miércoles, 12 de agosto de 2009

EL FRUTO MÁS ESPLÉNDIDO DEL ÁRBOL DE LA KÁBALA. La letra tzade: j: 90

LA JUSTICIA, EL EJE, LA FORTALEZA INTERIOR

DESPUÉS de la inmersión en el espacio interior en pos de la perla de la gracia, cuando la boca ha comprendido que el silencio es la regla de oro que regula el funcionamiento exacto en la palabra, el estudiante debe comprender, a través de lo que le enseña la letra tzade, por qué la Biblia insiste tanto sobre la posición equilibrada que ocupa el justo o tzadik, aquel de quien se dice que es “el fundamento del mundo”, como acerca de sus relaciones con lo demás. Ser el fundamento –al igual que las columnas que por debajo sostienen un edificio—, supone aceptar con humildad la ubicación sub terrae a la que muchas veces se ven sometidos los estudiantes de los treinta y dos senderos. Él o ella deben ser los primeros en trabajar por el sostén de los demás, soslayando con frecuencia las contradicciones de las apariencias y manteniendo una rectitud inquebrantable.
Ante situaciones extremas, al igual que el espíritu de la justicia, y tributario de ésta, el tzadik buscará invariablemente el medio o emtza entre los extremos, lo que por un lado lo aproxima a la imagen del Arbol de la Vida o etz ha—jaim, y por el otro lo hará mediar entre el infinito de la alef y la pluralidad sensible del ojo o ain que ansía fundirse en él. Ser o aspirar el centro no es sencillo, pero forma parte indudable del camino de iniciación de ese aspirante a equilibrista cósmico que es todo buscador sincero.

Emtza, medio, centro

Ain, el ojo………….…ijma…………Alef, el infinito

Tzam,
La síntesis

Otra de las características del tzadik o justo es su fidelidad simbólica a Sión o Tizón, “centro del mundo” de la tradición judeocristiana. Fidelidad que se apoya, para cumplirse, en la frase de Isaías 2:3: “De Sión saldrá la Torá” o enseñanza.

Mi tizón tetzé Torá

Frase en la cual el vocablo tetzé sitúa a la letra tzade precisamente entre el último y el primero de los signos alfabéticos. Como en hebreo se lee de derecha a izquierda, es posible descifrar en tetzé, saldrá, todo un proyecto de trabajo para el justo ligado a la tradición de Sión: empujado por la fuerza material, concreta del mundo, representada aquí por la letra tau, debe enderezarla, equilibrarla por medio de la tzade antes de dirigirla al infinito propuesto por el símbolo de la alef. A su vez, y en su ayuda, cuenta con el auxilio de una promesa bíblica, la que reza que: “La luz está sembrada para el justo”. Salmo 97:11.

Or zarúa le-tazdik

Aquel que conoce, entonces, cómo está sembrada, zarúa la luz, ése tiene a su disposición la ayuda o ezer que necesita primero para sí mismo y luego para ofrecer a los demás.

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