfección. Busquemos pues la verdad hasta vivenciarla como un hecho de nuestra propia consciencia; toda fe religiosa expone la creencia de que los que buscan con fervor encuentran lo que buscan, por lo tanto, busquemos hasta que nuestra investigación nos lleve poco a poco a conseguir que la luz de la verdad nos ilumine el corazón y el cerebro. Así comprenderemos que el proceso de evolución ha dado por fruto el traer sucesivas expansiones de consciencia hasta llegar a la iluminación. Las iniciaciones y el 5º reino ya no serán una quimera o una utopía sino un hecho establecido en la consciencia del que hizo el esfuerzo por cerciorarse por sí mismo.

La aparición de la Jerarquía en el planeta Tierra
Hace unos 18 millones de años en la mitad de la época lemuriana, la tierra estaba poblada por hombres animales, los ejemplares más perfeccionados del 3er reino con un poderoso cuerpo físico, un cuerpo astral coordinado en sus sensaciones y un germen incipiente de mente rudimentaria al estilo de los mamíferos más desarrollados en la actualidad (perros, gatos, caballos, delfines). Había llegado a ser un receptáculo apropiado para la entrada de las entidades auto conscientes (mónadas) que habían esperado precisamente esa oportunidad durante largas edades. El reino humano, o 4º reino, vino a la existencia y el hombre, o yo inferior, comenzó su carrera. Este acontecimiento es lo que se llama individualización.

Junto con esto vinieron a la tierra 105 Grandes Seres Espirituales o "Kumaras", desde el planeta Venus y fundaron la Jerarquía de los Hermanos de la Luz. Se distribuyeron las funciones y los procesos de evolución de todos los sectores de la naturaleza quedaron bajo la sabia y consciente guía de esa Fraternidad inicial.

Uno de los Kumaras, Sanat Kumara, quedó hasta hoy como el representante del Logos Planetario en la tierra. Es el Señor del Mundo, el Sumo Avatar, el Anciano de los Días, Melquisedec, el Joven de los Veranos Eternos. Junto con otros 6 kumaras constituyen la Cámara del Concilio, autoridad máxima de la Jerarquía entonces y ahora. Existen en un lugar llamado Shamballa situado en el plano etérico sobre el desierto de Gobi.

Durante millones de años el progreso del género humano fue lento, razas diferentes aparecieron y desaparecieron antes de que fuese posible de que seres humanos pudiesen reemplazar a los grandes seres venusianos que habían venido a colaborar a este planeta.

En la mitad de la cuarta raza raíz, la atlante, una parte de los kumaras fue llamada a desempeñar otras tareas a otros lugares del sistema solar. Esto produjo una serie de cambios en la Jerarquía y por primera vez se hizo el intento de dar una oportunidad a aquellos humanos más avanzados. En la Cámara del Concilio del Señor del Mundo se tomaron tres decisiones:

1) Cerrar la puerta por donde los hombres animales pasaban al 4º reino, no permitiendo que las mónadas existentes en planos superiores siguieran apropiándose de cuerpos. Esa era la puerta de la
individualización y está cerrada hasta hoy.

2) Abrir otra puerta y permitir que aquellos miembros de la familia humana que hubiesen hecho méritos suficientes ingresaran a la Jerarquía en el peldaño más inferior, produciendo una serie de ascensos en el resto. Esta puerta se llamó el Portal de la Iniciación y quedó abierta para la humanidad hasta hoy.

3) Se decidió trazar una línea bien definida entre las fuerzas de la materia y las del espíritu. Fue recalcada
la innata dualidad de toda manifestación a fin de enseñar a los hombres cómo liberarse por sí mismos de las limitaciones del 4º reino y así poder pasar al 5º reino o espiritual. El problema del bien y del mal, de la luz
y de la oscuridad, de lo correcto y lo incorrecto fue proclamado únicamente en beneficio de la Humanidad con el fin de capacitar a los hombres para romper las cadenas que los aprisionaban y lograr la liberación espiritual. Este problema del bien y del mal no existe en los reinos inferiores ni en aquellos que han trascendido el 4º reino.

El hombre tiene que aprender a través de la experiencia y del dolor el hecho de la dualidad de toda existencia. Una vez experimentado esto, elige lo que se relaciona con el espíritu en forma plenamente consciente y aprende a centrarse en ese aspecto.

La Jerarquía aprovechó de este modo la facultad discriminatoria de la mente para que el hombre, por el equilibrio de los pares de opuestos, alcanzara su meta y hallara el camino de regreso a la fuente de origen.

Esta decisión condujo a la gran lucha de la civilización atlante que culminó con la destrucción provocada por ese diluvio a que se refieren todas las escrituras sagradas. Las fuerzas de la Luz y las de la Oscuridad se enfrentaron y esto persiste aún como se pudo ver en la Segunda Guerra Mundial.

La Estructura de la Jerarquía.

La Cámara del Concilio:
Colaborando directamente con Sanat Kumara hay tres Kumaras llamados Budas de actividad. Estos cuatro Grandes Seres (mónadas en evolución cósmica) representan la voluntad activa, amorosa e inteligente que rige el planeta y son el canal de la energía que fluye de nuestro Logos Planetario.

Los otros tres Kumaras actúan esotéricamente y, en forma incomprensible para nosotros, canalizan tipos de Energía extraplanetarias.

Además existen otros cuatro Grandes Seres (mónadas en evolución cósmica) que son los representantes de los cuatro Señores del Karma del Sistema Solar y tienen relación con:

1) La distribución del karma o destino humano en lo que afecta a los individuos, y a través de ellos a los grupos.

2) La manutención de los registros akásicos, "las anotaciones en los libros" de la que habla la Biblia.

3) La participación en los concilios solares. Sólo ellos tienen derecho a pasar más allá de la periferia del esquema planetario y participar en los concilios del Logos Solar. Representan a nuestro Logos Planetario en todo lo que le concierne dentro del esquema mayor, el Solar, del que forma parte.

Con ellos cooperan grandes grupos de iniciados y de devas que se ocupan del correcto ajuste del karma mundial, racial, nacional, grupal e individual. Traen a su debido tiempo las encarnaciones de los Egos según los diferentes rayos.

Los otros miembros de la Jerarquía se dividen en tres grupos o departamentos principales y cuatro subsidiarios, estando presididos los grupos principales por uno de aquellos a quienes llamamos los tres Grandes Señores (7a iniciación).

El Trabajo del Manú.
Él preside el primer grupo. Es el Manú de la 5a raza raíz. Es el prototipo de nuestra raza aria, habiendo dirigido su destino desde su comienzo hace alrededor de 100.000 años. Su lugar será ocupado por algún otro cuando ascienda a la 8a y 9a iniciación.

El Manú, o prototipo de la cuarta raza raíz, trabaja en íntima colaboración con Él. Es el 2º Manú de esa raza y la rige desde la época posterior al diluvio. El se encargará a su debido tiempo de su desaparición.

El trabajo del Manú involucra el gobierno y las políticas planetarias y el establecimiento, dirección y disolución de tipos y formas raciales. A Él se le confía la voluntad y el propósito del Logos Planetario. Él sabe cuál es el objetivo inmediato de este ciclo de evolución que debe presidir. Su trabajo es hacer cumplir esta voluntad.

Trabaja en íntima colaboración con los devas constructores puesto que su misión consiste en establecer el tipo racial; segregar los grupos de los que se desarrollarán las razas; manipular las fuerzas que mueven la corteza terrestre, elevar y hundir los continentes; dirigir las mentes de los estadistas de todas partes de modo que el gobierno de las razas proceda como es necesario y se produzcan las condiciones que darán como resultado un tipo étnico particular. Todo esto sucede por su perfecta comprensión de lo que tiene que realizarse, por su poder de visualizar aquello que debe hacerse y por su capacidad para transmitir energía creadora y destructora a sus ayudantes. Todo esto se realiza por el poder del sonido. Representa el primer aspecto del Logos y Él y sus ayudantes pertenecen al primer Rayo: Voluntad - Poder.

El Trabajo del Instructor del Mundo.
El 2º grupo está presidido por el Instructor del Mundo. Es aquel gran Ser que los cristianos llaman Cristo, los hindúes, Krishna, los budistas, señor Maitreya o el Buda que ha de venir, y para los mahometanos, es Imán Madhi.

Ha dirigido este departamento desde el 600 a.C., cuando reemplazó al Buda. Él fue quien apareció entre los hombres y que aparecerá de nuevo para ser Buda. Ahora es un Bodhisattva. A través de Él fluye la energía del 2º aspecto del Logos Planetario. Él y sus ayudantes directos pertenecen al 2º Rayo: Amor - Sabiduría.

Es el Maestro de los maestros y de los ángeles y a Él se le ha confiado la guía de los destinos espirituales de los hombres y el desarrollo del crecimiento interno de cada ser humano.

Así como el Manú se ocupa de proveer el tipo y las formas a través de las cuales evoluciona la consciencia y así obtener experiencias en su sentido más profundo, el Instructor del Mundo dirige esta consciencia interna en su aspecto vida o espíritu tratando de vitalizarla dentro de las formas, para que a su debido tiempo la forma pueda ser descartada y el espíritu liberado, volver a su origen.

Desde que dejó la tierra, como dice con relativa exactitud la Biblia (aunque con errores en los detalles) siempre ha permanecido con los hombres. Nunca se ha ido realmente, sino sólo en apariencia. Trabaja en íntima colaboración con sus dos grandes Hermanos: el Manú y el Mahachoan, y es amado por todos aquellos que tienen verdadera y fervorosa aspiración. Conoce a todos los buscadores y, aunque no tengan consciencia de Él, la luz que de Él emana estimula sus anhelos, fomenta la chispa de luz naciente e impulsa al aspirante hasta que amanezca el gran día en el que se encuentre frente a él como el Iniciador de los Sagrados Misterios. Es Cristo quien imparte la 1a y la 2a iniciación.

El Trabajo del Señor de la Civilización, el Mahachoan.
Él encabeza el 3er grupo. Ocupa su cargo durante un período más largo que el de sus dos grandes hermanos y puede permanecer durante varias razas raíces. Es la totalidad del aspecto inteligencia, el 3er aspecto del Logos, y pertenece, junto con sus ayudantes directos, al 3er Rayo.

El actual Mahachoan no es el que originariamente ocupó ese lugar al establecerse la jerarquía en la época lemuriana. Entonces lo ocupaba uno de los Kumaras o Señores de la Llama que llegaron junto con Sanat Kumara. Él empezó en la mitad de la cuarta raza raíz, atlante . Se individualizó en la Luna (como lo hizo el Buda) y al empezar la raza atlante ya tenía un nivel de ser equivalente a un adepto (4a iniciación).

Su trabajo es el de fomentar y fortalecer la relación entre el espíritu y la materia, la vida y la forma, el Yo y el No-Yo, cuyo resultado es lo que llamamos civilización. Maneja las fuerzas de la naturaleza y es en gran parte la fuente de la energía eléctrica tal como la conocemos. Él es quien, de muchas maneras, hace posible el trabajo de sus dos grandes hermanos. Sus planes y deseos le son sometidos y por Él pasan las instrucciones a un gran número de agentes dévicos.

Así tenemos Voluntad, Amor e Inteligencia representados en estos tres Grandes Señores. Tenemos el Yo
y el No-Yo y la relación entre ellos sintetizada en la unidad de la manifestación. Tenemos gobierno racial, religión y civilización, constituyendo un todo coherente. La más íntima colaboración y unidad existe entre estos tres Personajes y todo movimiento, plan y acontecimiento, pasa por su previo conocimiento unificado. Están en continuo contacto con el Señor del Mundo y toda la dirección de los asuntos descansa en sus manos y las del Manú de la cuarta raza raíz. El Instructor del Mundo ocupa su lugar en conexión con las razas cuarta y quinta.

Cada uno de estos Jefes de Departamento principales dirige un cierto número de cargos subsidiarios y el departamento del Mahachoan está dividido en cinco secciones que abarcan los cuatro aspectos menores del gobierno jerárquico: Rayos tercero a séptimo.

A las órdenes del Manú trabajan los regentes de las distintas divisiones geográficas del mundo, los que, aunque son invisibles a los ojos de la humanidad, tienen en sus manos el gobierno de continentes y naciones, guiando sus destinos sin presionar, inspirando a estadistas y gobernantes, difundiendo energía mental en los grupos que gobiernan y logrando los efectos deseados cuando encuentran colaboración e intuición receptiva entre ellos.

El Instructor del Mundo decide el destino de todas las grandes religiones por medio de grupos de maestros e iniciados que dirigen las actividades en las diferentes escuelas de pensamiento. Como ejemplo pondremos al Maestro Jesús, inspirador y dirigente de las iglesias cristianas a nivel mundial. Aún perteneciendo al sexto Rayo en el departamento del Mahachoan, trabaja actualmente bajo la dirección del Cristo. Otros maestros ocupan puestos similares dentro de los grandes credos orientales y de las diversas escuelas de pensamiento en occidente (masonería, por ejemplo). Bajo la dirección del Instructor del Mundo se está procurando unificar las religiones de oriente y occidente para dar origen a la religión de la Nueva Era que incluirá lo mejor de cada cual.

En el Departamento del Mahachoan, gran número de maestros en quíntuple división trabajan con el aspecto actividad inteligente del hombre.

Tenemos entonces en los tres grandes departamentos, los Rayos de aspecto:
- el primer Rayo de Voluntad - Poder = el Manú.
- el segundo Rayo de Amor - Sabiduría = el Instructor del Mundo.
- el tercer Rayo de Inteligencia Activa = el Mahachoan.

Y en los sub-departamentos dependientes del Mahachoan, están los Rayos de atributo:
- el cuarto Rayo de Armonía-a través-del Conflicto, que rige las artes y letras,
- el quinto Rayo del Conocimiento-Concreto, que rige las ciencias,
- el sexto Rayo de Devoción-Idealismo, que rige las religiones,
- el séptimo Rayo de Magia y Ceremonial, que rige las comunicaciones, el comercio, las finanzas y las organizaciones multinacionales.

Estos cuatro últimos Rayos, o atributos de la mente, están sintetizados en el Mahachoan y constituyen la totalidad del quinto principio o Manas y son presididos por Choanes (6a iniciación).

Además de la séptuple distribución vertical relacionada con los siete Rayos, debemos hablar de la distribución horizontal relacionada con el nivel de ser de los participantes, la que cruza a través de la anterior:

a) la Gran Logia constituida por maestros de la 6a iniciación hacia arriba y por Grandes Señores Devas que fueron humanos.
b) la Logia Azul constituida por iniciados de 3a, 4a y 5a iniciación.
c) un gran grupo de iniciados de 1a y 2a iniciación, también pertenecientes a la Logia Azul.
d) discípulos de distintos grados: aceptados, avanzados, muy avanzados, y candidatos a la 1a iniciación. Se consideran afiliados a la Logia Azul pero no miembros de la misma.
e) discípulos a prueba. Son los que esperan lograr su afiliación mediante un intenso esfuerzo.

Hay que comprender que todo lo ya dicho se refiere al trabajo de la Jerarquía con el cuarto reino o reino humano, y en especial se refiere a aquellos maestros e iniciados que trabajan directamente con la humanidad. Si se considerara la evolución Dévica, la clasificación y la división sería totalmente diferente. Lo mismo ocurriría si quisiéramos hablar de la evolución de los reinos subhumanos. Ello pone en actividad
a otros seres espirituales que no tienen nada que ver con la evolución humana. El trabajo y el personal de
la Jerarquía son infinitamente más grandes e importantes de lo que puedan parecer a nivel superficial.

Los maestros de la Logia Azul tienen a sus iniciados y discípulos diseminados en todo el globo terráqueo, participando en la difusión de la verdad en las diferentes iglesias, ciencias y filosofías produciendo así una expansión, una extensión y una disgregación necesarias que de otra manera sería imposible ("Sed levadura en la masa"). Es conveniente reconocer estos hechos y cultivar la capacidad de reconocer la vibración jerárquica tal como se manifiesta a través de los discípulos en los lugares y grupos más inverosímiles.

Resumiendo, tenemos:
a) Iniciados de 6ª, 7ª, 8ª y 9ª iniciación - Gran Logia.
b) Iniciados de 3ª, 4ª y 5ª iniciación - Logia Azul.
c) Iniciados de 1ª y 2ª iniciación - Logia Azul.
d) Cuatro grados de discípulos: aceptados, avanzados, muy avanzados y candidatos a 1ª iniciación.
e) Discípulos a prueba, (aspirantes, buscadores).
f) Humanidad común de todos los tipos: (ser dividido, ser reactivo, ser material) .



Alice A. Bailey




Extractado por Farid Azael de
Alice A. Bailey.- Iniciación Humana y Solar.- Editorial Lucis

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