domingo, 25 de abril de 2010

HISTORIA JUDÍA, EL JUSTO ENTRE SUS CONTEMPORANEOS


El justo es el más valioso de los hombres pero es por lo general ignorado en su época. Muy pocos hombres han sospechado su presencia y calidad. La mayor desgracia es haber perdido su huella aquí abajo, pero ¿quién lo sabe?

Hemos traducido aquí tres aspectos, tres enseñanzas que los sabios nos han dejado al respecto en la tradición judaica.

En primer lugar, su inmortalidad. Puede transmitirse a sus discípulos. Su muerte no es sino apariencia. Es el primer texto que hemos sacado del Zohar.

Luego, el justo como salvaguarda de sus contemporáneos. Asimismo, su desaparición crea un vacío inquietante. Este texto procede también del Zohar.

Por último, un extracto del Talmud nos enseña respecto a Noé, que las advertencias del justo lo convierten, las más de las veces, en objeto de mofa.

I. El justo y su inmortalidad (1)

«Se enseña según Rabí Simeón: Moisés no murió. Y si citamos el versículo: ... y allí murió Moisés... (Deuteronomio XXXIV, 5), así como otros versículos de la Escritura referente a la muerte de los justos, ¿cómo debemos entender esta muerte? Así es como la llamamos. Rabí Simeón enseña: Aquel que alcanza la perfección, en él se encuentra suspendida la fe santa, la muerte ya no se vincula a él y no muere. Lo mismo ocurrió a Jacob, pues en él la fe era perfecta.

Rabí Simeón cita este versículo: No serás llamado ya Jacob; tu nombre será Israel. Y le llamó Israel (Génesis XXXV, 10). ¿Qué significa Israel? Perfección del Todo [que es ausencia de muerte]. En efecto, está escrito: Y tú, siervo mío, Jacob, no temas, no tiembles, Israel porque voy a libertarte de esta tierra lejana y a tus hijos de la tierra de su cautividad (Jeremías XXX, 10).

Rabí Yehudá dijo: ¿Y de dónde sabemos [que Jacob no murió]? Del versículo: Pues estoy contigo (Jeremías I, 8) (2). La alusión es evidente: Bienaventurado su lote, pues su Señor le habló así. En efecto, no está escrito: Estás conmigo... [lo que hubiera significado su vinculación con el Santo-bendito-sea arriba, pero no aquí abajo, en su mismísimo ser], sino que, al contrario, está escrito: Estoy contigo..., es decir, que su Señor ha venido a asociarse con él en su generación de abajo.

Rabí Simeón ha dicho: Rabá ha hablado bien cuando dijo respecto al versículo: Y Jacob tornará, y vivirá tranquilo, seguro, sin que nada le perturbe (Jeremías XXX, 10), para ser llamado con otro nombre, según está escrito: No serás llamado ya Jacob; tu nombre será Israel (Génesis XXXV, 10).

Otro comentario respecto a: Y Jacob tornará: es para ser cogido de nuevo de este lugar [de donde había sido cogido por primera vez], y vivirá tranquilo en este mundo, y seguro en el mundo porvenir; entonces, ya no será turbado por el ángel de la muerte. He aquí el significado de que Todo estaba en él. Rabí Isaac dijo: Los compañeros (3) lo mantuvieron en pie, según está escrito: Y a tus hijos [libertaré] de la tierra de su cautividad (Jeremías XXX, 10). Así como su descendencia está viva, él también está vivo.»

II. El justo, salvaguarda de sus contemporáneos

He aquí un sorprendente comentario (4) sobre Génesis I, 9 referente a la agrupación de las aguas y la aparición de lo seco en la creación.

«Dios dijo: júntense en un lugar las aguas de debajo de los cielos y aparezca lo seco... (Génesis I, 9).

Rabí Tanhumá inició la charla con este versículo: Perece el justo y no hay quien pare mientes. Desaparecen los buenos y no hay quien entienda que el justo desaparece a causa del pecado... (Isaías LVII, 1). Esto es lo que hemos aprendido: Cuando el Santo-bendito-sea considera al mundo, si ve que no hay ningún hombre inocente y que los impíos prosperan en multitud, entonces, ejerce su juicio sobre el mundo.

Rabí Tanhumá añadió: Así como el cuerpo procede con el alma, así el Santo-bendito-sea procede con la generación.

¿Y de qué manera? preguntó Rabí Isaac.

Le respondió:

De la siguiente forma: los justos son el alma y los impíos, el cuerpo. Cuando el Santo-bendito-sea considera el mundo, retira de él el alma, y el cuerpo permanece en su hedor carnal. ¿Y qué es lo que retira? Retira las almas, es decir, los Justos y los cuerpos permanecen, es decir, los impíos.

Y Rabí Tanhumá también decía: Este es el sentido del versículo: Y Dios dijo: ¡júntense las aguas! Son los justos que están reunidos en su morada eterna (5), un lugar que les está unido en su elevación. ¿Qué es lo que está escrito respecto a esta reunión para el mundo por venir? ¡Aparezca lo seco!, es decir, ¡que los impíos sean desprovistos de toda obra, sin salvaguarda ni protección! Por ello, está escrito: Toda la Asamblea vio que Aaron había muerto (Números XX, 29). No hay que leer vaïr’ou: y vieron, sino vayir’ou: y temieron.

En efecto, hemos aprendido lo siguiente: Rabí Isaac dijo según Rab, y algunos dicen, Rabí Yehudah según Rab: Mientras los justos se encuentran en su generación mundana, ningún juicio puede efectuarse en contra del mundo. Este es el sentido del versículo: Y Él dijo que había que exterminarlos; pero Moisés, Su elegido, se puso en la brecha ante Él para desviar Su cólera del exterminio (Salmos CVI, 23). Cuando el Santo-bendito-sea quiere ejercer un juicio contra los impíos, aparta a los justos de entre ellos, y entonces, ejerce su juicio.

La cosa se compara a un rey que tenía un jardín. Un día, cuando entró en él, vio que estaba invadido de zarzas... Hay que quemarlas, dijo, pero levantando la mirada vio que también se encontraban rosas bellas, de un perfume delicioso. Entonces dijo: ¡a causa de estas rosas, dejaré las zarzas...! Y cuando las rosas hubieron desprendido todo su perfume, las sacó y las transplantó y dijo: he aquí que ha llegado el momento de extirpar las zarzas del jardín y quemarlas (6).

Del mismo modo actúa el Santo-bendito-sea. Mientras los Justos están en el mundo, no se ejerce ningún juicio en contra de los impíos, sino que el juicio se ejerce cuando los justos se van (7)».

III. Las advertencias del justo

Encontramos en el Talmud de Babilonia (8) un midrás que sin duda alguna no ha perdido nada de su actualidad. Al contrario.

El Diluvio

«Raba (9) ha enseñado: ¿Qué significa el versículo: Una lámpara es despreciada en los pensamientos de los tranquilizados, preparada para el tiempo de titubear... (Job XII, 5)? Esto se refiere al Justo Noé. Mientras increpaba a sus contemporáneos con palabras severas como relámpagos, éstos se burlaban de él diciendo:

Anciano, ¿por qué esta arca?

Les contestaba:

El Santo-bendito-sea hará venir el diluvio sobre vosotros.

Ellos le decían:

¿Qué tipo de diluvio? Si es un diluvio de fuego, tenemos una protección llamada ‘alitah. ¿Acaso será un diluvio de agua que nos enviará? ¿Del seno de la tierra? ¡Pues poseemos láminas de hierro con que cubrir todo el suelo! ¿De lo alto de los cielos? Entonces, tenemos una sustancia cuyo nombre es ‘akob (y algunos dicen ‘akoche).

El les contestó:

¡Os lo enviará desde entre los talones (10), según está escrito: preparada para el tiempo de titubear...!

Se ha enseñado que las aguas del diluvio eran amargas como el derramamiento de la simiente, según el versículo: preparada para el tiempo de titubear...

Rab Hisda (11) ha dicho: Han sido corrompidos en el pecado con agua hirviendo (12) y por agua hirviendo serán juzgados».

_______________

(1) Este texto procede del Zohar terumá, fol. 174a, §888 a 892 de la gran edición Ashlag. También hemos traducido algunas de las glosas del sabio editor y las hemos indicado entre corchetes. Traducción francesa: Le Zohar, ed. Maisonneuve et Larose, París, 1985, vol. IV, pp. 129 y ss.

(2) En este contexto, no se trata de Jacob sino de la misión del profeta Jeremías. Para el autor del Zohar, el profeta o el Verus Israel está asimilado al patriarca.

(3) Los compañeros, en arameo, haberaya; esta palabra puede utilizarse para indicar los miembros de una cofradía o de una orden de compañeros del maestro, que se transmiten su enseñanza y su vida. Pensamos naturalmente en algunos rituales de muerte y resurrección, al final de los cuales el maestro tiene que resucitar en su discípulo. Está escrito aquí: «los compañeros lo mantuvieron en pie», es decir, vivo, en este mundo.

(4) Procede también del Zohar, pero esta vez lo hemos sacado y traducido del valioso compendio realizado por el profesor Tishbi sobre la Enseñanza del Zohar;I. Tishby, Mishnat haZohar (Enseñanza del Zohar), ed. Institute Bialik, Jerusalén, 1961, vol. II, pp. 732 y 733 que se refieren al Zohar Hadach (o nuevo Zohar) sobre Bereshit fol. 22 a y b (Midrás oculto); disponible en traducción inglesa: I. Tishby, The Wisdom of the Zohar, trad. David Goldstein, The Littman Library of Jewish Civilization, Londres-Washington, 1994, vol. III, pp. 1496 y ss.

(5) «En su morada eterna», literalmente según el hebreo, beït ’demam: su cementerio. Según I. Tishby, se trata del jardín de Edén, o quizás, según la intención del autor, de la divina presencia o Chekhina. A nuestro entender, es lo mismo.

(6) Cf. Mateo XIII, 30.

(7) Ya hemos tenido ocasión de citar esta enseñanza: los justos son los pilares del mundo, que no ha sido creado más que para ellos. Cf. EH, «Historia judía» in La Puerta 49, Tradición Hermética, Barcelona, 1996, p. 73.

(8) Talmud de Babilonia, ed. Eskhol, Jerusalén, s.d., Sanedrín 108b.

(9) Raba, hijo de José. Maestro babilónico, jefe de la escuela de Mahoza, a la orillá del Tigris. Era un Amorá que pertenecía a la generación de la Guemará. El nombre de Raba significa El Maestro viene.

(10) «Desde entre los talones»: la alusión es clara, lo que fue para vosotros una subida deliciosa de placer, será para vosotros una agua de amargura en el día duro. El comentador Rashi añade respecto a esta agua, que ninguna lámina de hierro podrá impedir su subida.

(11) Rab Hisda es otro maestro babilónico de la generación de los Amoraim. Su nombre significa piedad. El epíteto Rab indica que se trata de un maestro babilónico, por oposición a Rabí que se aplica a un maestro palestino.

(12) Es la ira; es llamada agua hirviendo, unas veces como el placer, otras veces como la cólera.

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