viernes, 1 de octubre de 2010

AVE FENIX EL QUE RESURGE DE LAS CENIZAS





Es un ave mitológica fabulosa que vivía en los desiertos de Arabia, su aspecto era parecido al de una garza, del tamaño de un águila, y tenía 2 largas plumas a modo de cresta. Para los egipcios era como el símbolo de la inmortalidad y dios protector de los muertos, debido a que tenia una estrecha relación con el renacimiento, decían que tenia un color rojo y plumas de oro, y en su honor le dedicaron un templo en Heliópolis que fue la ciudad sagrada del Fénix, donde volvía cada 500 años para morir y renacer ya que este es su principal papel, renacer y crearse a si mismo.
En el reino medio se decía que era el guía del sol, y se le asocio con el planeta Venus, se representaba como una garza, que a veces lleva la corona blanca y dos plumas o la corona Atef o el disco solar. Los cristianos lo adaptaron como símbolo de resurrección.
Según Heródoto un historiador griego, cada 500 años el ave creaba una hoguera de incienso en la que ardía y de la que surgía un gusano que con el calor se transformaba en un nuevo Fénix. 





EL FENIX, AVE DE LUZ


Solo hay un ave Fénix, gentil, bella y amable y todas las aves la adoran.Son tantas las aves en el mundo, que si levantaran el vuelo a un mismo tiempo, el cielo se oscurecería.
Pero existe solamente un ave Fénix. De ella se afirma que es como el sol por vivir en el cielo llena de esplendor. También se dice que nace del fuego y muere en el fuego, como el sol que aparece con el brillo dorado de la aurora y muere en el horno rojo atardecer.
Pensemos en el ave Fénix, del tamaño de un aguila, con su plumaje de púrpura y oro, de rojo y naranja, de verde, escarlata y rosa, más brillante que el arcoiris, a quien las aves, sus congéneres, "llaman el dador de vida".
Se cree que el ave Fénix vive mil años, que renace cuando muere y que su juventud es perenne.
Cuando al ave Fénix le llega la hora de su fin, construye un nido de sándalo y otras maderas y hierbas resinosas y perfumadas, en lo alto de una montaña de la lejana Arabia, donde vive.
Echado sobre él abriendo las esplendorosas alas, la luz del sol consume ave y nido, mientras el Fánix canta su mas bella canción y todo queda convertido en perfumadas cenizas.
Pero entre los restos del incendio aparece un huevo, que el calor del sol se encarga en empollar; y aquí que nuevamente nace le ave Fénix, brillante como la luz del sol y aliemntedo por ella. Cuando a crecido suficiente, el jóven pájaro recoje las cenizas maternales volando hacia ejipto las esparce en el tmplo de Osiris, el dios-sol.
Entonces durante mil misteriosos años, el nuevo Fénix cuida el mundo y a sus criaturas, hasta que le llega la hora de morir.

"¡Que admirable es!, cantan los pájaros al amnecer y se elevan hacia el Fénix para embriagarse de su luz".
"Pero ¡cuan triste debe estar!, suspira una paloma, al sentirse tan solo en este mundo"
(Blythe, Bestias Fabulosas)





POEMAS AL FÉNIXEl Ave Fénix
" Soy el último en tu camino
la última primavera y última nieve
la última lucha para no morir.

Y henos aquí más abajo y más arriba que nunca.
De todo hay en nuestra hogera
Piñas de pino y sarmientos
Y flores más fuertes que el agua

Hay barro y rocío
La llama bajo nuestro pie la llama nos corona
A nuestros pies insectos pájaros hombres
Van a escaparse

Los que vuelan van a posarse.
El cielo está claro la tierra en sombra
Pero el humo sube al cielo
El cielo ha perdido su fuego.

La llama quedó en la tierra.
La llama es el nimbo del corazón
Y todas las ramas de la sangre
Canta nuestro mismo aire

Disipa la niebla de nuestro invierno
Hórrida y nocturna se encendió la pena
Floreció la ceniza en gozo y hermosura
Volvemos la espalda al ocaso

Todo es color de aurora. "
Paul Eluard (Francia, 1895-1952)




Arde en la hoguera de su propio vuelo.
Bajo el cuerpo de lumbre ella es el Sol.
Su resplandor la atrae y la convierte
en ceniza.
Viaja a su íntima noche, se asimila
al leve polvo errante de los muertos.

Pero entre lo deshecho se rehace.
Toma fuerzas del caos, se teje en luz
Y amanece en la llama indestructible.

Pacheco 


Pozo de Lascaux
Desde el alba de los tiempos
la prístina oscuridad milenaria de la cueva
sólo es turbada
por el azorado respirar del enigma. 

Hombre-pájaro
¿Qué fantasmas inquietan tus alas?
¿Qué inmensidades incapturables
te encendían?

Hombre erecto
tu remota vigilia nos alcanza
éxtasis, exaltación, lágrimas
amor y muerte. 

Ave fénix
inquietante pulsión trashumante
que nutre la continuidad
del plasma inmortal.

Hombre alado
vivimos en tus sueños
que trasciende los insondables
confines de la muerte.

Conmueve tu arrebato
nos hermana tu miedo conjurado
nos enlaza
el carnal y perpetuo interrogante.

Edith de Muñoz 

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