jueves, 14 de mayo de 2009

La consciencia y la polaridad

Fr: R+C: Antonio Atanes P. ( Maestro Emérito)

LA UNIDAD

Si expresáramos que la polaridad constituye el problema central de nuestra existencia, muchos de los que oigan esto sin razonar me mirarían escépticos.

Pues abordemos este asunto desde un ángulo directo. Cuando el ser humano dice yo, se separa de todo lo que percibe ajeno al yo; y desde ese momento, ese individuo queda preso en la polaridad. Su yo lo ata al mundo de los extremos, el cual no se adscribe solo en el yo y el tu, sino también en lo intimo y lo externo, mujer y hombre, bien y mal, verdad y mentira,etc. El ego le imposibilita percibir, reconocer y/o imaginar siquiera la unidad o el todo en cualquier forma.

La consciencia escinde todo en parejas de contrarios que nos plantea un conflicto porque nos obliga a diferenciar y a decidir. Nuestro entendimiento no hace otra cosa que desmenuzar la realidad en pedazos mas y mas pequeños (análisis) y diferenciar entre los pedazos (discernimiento).

Por ello, se dice si a una cosa y, al mismo tiempo, no a su contrario, pues es sabido que los contrarios “se excluyen mutuamente”.

Pero con cada uno, con cada exclusión, incurrimos en una carencia, tal vez se aprecie lo estrechamente ligado que esta el tema enfermedad-salud con la polaridad. Por tanto podríamos ser mas categóricos; enfermedad es polaridad, curación es superación de la polaridad.

Mas alla de la polaridad en la que nosotros, como individuos, nos encontramos inmersos, esta la unidad, el uno que todo lo abarca, en el que se aúnan los contrarios. Este ámbito del ser se llama tambien el TODO porque todo lo abarca, y nada puede existir fuera de esta unidad, no esta sometida al tiempo ni al espacio.

La unidad- todo esta en reposo permanente, es el SER PURO. Llama la atención que todas las definiciones de la unidad hayan de ser formuladas en negativo: sin tiempo, sin espacio, sin limite.

Nosotros los occidentales frecuentemente consideramos conb desilusión y/o critica el estado de consciencia que persigue la filosofía budista o toosista, en el nirvana el estado de contemplación, lo que para muchos judaicos- cristianos o materialistas significaría nada (textualmente vacio). El ego del ser humano desea tener siempre algo que se encuentre fuera de el y no le agrada la idea de tener que extinguirse para ser uno con el todo.

Por tanto, en la unidad TODO Y NADA se funden en uno. La NADA renuncia a toda manifestación y limite, con lo que se sustrae a la polaridad. El origen de todo ser es la Nada (el Ain sople de los cabalistas; el tao de los chinos; el Neti-Neti de los hindúes).

Es lo que existe realmente, sin principios ni fin, por toda la eternidad. A esa unidad podemos referirnos pero no podemos imaginarla. La unidad es la antítesis de la polaridad y por consiguiente, solo es concebible por el ser humano mediante determinados ejercicios o técnicas de meditación, desarrollando la capacidad de aunar, por lo menos transitoriamente, la polaridad de su conocimiento.

En la unidad no hay reconocimiento, solo SER. En la unidad termina todo afan, el querer y el empeño, todo el movimiento porque ya no existe un exterior que anhelar.

Es importante reconocer que lo polar no es el mundo, sino el conocimiento que nuestra consciencia nos da de el. Ejemplo: El juego optico es una buena via de acceso a las consideraciones de polaridad: grabe una circunferencia con un palo negro y el otro blanco. Si suprimimos uno, desaparece toda imagen con sus dos aspectos. El negro depende del blanco y viceversa. Igual al polo positivo que depende del negativo en la corriente.

Nuestra Realidad

Observemos las leyes de la polaridad:

Ø La respiración que da al ser humano la experiencia basica de polaridad. Inhalar y exhalar se alternan constantemente, con ritmo.

Ø El ritmo es el esquema basico de toda la vida. Lo dice la fisica que afirma: “Si se destruye el ritmo se destruye la vida, pues la vida es ritmo”.

Ø Electricidad: Un polo depende su existencia del otro. Si quitamos uno desaparece tambien el otro. Desaparece la electricidad.

La polaridad son dos aspectos de una misma realidad que nosotros hemos de contemplar sucesivamente, dando origen al tiempo. Solo a un observador superficial se aparecen las polaridades como contrarios que se excluyen mutuamente, si miramos con extensión veremos que las polaridades juntas, forman una unidad ya que para poder existir dependen unas de otras. La ciencia hizo este descubrimiento fundamental al estudiar la luz.

Sobre la naturaleza de los rayos de la luz existen dos opiniones contrapuestas:

1. la Teoria de las ondas

2. la Teoria de las particulas

Si la luz esta formada por ondas no puede estar formada por particulas y viceversa (lo uno o lo otro).

Después se comprobó que la luz es onda y corpúsculos.

Esta luz se manifiesta unicamente al observador según el lado desde el que este la contemple, bien onda o particula.

Consideremos que la polaridad es como una puerta que en un lado tiene escrita escrita la palabra ENTRADA y en la otra SALIDA siempre en la misma puerta, según el lado por el que nos acerquemos a ella veremos uno u otro aspecto. De observar y dividir en aspectos este concepto se crea la noción de tiempo porque la contemplación con una coincidencia bipolar se convierte en sucesión.

Si detrás de la polaridad esta la unidad, detrás de tiempo se halla lo infinito, “la eternidad”. Entendemos “eternidad” en el sentido metafisico de interpolaridad, no en el sentido de la interpretación de la teologia judeico-cristiana (de un largo, infinito y continuo del tiempo).

LA POLARIDAD DE NUESTRA CONSCIENCIA

La interpretamos subjetivamente en la alternación de dos estados que se distinguen claramente uno del otro: la vigilia y el sueño: estados que nosotros experimentamos como correspondencia interna de la polaridad externa. Dia-Noche de la naturaleza

Por lo tanto, hablamos de un estado de conciencia diurno y un estado de conciencia nocturno.

O del lado diurno del alma y el nocturno.

Íntimamente unida a esta polaridad esta la distinción entre conciencia superior y un inconsciente.

Por lo tanto; durante el día esa región de la conciencia queda inhabilitada por la noche, que es por la noche cuando se habilitan surgiendo los sueños en la región que llamamos inconsciente (aunque en realidad esta mal llamado inconsciente, ya que no es falta de conciencia sino una denominación imprecisa del estado de conciencia nocturno, a falta de palabras mas adecuadas).

Desde la difusión de la psicología profunda, estamos acostumbrados a imaginar nuestra conciencia dividida en estratos y a distinguir entre un supra consciente, un subconsciente y un inconsciente.

Producto a que estamos muy identificados con la conciencia diurna.

Esta clasificación en superior o inferior no es obligatoriamente así por teoría, pero corresponde a una percepción especial simbólica, que atribuye al cielo y a la luz el estrato superior; a la tierra y la oscuridad el estrato inferior del espacio.

La conciencia que todo lo abarca, que es ilimitada y eterna se representa como un circulo en muchas culturas y en la metafísica. Considerando que la periferia del circulo no es limite, sino únicamente símbolo de aquello que todo lo abarca. Por lo que el ser humano esta separado de esto por su YO, dando lugar a la creación de su supra consciente, subjetivo y limitado. Por lo tanto, no tiene acceso al resto de la conciencia, es decir, a la conciencia cósmica.

La línea divisoria entre el YO y el restante “movimiento de la conciencia” o lo que llaman muchos místicos “el inconsciente colectivo”, no es, sin embargo, un absoluto; mas bien podría denominarse una especie de membrana permeable por ambos lados, un limite. Esta membrana corresponde al subconsciente. Contiene tanta sustancia que han descendido del supra consciente (olvidadas) como los que afloran de inconsciente, por ejemplo: premoniciones, visiones, intuiciones.

Si una persona se identifica exclusivamente con su supra consciente, reducirá la permeabilidad del subconsciente, ya que las sustancias inconscientes la parecerán extrañas y por consiguiente generadora de angustia.

La mayor permeabilidad puede infundir facultades de médium. RES.

El estado de iluminación o de la conciencia cósmica no se alcanzaría mas que renunciando a la división, de manera que su supra consciente e inconsciente fuera uno.

Desde luego, este paso equivale a la destrucción del YO cuya evidencia se encuentra en la delimitación.

La conciencia humana tiene su expresión física en el cerebro, atribuyéndose a la corteza cerebral la facultad específicamente humana del discernimiento y el juicio.

No es de extrañar que la polaridad de la conciencia humana se refleje claramente en la anatomía misma del cerebro.

Como es sabido el cerebro se compone de dos hemisferios unidos en el llamado cuerpo calloso.

En el pasado, la medicina trati de conocer diferentes síntomas como la epilepsia o grandes dolores, seccionando quirúrgicamente el cuerpo calloso, con lo que se cortaban todas las uniones de los dos lóbulos.

A pesar de lo grandioso de la intervención, a primera vista apenas se observaban deficiencias en los pacientes. Así se descubrió que los dos hemisferios son como dos cerebros que pueden funcionar independientemente.

Pero, al someter a los operados a determinadas pruebas, se vio que los dos hemisferios cerebrales se distinguen claramente tanto por su naturaleza como por sus funciones respectivas.

Ya sabemos que los nervios de cada lado del cuerpo son gobernados por el hemisferio contrario. Todos los órganos están unidos al hemisferio contrario.

Si uno y otro hemisferio se diferencian claramente el uno del otro por sus funciones, copiosidad y respectivas responsabilidades:

EL HEMISFERIO IZQUIERDO podría denominarse “hemisferio verbal” pues es el encargado de la lógica y la estructura del lenguaje, de la lectura y la escritura. Descifra analítica y racionalmente todos los estímulos de estas áreas. Es decir: que piensa de forma digital. Además es el encargado del calculo y la numeración. La noción del tiempo se alberga asimismo en este hemisferio.

Fabián Santin FRC/FL

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