domingo, 17 de octubre de 2010

El Cuarto Camino. Gurdjieff


¿A qué se llama el Cuarto Camino? ¿En qué consiste este trabajo sobre sí mismo para la transformación de la conciencia? ¿Qué enseñanza trajo Gurdjieff a Occidente?Los tipos de trabajo que el hombre puede realizar para superar su Personalidad y acceder a su Yo Real se pueden clasificar en cuatro. Al Cuarto Camino se le califica como el más difícil de todos los caminos, porque es preciso practicarlo en medio de la vida.El primer camino es el Camino del Faquir. El segundo es el Camino del Monje. El Tercer Camino es el Camino del Yogui.El Cuarto Camino se desarrolla en la vida exterior, en medio del mundo.Se dice que este camino aparece en medio de la vida con mayor fuerza en épocas en las cuales la conciencia general de la humanidad se obscurece y aumenta el engaño respecto de los verdaderos objetivos de la vida y el auténtico ser y destino del hombre. En épocas como la nuestra en definitiva, es decir, en períodos de especial desorden, caos y pérdida de valores morales esenciales.El Cuarto Camino debe relacionarse siempre con las circunstancias variables de la vida puesto que se realiza en medio de todas las tareas y todas las circunstancias de nuestra vida corriente. Por tanto, el trabajo sobre sí nunca llega a tener una forma definida y rígida. Su enseñanza inmemorial y fija se adapta a cada época de forma admirable.Las personas que emprenden el trabajo en un grupo de Cuarto Camino deben ser capaces de adaptarse a las condiciones exteriores de la vida y mantener no obstante el sentido y el sentimiento exactos del trabajo. Este se divide en la práctica real en trabajo sobre sí (trabajar sobre uno mismo), en trabajo en unión con los demás (trabajar con otros) y trabajo en el servicio del propio trabajo (trabajar por el trabajo).En el Cuarto Camino la primera y principal realización a conseguir es llegar a ser el hombre Nº 4. Dicho tipo de hombre representa el hombre equilibrado o el hombre cabal. El que está en el Cuarto Camino ha de comprender que cualquier cambio exterior le es siempre útil, porque es precisamente en esas condiciones difíciles donde se desarrolla el esfuerzo consciente que pone en actividad las partes altas de los Centros mental y emotivo. De este modo no debe quejarse por ningún tipo de dificultades que surjan en su vida, sino tomarlas como retos y pruebas necesarios para aumentar en él “la fricción entre el Sí y el NO” que aumenta la temperatura psíquica para realizar la soldadura o cristalización interior de los yoes que desemboca, muy al final, en la adquisición de la individualidad y luego del Yo Real.Estas partes altas sólo se desarrollan mediante la atención, la observación de sí, la no identificación, la consideración exterior de los otros como uno mismo, la no consideración de sí mismo, el Recuerdo de Sí, etc.Sólo de este modo se transforma nuestra personalidad en el camino correcto hacia el hombre equilibrado como primera meta a conseguir hacia la individualidad y el Yo Real.La enseñanza del trabajo, por tanto, tiene una enorme flexibilidad y desapego; no se ha de identificar con ningún lugar ni con ninguna forma material que pueda adoptar a causa de las circunstancias concretas de la época o circunstancias materiales diversas. El trabajo existe a través de la actitud de cada cual hacia él, y sea cual fuere la situación exterior, no afecta a las normas inmemoriales que dirigen su actividad transformadora de la conciencia.La gente que está en el Cuarto Camino ha de ser siempre capaz, como dijo San Pablo, de “Ser todo con todos para ganar a todos”. El que emprende el trabajo debe ser capaz de desarrollar cada lado de sí mismo, en relación con cada persona que se relacione y con las diversas actividades profesionales o sociales que pueda realizar en la vida exterior, hasta un punto razonable de efectividad. De otro modo no comprende la idea del Cuarto Camino que se mantiene justo en medio de la vida. Justo en medio de todas las cosas que siguen su curso, adecuándose y, no obstante, manteniéndose siempre él mismo en el interior.El Cuarto Camino es y ha de ser siempre el más flexible de todos los caminos. Esta flexibilidad se refiere a la comprensión interior.Si una persona no es flexible, aunque intente mantener el sentimiento del trabajo, difícilmente logrará realizar en realidad el trabajo auténtico sobre sí. Éste será un sucedáneo para engañarse a sí mismo y perder el tiempo lastimosamente, si no, hacerse daño interiormente.No debe existir ninguna cosa o actividad en la vida con la que no pueda mantenerse en contacto y desempeñarse razonablemente quien sigue la vía del Cuarto Camino.El Cuarto Camino no es romántico. Es innecesario y perjudicial tener sentimientos románticos en relación con circunstancias vitales para desarrollar el trabajo. En este sentido, en el Cuarto Camino, tan pronto como algo no es ya valioso en relación con el trabajo, se lo abandona.Es una enseñanza firme del trabajo que las cosas, tarde o temprano, se hacen mecánicas, repetitivas, pierden la capacidad de ser vividas conscientemente por parte del sujeto a causa de la rutina y es preciso recibir un choque para que las cosas dejen de ser mecánicas. Los choques pueden consistir en cosas absolutamente variadas, pero siempre se refiere a algo nuevo que requiere más atención y esfuerzo y nos saca de la rutina al despertar el interés consciente.Pero el trabajo tiene algo que se cumple con absoluta seguridad para el practicante del camino sincero: Prosigue siempre efectivo, habla de misma forma y con la misma voz y otorga la misma fuerza a quienes lo reconocen y lo practican.En él no hay que realizar ejercicios extremadamente difíciles y dolorosos como el faquir, tampoco vivir como el monje en monasterios; ni peregrinar como el yogui en busca de remotas escuelas o pasar la vida meditando en cuevas.Afirma Maurice Nicoll en “Comentarios psicológicos sobre la enseñanza de Gurdjieff y Ouspensky”, Tomo I:“Por eso tenemos que trabajar en medio de la vida, rodeados por todas las desdichas de la vida, y con el tiempo la vida llega a ser nuestra maestra, es decir, tenemos que practicar la no identificación en medio de los sucesos de la vida; y tenemos que practicar el recuerdo de sí en medio de los asuntos; y observamos y separarnos de nuestras emociones negativas en medio de todas las heridas y escozores de la vida cotidiana. Y por esa razón se dice que un hombre que sigue el Cuarto Camino debe llegar a ser el hombre Nº 4, es decir, un hombre que ha desarrollado sus centros: mental, emocional e instintivo-motor. Significa un hombre que puede ser todas las cosas para todos los hombres, y significa un hombre que ha desarrollado todos los aspectos de sí mismo de modo que pueda enfrentar cualquier situación en una forma razonable, con cualquier género de persona, con cualquier punto de vista, con cualquier teoría, con cualquier cosa práctica o cosa teórica o cosa filosófica.[…]¿Serían capaces de hacerse cargo súbitamente de un ejército? ¿Serían capaces de dirigir un hotel? ¿Serían capaces de hablar con eficiencia al Primer Ministro? ¿Podrían escribir una pieza de teatro o comandar un barco o presentar una importante danza y conservar la tranquilidad y saber qué tienen que hacer? ¿Podrían escribir una buena crítica de un libro? ¿Podrían mantener una conversación con gente culta? Aunque todas estas cosas no son importantes y no se deben tomar literalmente, todos deben tener una idea de lo que significa el hombre Nº 4, pues el hombre Nº 4 no significa exactamente lo que he dicho. Significa el logro de una muy maravillosa multifaceticidad de modo que, aunque nunca mantuvieron una charla con el Primer ministro, en cuanto llegue el momento lo podrán hacer desde, su desarrollo interior y su fuerza interior.”Para terminar esta pequeñísima y muy incompleta introducción al trabajo, diré que el trabajo sólo puede actuar en nosotros y empezar a transformarnos cuando se lo emprende desde la comprensión, el sentimiento profundo y la práctica sincera. No es un camino para el intelectual, en el sentido en que se lo entiende habitualmente en Occidente, del que estudia teorías y las tiene en la memoria. No es ni siquiera algo para comprender y sentir y luego no aplicar en todas las relaciones que tenemos con los demás y con el Espíritu Absoluto. El trabajo requiere la creencia, en algún modo, en que existe algo trascendente. Por otro lado, el trabajo es una enorme sabiduría antiquísima que posee ingentes recursos psicológicos, físicos y espirituales que pone a disposición del buscador sincero para el conjunto de su logro. El trabajo es para los que, sinceramente desean hallar el sendero. 

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