"Reflexiona sobre los defectos de tu carácter, descubriendo por completo tus vicios y los fugaces placeres que te proporcionan, y determina firmemente hacer todo cuanto puedas para no ceder nuevamente a ellos. Este autoanálisis, que te lleva ante el tribunal de tu propia conciencia, facilitará tu progreso espiritual en un grado que no podrías imaginar".
"Nunca hagas nada que no sea tu deber, esto es, nada innecesario. Antes de hacer una cosa, reflexiona si debes hacerla".
"Nunca hables palabras ociosas. Antes de pronunciarlas, piensa en el efecto que pueden producir. Nunca quiebres tus principios de conducta por consideraciones de amistad".
"Que Nunca ocupes tu mente con pensamientos vanos o inútiles. Esto es más fácil decirlo que hacerlo. No es posible desalojar de golpe la mente. Así, en un principio, procura evitar los pensamientos malos u ociosos, ocupando tu mente en sentido contrario a ellos".
Antes de entregarte al sueño, ora, como hiciste en la mañana. Pasa revista a las obras del día, ve las faltas que cometiste y resuelve que no volverás a incurrir en las mismas faltas al día siguiente".
"El principal requisito para adquirir el conocimiento de sí mismo es el amor puro. Anhela el conocimiento por puro amor, y el conocimiento coronará finalmente el esfuerzo. Cuando un estudiante se impacienta, es prueba segura de que obra por la recompensa, no por amor, lo cual demuestra también que no merece la gran victoria reservada a quienes verdaderamente obran por amor".
"El contento es la puerta por donde se ha de encontrar al Redentor, porque quien está descontento de sí mismo lo está también de la ley que lo ha hecho tal como es; y siendo Dios de por sí la Ley, no podrá revelarse en quienes están descontentos de Él"
"Si estás por entero abatido, será porque antes decayeron tus pensamientos".
"Debes considerar que son para nosotros justas todas las circunstancias en que nos hallemos. Así, te exhorto a que elimines de tu mente todo disgusto por las circunstancias en que te encuentres; y, si consigues considerarlas como las mira tu Yo superior, no sólo vigorizarán tus pensamientos, sino que se reflejarán en tu cuerpo y lo fortalecerán".
"Colócate en concordancia con el flujo y reflujo de los asuntos de la vida, para que apoyados en la naturaleza y en la ley, con la verdad y bondad por faro, seas capaz de obrar maravillas. La ignorancia de esta ley tiene por consecuencia alternativas de entusiasmo irreflexivo, por una parte, y del abatimiento y desconsuelo, por otra, siendo así el hombre esclavo de la marea de la vida, cuando debiera ser su dueño. Como dice La Voz del Silencio: 'Ten paciencia, candidato, y no temas el fracaso ni solicites el éxito'.
"El vicio puede revertirse en virtud con solo invertir el propósito. Los antiguos decían que la naturaleza tiene horror al vacío. No podemos destruir o aniquilar una pasión, pues si la sofocamos, vendrá a sustituirla otra influencia elemental. Por lo tanto, no intentemos destruir lo inferior sin sustituirlo por algo superior: el vicio por la acrisolada virtud y la superstición por el recto conocimiento".
"Olvídate de ti mismo al trabajar en beneficio de los demás. Si alguien te ultraja, persigue o injuria, ¿para qué resistir? Con la resistencia provocarías mayores males".
"El mejor remedio para el mal no es reprimir sino eliminar el deseo; y esto puede hacerse con mayor eficacia manteniendo la mente de continuo fija en las cosas divinas".
"El conocimiento del Yo superior queda invalidado cuando la mente se complace con los objetos desenfrenados de los sentidos".
"El conocimiento aumenta en la razón directa de su uso, esto es, cuanto más enseñamos, más aprendemos. Por lo tanto, busca la verdad con la confianza de un niño y la voluntad de un sabio, comunicando tu conocimiento a quien de él carezca, para confortarlo en su peregrinación".
"No vivas en el presente ni en el futuro, sino en lo eterno. La gigantesca hierba (del mal) no puede florecer allí".
"El hombre ha de volverse como un niño para entrar en el reino de los cielos. Sublimes tesoros son la virtud y la sabiduría; pero si engendran orgullo y sentimiento de separatividad respecto a los demás, serán las serpientes del egoísmo reaparecidas en distinta forma. La primera regla consiste en la entrega y sacrificio del corazón del hombre con todas sus emociones, lo cual significa el logro de un equilibrio inalterable de las emociones personales".
"Quien no practica el altruismo y no es capaz de compartir su último bocado con el más pobre o desvalido; quien se niega a socorrer a su prójimo de cualquiera raza, nación o creencia, siempre y dondequiera que lo vea sufriendo; quien cierra los oídos al clamor de las miserias humanas; quien oye calumniar al inocente y no lo defiende como se defendería a sí mismo, no es teósofo".
"Toda duda proviene de la naturaleza inferior y nunca de la superior. Por lo tanto, en la medida que aumente tu devoción, será mayor el conocimiento que adquieras de su naturaleza sátvica1. Ya se ha dicho: "El perfecto de la devoción (o que perseverare en su ejercicio) adquiere con el tiempo, espontáneamente, conocimiento espiritual." Y también se ha señalado: "El hombre de mente dubitativa no goza de este mundo ni del otro, ni logra bienaventuranza final."
"La cultura espiritual se logra por medio de la concentración, que debe ejercitarse diariamente, utilizándola en todo momento. Se ha definido la meditación diciendo que es "el cese de todo pensamiento activo externo".
"Concentración es el enfoque de todo nuestro ser en determinado objeto. Por ejemplo, una madre abnegada es la que, ante todo y sobre todo, vela por los intereses de sus hijos en todos sus aspectos, no la que piensa durante un día entero en una sola modalidad de los intereses familiares".
"Es una ley eterna que el hombre no puede ser redimido por una potestad exterior a sí mismo. De ser esto posible, habría bastado con que un ángel hubiera visitado la tierra hace muchísimo tiempo, y declarando verdades celestes y manifestando las facultades de la naturaleza espiritual, descubriese a la conciencia humana los mil hechos que ignoraba".
"El crimen lo mismo puede perpetrarse en pensamiento que en acción. Quien por cualquier causa odia a otro, que gusta vengarse y no perdona las injurias, está poseído del espíritu del homicidio, aunque no se dé cuenta de ello". "Quien desea o simpatiza con los deleites sensuales, ya sea en el trato conyugal o fuera de él, es el verdadero adúltero".
"Quien no presta al prójimo los conocimientos, bondades y auxilios que prudentemente pudiera otorgarle, y vive para acumular riquezas materiales, es el verdadero ladrón. Quien difama, calumnia y rebaja el carácter de su prójimo en toda especie de falsedades es también un ladrón y de la peor índole". "Si los hombres fuesen buenos consigo mismos y benévolos con los demás, se operaría un formidable cambio en su estimación del valor de la vida y de las cosas de esta vida".
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(1) armonía, equlibrio. |
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