sábado, 25 de julio de 2009

Dzogchen (Ati yoga) y Tumo

En occidente las enseñanzas Dzogchen van estando cada vez más disponibles y siendo más conocidas en los últimos años, pero muy poco comparativamente ha sido publicado hasta ahora sobre éstas, las más elevadas de las enseñanzas tibetanas. Ello parece un reflejo natural de que incluso en el Tibet las enseñanzas Dzogchen hayan sido consideradas muy esotéricas.
Dado que las meditaciones básicas en Dzogchen -Trekcho y Togyal- no han sido explicadas en letra impresa hasta ahora, sería poco adecuado incluir su descripción en esta relación de las formas clásicas. A pesar de ello, sin embargo, me pareció que no podía dejar de incluir alguna referencia a la tradición Dzogchen junto con el Mahamudra, del que puede considerarse una formulación alternativa -y también un camino más directo para quienes resulten ser adecuados o estar preparados.
Tal como indica Clemente al principio de su introducción al libro de Norbu "Dzogchen, the Self-Perfected State"(por Chogyal Narmkhai Norbu - Snow Lions Publications, New York 1996), Dzogchen es un camino que puede practicarse sin renunciar a nada y sin comprometerse uno con "ninguna actividad que pueda ser incompatible con su vida diaria normal."
Dzogchen comparte con Mahamudra su punto de partida en la quietud mental (Zhi-ne) y comparte, también, su enfoque en la comprensión de la naturaleza de la mente.
Hay, más aún que en Mahamudra, un énfasis en comprender -hasta el punto de que puede decirse que la meditación no es nada en sí misma sino la comprensión profunda de la visión Dzogchen y la capacidad de mantener esa visión en medio de la vida en el mundo. Esta visión, que equivale a la comprensión de Rigpa o darse cuenta intrínseco, se expresa comúnmente a través de símbolos de cristal o espejo, que son ambos vacíos y manifestándores de luz: puede decirse que es la vaciedad misma del espejo lo que lo hace reflectante y la vaciedad del cristal lo que lo hace transparente.
En su comentario a los seis versos del Garb Dorje, específicamente sobre la afirmación del Garab Dorje de que "La naturaleza de los fenómenos es no-dual", sino que cada uno, en su propio estado, está fuera de los límites de la mente, Namkhai Norbu remarca que "aunque aparentemente existe un número infinito de cosas y fenómenos, su naturaleza real es sola y la misma".
Hablando de la práctica, el Lama Norbu empieza señalando que "La práctica del Dzogchen se dice que está más allá del esfuerzo'; uno no necesita crear, modificar ni cambiar nada, sino sólo encontrarse en la auténtica condición de 'lo que es'."
Citando de la colección Upadesha de enseñanzas Dzogchen (Las enseñanzas tántricas del Dzogchen están separadas en tres grupos -Semde, Longde y Menagde o Upadesha), sigue explicando que hay "cuatro modos de continuar en contemplación, conocidos como las cuatro maneras de 'dejarlo tal como está': La primera, que se refiere al cuerpo, se dice que es 'como una montaña'."
Hay en Dzogchen un énfasis particular en el cultivo de la sensación de espacio e infinitud, y tal como algunos tantras Dzogchen (sem de) enfatizan el espacio. El poder del espacio como disolvente del ego se invoca en los siguientes versos del Guru Chowang (siglo XIII), que en "Emptying the Depths of Hell" (en "The Flight of the Garuda" compilado y traducido por K.Dowman- Wisdom Publications, 1994), escribe:
"¡Que miseria aferrarse a ilusiones de una realidad substancial!
Unifica en la espaciosidad de un placer sin forma, libre de conceptos.
¡Qué ansiedad aferrarse a la dualidad de éxito y fracaso!
Unifica en la espaciosidad del placer puro de la mismidad.
Para obtener el imperativo del conocimiento de sí mismo, obsesionados por placeres futiles.
¡Qué pena dan los seres vivos que han perdido sus caminos!
Unifica en la espaciosidad de la no discriminació n-"
Aunque no es un libro budista, "Time, Space and Knowledge" de Tarthang Tulku (Dharma Publishing, Emeryville, 1997) encarna la visión que del espacio tiene un maestro Dzogchen y creo apropiado mencionarla aquí ya que no conzco ningún trabajo publicado que sea tan conductivo a esa comprensión experiencial del espacio enfatizada tan característicamente por las enseñanzas Ati yoga.
Tal como en las tradiciones esotéricas en general y en el chamanismo, el elemento de la transmisión de mente a mente es fuerte en la sucesión Dzogchen: "El maestro es inseparable del estado de conocimiento, y en Dzogchen una de las prácticas fundamentales para desarrollar la contemplación es, de hechp, el Guru Yoga, o la "Unión con el Maestro".
Tumo
A la par con visualización, práctica y meditación sin forma, el yoga tibetano comprende una contribución importante al desarrollo de la consciencia que tiene que ver con el movimiento del pana en los nadis -en tibetano Zalung. Este trabajo viene particularmente enfatizado en el penúltimo estadio del sestema Nyingma, Anu-yoga, y es inseparable del llamado estado de realización o completamiento que sigue a la práctica del yoga de crecimiento o estadio de desarrollo antes descrito por medio de una cita de Tsong Kapa. En este estadio el objeto
del trabajo es meter el prana en el canal central y llevarlo finalmente a la zona del corazón donde sirve como vehículo para la consciencia más sutil -considerada equivalente al estado tras la muerte.
El comienzo del energía yoga propiamente dicho es el primero de los seis yogas de Naropa, presentado por Evans Wenz en su "Tibetan Yogan and Secret Doctrines" (Oxford University Press, 1965) como el yoga del "calor psíquico". Aunque las descripciones escritas no sean suficientes para quien se interese en practicarlo, cito párrafos de Evans Wenz a fin de dar una idea del parecido entre esta práctica y la de la "circulación dle elixir" del taoísmo.
"Visualiza en el centro del cuerpo vacuo, peculiar, el nervio medio vacuo, simbolizando su vacuidad la Realidad en su verdadera naturaleza (como Vacío); su color rojo, simbólico del psíquico disipa las obscuraciones de la Ignorancia; y en su recta perpendicularidad simbólico del tronco del Arbol de la Vida. Visualízalo, dotado de esas cuatro características, omo estendiéndose desde la Apertura de Brahma (en lo alto de la cabeza) hasta un punto (el chakra Muladhara) cuatro dedos bajo el ombligo; sus dos extremos planos y lisos; y a su izquierda y derecha los nervios psíquicos derecho e izquierdo ( o sea el pingala-nadi y el ida-nadi), ocmo los intestinos de una oveja flaca, extendiéndose por sobre lo alto del cerebro y luego bajando por delante de la cara hasta terminar ahí en las dos aperturas nasales. Visualiza el extremo inferior del nervio medio con un giro circular completo como el del extremo inferior de la letra 'cha'.
Desde el sitio (el chakra Sahasrara) dentro del que esos tres nervios psíquicos se juntan, en lo alto de la cabeza (en la apertura de Brahma), imagina treinta y dos nervios psíquicos secundarios irradiando hacia abajo. Imagina dieciséis irradiando hacia arriba desde el centro psíquico de la garganta (el chakra Visuddha). Imagina ocho irradiando hacia abajo desde el centro psíquico dle corazon (el chakra Anahata). Imagina sesenta y cuatro irraidando hacia arriba desde el centro del ombligo (el chakra Manipura). Cada grupo de esos nervios subsidiarios ha de visualizarse como las varillas de un paraguas, o como los radios de la rueda de un carro cuyas partes conectoras son el nervio medio y los nervios psíquicos derecho e izquierdo."
El meollo de la práctica es la visualización de una sílaba mántrica roja en el bajo vientre hasta el punto de sentir calor y, a través de eso, la ignición del "fuego interno" que se cultiva hasta que se extienda más y más arriba a lo largo del uma o "nervio medio" y se funda en una sílaba-semilla blanca en lo alto de la cabeza. Al juntarse esas dos "substancias sutiles", el fuego y el néctar, se siente cómo éste último se funde y gotea a través del canal central, penetrando los diferentes chakra y causando diversas calidades de gozo y también la apertura de los nadi que corresponden a cada segmento del cuerpo. Aunque es sólo el primero de los seis yogas de Naropa, puede decirse que el Tumo es el más importante de ellos ya que es el cimiento para el resto, que, a su vez, tienden a fluir espontáneamente de él.

El material que he puesto ha vuesta disposición procede del libro "Entre Meditación y Psicoterapia" del Dr. Claudio Naranjo.

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