Las imágenes arquetípicas ofrecen un rico reflejo de nuestra experiencia interior y de nuestra interaccion con el mundo exterior. Como descubrió Jung cuando fue en busca de “el mito que le vivía a él”, resulta transformador el encuentro con una dimensión del inconsciente que es una fuente transpersonal, viviente y creativa, de inagotable energía y orientación.
Muchos de nosotros, cuando por primera vez leemos a Jung, sentimos reconocer inmediatamente la dimensión de experiencia para la que él usaba la palabra arquetípico. Recuerdo la primera vez que le leí, cuando tenía veintipocos años y me imaginaba completa y gozosamente definida por los papeles de esposa y madre. De repente empecé a comprenderme a mí misma a medida que prestaba atención a mis sueños, los cuales me introdujeron en una insospechada multitud de potenciales inexplorados y pendientes de ser reconocidos y nutridos. También descubrí que aquellos papeles tenían dimensiones arquetípicas y numinosas (tanto amenzadoras como vitalizadoras) a las que había sido ciega por estar inmersa en sus aspectos más triviales. El reconocimiento de que compartía con otros mis sentimientos más profundos, mis más hondas esperanzas y temores, mis éxitos más valorados y mis más deplorados fracasos, me dio un sentido totalmente nuevo de estar contectada con el conjunto de la humanidad, no sólo mediante relaciones externas sino en el mismo núcleo de mi ser.
Sentía que esta experiencia era muy real. Jung me había introducido a una nueva palabra y, lo más importante, a una nueva visión de mí misma que reconocí a la vez como liberadora y desafiante. Aunque tuve muchas reservas teóricas respecto a los detalles de su exposión, la reflexión sobre la teoría junguiana de los arquetipos continúa renovando mi gratitud por el modo en que nos ayuda –personal y teóricamente- a traspasar los límites de una psicología exclusivamente basada en la historia personal y los factores patológicos.
Jung denominó a las imágenes a través de las cuales se manifiesta el inconsciente “imágenes arquetípicas”. Empleó la palabra arquetípico a fin de comunicar el poder que tienen ciertas imágnes para contectarnos con lo que se muestra como la fuente misma de nuestro ser. La palabra griega arjé indica principio, origen; tipo deriva de un verbo griego que significa “modelar” y del correspondiente sustantivo que indica una imagen o modelo. Así arquetipo significa el modelo a partir de lo cual se configuran las copias, el patrón subyacente, el punto inicial a partir del cual algo se despliega. Aunque Jung a veces mencionaba los arquetipos como algo impreso en nuestra psiques, también emplea esta etimología de forma más dinámica cuando define las imágenes arquetípicas como aquellas que pueden impresionarnos: "Estas asociaciones e imágenes arquetípicas…. nos impresionan, influyen y fascinan”.
Jung distinguía entre arquetipos e imágenes arquétipicas. Reconoció que lo que llega a nuestra consciencia son siempre imágenes arquetípicas, manifestaciones concretas y particulares que están influidas por factores socioculturales e individuales. Sin embargo, los arqutipos mismos carecen de forma y son irrepresentables; hablando con propiedad son más psicoides que psíquicos: “El arquetipo como tal es un factor psicoide que pertenece, por así decir, al extremo invisible y ultravioleta del espectro psíquico… No debemos olvidar que lo que denominamos “arquetipo” es en sí mismo irrepresentable, pero podemos visualizarlo a través de sus efectos, es decir, las imágenes arquetípicas”. Los arquetipos mismos, dice Jung, son vacíos y carentes de forma, nunca podemos verlos excepto cuando se vuelven conscientes, cuando se llenan de contenido individual.
El postulado de una realidad de los arquetipos externa a sus manifestaciones es una cuestión muy debatida cuyas dimensiones metafísicas dejaré de lado en gran medida. Dado que tiendo a ver los arquetipos como abstracciones de imágenes concretas y diversificadas, al igual que otros muchos críticos y seguidores recientes de Jung no me intereso mucho por tales dimensiones, precisamente porque me interesa la psique, el alma y la actividad imaginativa, que considero la actividad más característica de la psique.
El interés de Jung por las imágenes arquetípicas refleja más énfasis en la forma del pensamiento inconsciente que en el contenido. Nuestra capacidad para responder a la experiencia como criaturas creadoras de imágenes es heredada, se nos da con nuestra humanidad. Las imágenes arquetípicas no son restos de pensamiento arcaico ni un depósito muerto, sino parte de un sistema viviente de interacciones entre la psique humana y el mundo exterior. Las imágenes arquetípicas que aparecen en mis sueños brotan de la misma capacidad humana que dio lugar a las antiguas mitologías de nuestros remotos antepasados. Los mitos no son causas de las manifestaciones contemporáneas e individuales, sino que existen en el mismo plano como analogías.
Centrarnos en lo arquetípico permite subrayar la importancia que tienen nuestras imágenes para convertirnos en quienes somos. Nuestras vidas son configuradas por nuestros pensamientos y actos y, aun más poderosamente, por nuestras fantasías y sueños y los complejos de carga afectiva con los que respondemos a las personas y acontecimientos con que diariamente nos tropezamos. No soy sólo lo que he pensado, como proponía Descartes, ni lo que he hecho, como pretenden los existencialistas, sino también, como Gaston Bachelard ha mostrado tan poderosamente, lo que he imaginado y recordado.
Christine Downing
Traducido y extractado por Farid Azael de
C. Downing.- Mirrors of the Self.
Este artículo no ha sido publicado en la Revista ALCIONE
5 comentarios:
Hola:
"Casualmente" he dado con esta entrada, gracias a una amiga que me la ha recomendado, justo cuando me estoy dedicando a aclarar el significado del término arquetipo, de distinguirlo de imágen arquetípica, así como de explicar el modo en que el arquetipo se presenta a la consciencia. Y ello como respuesta a la crítica que Ken Wilber realiza a la teoría de los arquetipos de Jung.
Tu entrada me ha parecido excelente. Sólo matizaría un punto, si me lo permites. Dices:
"Los arquetipos mismos, dice Jung, son vacíos y carentes de forma, nunca podemos verlos excepto cuando se vuelven conscientes, cuando se llenan de contenido individual".
Jung dice, en varios de sus escritos, que los arquetipos son "formas vacías de contenido", o sea, algo así como "cuencos" vacíos o "nódulos energéticos" que atren contenido y energía hacia sí.
Te dejo un enlace a la última entrada de mi blog, por si te interesa, y así poder mantener un diálogo enriquecedor.
Un saludo cordial
Jose A. Delgado
Perdón, en el mensaje anterior no dejé el enlace:
http://psicologiaespiritualidad.blogspot.com/2010/02/ken-wilber-critica-su-interpretacion.html
Gracias José, un placer leerte, ya visité tu sutio, me parece muy interesante, es un gran trabajo, enhorabuena!
Jung tiene una visión aventajada para su tiempo, sin embargo no está todo dicho, por ejemplo, puedo añadir otro tipo de arquetipo a los citados:
EL ARQUETIPO MAESTRO
El Arquetipo Maestro forma una sorprendente composición, parece un poema que Dios escribiera para el Hombre.
Está compuesto de diez afirmaciones, que provienen de la decena de emanaciones divinas del Árbol de Vida Cabalístico o Sephiroth. No solamente llevan elevada la antorcha de la Realidad, sino que la técnica de meditación que nos ofrecen, es de inmediata aplicación. Esta decena de imágenes sucesivas, devela la estructura espiritual del ser humano y aclara su destino a la luz de promesas de evolución.
Por lo que esta Orden nos invita a un verdadero aprendizaje de cualidades cósmicas.
0. Todo el Poder que fue o será está aquí y ahora.
1. Soy un centro de expresión para la Primaria Voluntad hacia el bien que eternamente crea y sostiene el universo.
2. A través de mí, su infalible Sabiduría toma forma de pensamiento y palabra.
3. Lleno de Entendimiento de su perfecta ley, soy guiado momento a momento por el sendero de la liberación.
4. De las inagotables riquezas de su Ilimitada Substancia, extraigo todas las cosas necesarias espirituales y materiales.
5. Reconozco la manifestación de su Indesviable Justicia en todas las circunstancias de la vida.
6. En todas las cosas grandes y pequeñas veo la Belleza de la Expresión Divina.
7. Viviendo de esa Voluntad, sostenido por su infalible Sabiduría y Entendimiento, mía es la Vida Victoriosa.
8. Espero confiado la perfecta realización del Eterno Esplendor de la Luz Ilimitada.
9. En pensamiento, palabra y obra, confío mi vida, día a día, al firme Fundamento del Ser Eterno.
10. El Reino del Espíritu está incorporado en mi carne.
Un afectuoso saludo:
LEVI
Hola Luis, al respecto de estas imagenes arquetípicas maestras esta muy bien.
Te invito a que te pases por mi blog y que escuhes una meditación que he grabado relacionada con este tema. Un saludo
Hola Ana, gracias por el comentario y la invitación, entré al blog y descargué la meditación, en cuanto pueda la escucharé. Un abrazo. Luis
Publicar un comentario