jueves, 21 de mayo de 2009

Alocución del Festival de Piscis

[DE LUCIS TRUST]

El texto que sigue fue una conferencia dada por un miembro del personal de la Sede Central de Lucis Trust en una de nuestras reuniones públicas. El propósito de estas breves charlas es preparar y sembrar la mente grupal para el trabajo real a ser realizado –la meditación grupal. Esta charla puede ser usada por individuos y grupos que deseen cooperar con este servicio.

Piscis es el signo de los Salvadores Mundiales. ¿Que significa realmente el término "Salvador"? No es un término que se encuentre en las situaciones cotidianas. Y, visto a través del prisma distorsionado del egoísmo humano, su significado tiende a sesgarse hacia lo personal. La pregunta utilizada a veces por los Cristianos al evangelizar es instructiva en este caso: ¿"Ha aceptado al Señor Jesucristo como su Salvador personal?" (énfasis añadido). Pensando un poco acerca de lo que puede significar "Salvador", veremos si es posible re-formular esta pregunta Pisciana de modo más Acuariano. Antes de hacerlo, tomémonos un breve período de silencio, y luego pronunciaremos juntos la Gran Invocación, que está en sus hojas de meditación, y terminaremos con un OM.

Probablemente todos tendemos a apoyarnos inconscientemente en el pensamiento de que, una vez que hemos aceptado ciertas verdades y doctrinas, nuestra seguridad está más o menos garantizada. Pero Salvador tiene poco que ver con hacer a alguien "seguro" –por lo menos no en el sentido egoísta de estar libre de peligro personal, tanto físico como espiritual. Intrínsecamente el universo es un lugar peligroso, simplemente debido al factor del libre albedrío. Cualquiera puede elegir tomar una mala inclinación y dirigirse atrás en dirección opuesta al impulso evolutivo hacia adelante; y desde luego habrá puntos particulares en los que ese peligro sea más agudo – puntos en los que aquellos que ya han hecho esa elección estarán al acecho de viajeros incautos, para tenderles una emboscada con tentaciones y miedo a lo desconocido. Quizás estos puntos de peligro están muy cerca realmente de los lugares donde pueden darse pasos importantes hacia adelante –las iniciaciones. Esto puede explicar porque, cuando la Personalidad está más o menos plenamente integrada, pero todavía no está bajo el control del Alma, se hace referencia a la Personalidad como el Morador en el Umbral. –el Umbral de un paso importante hacia adelante en la evolución consciente.

Cuando adoptamos esta perspectiva, se hace claro que un Salvador no puede ser alguien que "nos libera" de estos puntos de peligro –porque estos puntos de prueba agudizada son nuestros momentos de mayor oportunidad, períodos sobre todo en los que nuestra capacidad de ejercer nuestro libre albedrío debe permanecer libre de interferencias. En esos períodos es cuando empezamos a demostrar en nosotros mismos nuestra capacidad de actuar como Salvadores, o Redentores, ya que dando un paso hacia la luz, redimimos la materia de la que están compuestos nuestros cuerpos – nosconvertimos en nuestros propios Salvadores, y en Salvadores de esas vidas que aún no han alcanzado la etapa del libre albedrío, sino que aún están siguiendo ciegamente a lo largo del sendero de involución. Dando nuestros propios pasos evolutivos hacia adelante, damos un ejemplo a estos "señores lunares" de la dirección correcta a tomar, yhace un poco más probable que cuando llegue su tiempo de elección, elegirán correctamente.

Sin embargo, esta descripción todavía está demasiado centrada en el individuo. La iniciación individual era el método del pasado, y ha producido muchos grandes trabajadores espirituales, pero en la Era de Acuario, el experimento de la iniciación grupal, grupo de Salvadores, está en marcha ahora. Debería destacarse que es un experimento, con todo lo que el término implica, incluyendo la posibilidad del fracaso. Cuando reflexionamos un poco en lo que se necesita para el éxito, podemos ver que es un desafío enorme. Para ser iniciado un grupo, cada miembro debe querer libremente el mismo resultado, el mismo paso hacia adelante – un paso al que todas las fuerzas sin redimir en cada una de las personalidades del grupo, más otras fuerzas involutivas, se opondrán con todas sus fuerzas. Esta es una propuesta mucho más compleja y difícil que en el caso del individuo, simplemente porque hay un número mucho mayor de fuerzas opuestas.

Si a ello le añadimos el hecho de que, según el Tibetano, cada grupo incluirá a individuos en diferentes etapas de desarrollo, y por consiguiente con diferentes niveles de comprensión del paso hacia adelante propuesto, la dificultad aumenta adicionalmente. Es un poco como si ustedes tuvieran que persuadir a un grupo que incluyera a niños de cinco años de edad, doce años de edad, dieciséis años de edad y adultos, para votar todos por el mismo partido político. A los de cinco años de edad, incluso la noción de partido político les sería ajena, y tendría que ser traducida en términos que pudieran llegar a entender. Los de doce años de edad entenderían probablemente el concepto básico de partido político, pero podrían tener problemas con la noción de manifiesto. Los de dieciséis años de edadentenderían probablemente un manifiesto, pero podrían responder a él de forma parcial y excesivamente idealista. Sólo los adultos (¡espero!) serían capaces de mirar "alrededor" de la decisión, viendo todas las ramificaciones posibles.

De hecho, la idea de ser capaces de conseguir una decisión unida entre personas en diferentes niveles de desarrollo de la conciencia ha sido explorada en la teoría de la Dinámica Espiral, ofrecida por Don Beck y Christopher Cowan. Asignando un código de color a los diferentes niveles, y trazando un mapa de estos colores sobre una espiral ascendente, plantean como los diferentes niveles ven el mundo de una manera completamente diferente: púrpura, como un círculo tribal, en el que los lazos de parentesco tienen una importancia clave; azul, como una estructura rígidamente jerárquica, en la cual la obediencia a las reglas es fundamental; amarillo, como un sistema de sistemas en evolución, en el cual debe mantenerse la salud del sistema entero, etc. Una observación clave es que sólo en o más allá del amarillo, bastante lejos arriba en la espiral, es cuando el individuo es capaz de considerar el bien de todos los que están en otros niveles distintos del suyo, en otras palabras, el bien de la espiral entera, y actuar en consecuencia.Por lo tanto sería esencial para todos los miembros de un grupo que intentan la iniciación grupal, estar en o más allá del amarillo. Incluso entonces, habrá los que estén justo en el amarillo, y los que estén mucho más allá de él. Por eso cuando se toma una decisión sobre el camino hacia adelante, decisión que surge por lo general de aquellos que están mucho más allá del amarillo, se pregunta libremente a aquellos que están justo en él, si quieren algo que tiene muchas implicaciones que ellos no pueden captar.Sólo pueden hacerlo si han desarrollado un factor esencial para cualquier trabajo grupal, llamado confianza.El Tibetano subraya: "Lo primero que debe haber en un grupo de discípulos, es amor y confianza, porque sin ellos no puede haber verdadera transferencia de ideas. Cuando no existe amor y confianza, deberán desarrollarse definida y conscientemente". ( DNA I, p. 664).

La confianza es una cualidad que podemos asociar con otras cualidades del discipulado. En un principio, podría parecer que si amamos a los demás, no hay necesidad de añadir confianza – ¿acaso no confiamos siempre en aquellos a los que amamos?. Pero recuerden que no estamos ablando de amor sentimental, personal, sino del amor clarividente, universal del alma. Es muy posible amar a alguien en el último sentido, y a pesar de todo no confiar en ellos para hacer lo que dicen que quieren, porque nuestro discernimiento y desapego nos permiten darnos cuenta de que esta persona todavía no es un árbitro suficientemente bueno de sus propias capacidades para hacer declaraciones realistas sobre lo que puede o no puede hacer. Obsérvese que este no es un caso de mentira –la persona cree sinceramente que puede hacer lo que afirma, pero simplemente está equivocada. Por eso podría confiarse en el sentido de guardar secretos; pero no en el sentido de realizaciones, que precisamente son el tema cuando se está intentando la iniciación grupal.Esto puede ser lo que el Tibetano estaba insinuando cuando comentaba a Su grupo de discípulos: "… debiendo establecerse entre nosotros una confianza basada en la verdad y la comprensión, no en el secreto ni en la reserva". ( DNA II, p. 16)

¿Como es la confianza y la seguridad que debe establecerse en un grupo, especialmente si [sus miembros] vienen, como es probable en nuestro mundo globalizado, de entornos culturales diferentes? La respuesta simple es, por sus miembros que son de confianza – por cada persona que vive de acuerdo con los valores y comportamientos que todos han acordado mutuamente que se requieren para ser miembro del grupo. Establecer estos valores y comportamientos es una de las tareas clave fundamentales de cualquier grupo, y puede verse reflejado en el mundo de los negocios, por ejemplo, en la fase de formulación de "la declaración de la misión". En un grupo de discípulos que aspira a la iniciación grupal, los valores y comportamientos iniciales que se requieren serán, como corresponde, más sutiles y refinados, puesto que se encuentran en los límites más elevados de conciencia. Una lectura minuciosa de los dos volúmenes de El Discipulado en la Nueva Era proporcionaría indudablemente muchas pautas útiles.

El funcionamiento de la seguridad y la confianza puede verse como un aspecto externo, horizontal de las relaciones grupales. Pero también hay un aspecto interno, vertical, del cual el externo es la expresión. .El lado interno de la seguridad y la confianza entre los miembros de un grupo es su fe unida en ciertas verdades espirituales básicas. No es necesario extenderse en lo que estas verdades son –los libros de A. Bailey proporcionan una extensa visión general, empezando con hechos muy conocidos y avanzando hacia otros profundamente abstrusos. Lo que es evidente es que, sin esta fe interna, la confianza externa entre los miembros del grupo no tendrá suficiente consistencia, e inevitablemente el grupo se desintegrará. La fe es la dinámica interna que sostiene el flujo de confianza dentro del grupo.

Dada la asociación de la era de Piscis con las religiones o fes institucionalizadas, podemos ver una demostración viva de esta verdad en el sentido en el que muchas religiones están esforzándose ahora mismo, no siendo el Cristianismo la menor. Cuando la fe de los miembros de la iglesia comienza a decrecer, las otras estructuras de confianza entre las personas y el clero también empiezan a erosionarse, y las personasempiezan a dejarse llevar por la corriente. La estructura comienza a perder sustancia literalmente, porque se ha dicho que "Fe es la sustancia de las cosas esperadas, la evidencia de las cosas no vistas". También leemos que: "…la "fe sin obras está muerta". Sólo cuando la fe encuentra una expresión activa en el plano físico, en recta colaboración y sacrificio (aun hasta la muerte), la puerta puede ser forzada hasta abrirla de par en par y la intervención divina será posible. Únicamente cuando la visión y el sueño de paz que ilusiona a tantas personas bien intencionadas ceda su lugar a la determinación de emplear todos los medios posibles para lograr esa paz en formapráctica en el plano físico, las fuerzas espirituales internas podrán actuar también más activamente en la Tierra". (Ext., p. 215).

Así podemos ver que, aunque podemos vivir en un tiempo en el que la fe Pisceana está desvaneciéndose, es esencial que sea reemplazada por una fe razonada basada en la experiencia, si tenemos que cooperar plenamente con Cristo y la Jerarquía en la redención del mundo.

Como se ha mencionado antes, este trabajo de redención no es algo que pueda ser hechopara nosotros, sino que debemos hacer el esfuerzo nosotros mismos. Lo que Cristo puede hacer, y lo que también pueden hacer los grupos redentores a través de los cuales Él trabaja, es mostrar el camino, en otras palabras, enseñar, principalmente por medio del ejemplo.La cita siguiente subraya esto:

Llamaré la atención sobre el hecho de que el concepto general de un Salvador del Mundo (siempre ligado a la función del Cristo, no importa el nombre con que se designe al excelso Hijo de Dios, en cualquier ciclo mundial) está en realidad estrechamente relacionado con la función mucho más importante como Instructor del Mundo. Las personas quieren ser salvadas, porque ignoran su propia responsabilidad inmediata, destacada definidamente por la enseñanza. Debe recordarse que la muerte simbólica en la cruz, no trae la salvación sino la ense­ñanza dada por Cristo . Los hombres deben salvarse a sí mis­mos, reaccionando y respondiendo a la enseñanza dada en toda su pureza por Cristo, algo que ustedes deberían inculcar enérgica­mente; no son las interpretaciones humanas lo que salvan al hom­bre, sino la forma con que inicia y aplica lo que él comprende de la enseñanza. (Ext., pp. 522-523).

El trabajo principal de redención en el que Cristo y Sus grupos estarán involucrados en la presentación de la Era de Acuario es el establecimiento firme de relaciones humanas justas. Para que este sea el caso, tiene que existir la voluntad de aceptar las Enseñanzas que Ellos presentarán. En cierto sentido, estamos hablando de una correspondencia, en una vuelta mucho más elevada de la espiral, de la aceptación mencionada en la pregunta de los Cristianos evangélicos. El siguiente pasaje perfila este proceso en términos de sumisión espiritual, conformidad y expectativa:

Las personas [dispuestas espiritualmente] están diciendo constantemente (como Cristo lo hizo en el Huerto de Getsemaní), "Que se haga la voluntad de Dios" (Mat.XXVI.39 ref.ingl.). Lo dicen ignorantemente y a menudo sin esperanza; sin embargo, indica un proceso general de reorientación espiritual, de sumisión y de conformidad. Cristo demostró esta sumisión cuando Él dijo, "No he venido a hacer mi voluntad sino la voluntad de Aquél Que me ha enviado" (Juan VI.38 ref.ingl.). Probó Su conformidad cuando Él clamó, "Padre, que se haga Tu voluntad no la mía". La sumisión tiene elementos de conquista por las circunstancias y de un reconocimiento de que pueden no entenderse, pero que se somete a lo que le es impuesto. La conformidad tiene el elemento de una inteligencia comprensiva, y esto marca un gran paso adelante. Ambas admiten el hecho de una voluntad divina eclipsando la vida de la humanidad hoy, ambas preparan para el reconocimiento del trabajo de Cristo que da lugar a relaciones humanas justas. En la actualidad, la sumisión de la humanidad a la voluntad divina es una sumisión negativa; la verdadera sumisión es una actitud positiva de expectativa espiritual, conduciendo finalmente a una conformidad positiva.

La expectativa espiritual también debe ser entendida; intensificarla es parte del trabajo del Nuevo Grupo de Servidores del Mundo. También tienen que fomentar la sumisión espiritual y la conformidad inteligente en las masas, que normalmente se dividen en dos clases, expresando estas dos actitudes; estos factores de sumisión, conformidad y expectativa están latentes en cada hombre. Estas tres potencialidades divinas son las que les permitirán a los hombres responder al mensaje de Cristo y, por consiguiente, el sacrificio desinteresado, el compromiso consciente y la comprensión de muchos y diversos puntos de vista (necesarios para el establecimiento de relaciones humanas justas) será mucho más fácil de llevar a cabo.

Sería conveniente reflexionar sobre cuáles son los factores existentes en la sumisión y la conformidad. En ellas están in­volucradas las correctas relaciones humanas, el renunciamiento, la sumisión a los hechos existentes y la obediente conformidad a la ley divina. Esto es lo que Cristo demostró anteriormente y éstas "son las cosas" que Él ayudará a que, entusiasta y com­prensivamente, la humanidad acepte, lo cual traerá la felicidad, lección difícil de aprender, y experiencia totalmente nueva para la humanidad. Cristo deberá enseñar a los seres humanos cómo disfrutarla correctamente, cómo superar los antiguos hábitos de sufrimiento y comprender el significado de la alegría. Sin em­bargo, no vendrá solamente a enseñar a los hombres la necesi­dad de establecer correctas relaciones humanas, sino a que apren­dan a establecerlas debidamente. (Reaparición, pp. 101-102).

Este pasaje, entonces, nos permite re-formularnos la pregunta Pisceana acerca de Cristo como Salvador personal, de un modo más Acuariano: "Damos consentimiento [como grupo inteligente y consciente, que también forma parte del nuevo grupo de servidores del mundo] a Cristo como Redentor de todas las criaturas e Instructor de relaciones humanas justas, y esperamos participar en esta tarea co-creativamente con Él?" Esta pregunta desafiante es la que podemos tomar esta noche en nuestras reflexiones en la meditación, y puede ayudar a arrojar un poco de luz sobre nuestra nota clave, que es: "Abandono el hogar del Padre y, retornando, salvo".

Londres – Febrero 2005
Dominic Dibble

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