Cuando extraemos una carta de Tarot para que nos muestre una situación, el principio que opera es el concepto de sincronicidad, nada ocurre al azar. Extraemos la carta del Tarot que nos dice lo debemos saber, la que responde a nuestra pregunta.
Es un acuerdo que tiene cada vez más adeptos el que no existe "casualidad", sino "causalidad". Las cosas ocurren a través de un proceso de causa y efecto, conocido como "Ley de Causalidad", enunciado por Hermes Trimegisto, el padre de las escuelas herméticas (El Kybalión). Un evento lleva a otro, y éste genera otro y así sucesivamente, estableciendo una cadena causal en la cual el pasado determina al presente y éste el futuro.
El psicólogo suizo Carl G. Jung y el Premio Nobel de física (1945) Wolfgang Pauli colaboraron en el desarrollo de una teoría de las coincidencias que bautizaron con el nombre de "Sincronicidades". Concluyeron que existen dos principios de conexión en la naturaleza:
El primero era la causalidad ordinaria, estudiada por la ciencia. Esta es la causalidad lineal: si A causa B, entonces para que se dé B, debe ocurrir primero A.
El otro principio de conexión era el acausal. Este principio fue denominado por Jung y Pauli "sincronicidad" porque, contrariamente al principio de causalidad, los acontecimientos acausales admiten que dos hechos aparentemente inconexos se relacionen simultáneamente. Su lógica es la de la psiquis profunda, la lógica que sólo se halla en los sueños y en los mitos, pues la sincronicidad supone la ocurrencia de dos eventos no asociados ni causal ni mecánicamente, pero vinculados por una relación significativa.
Ejemplos de hechos sincrónicos
Narra el mismo Jung que una vez, en Zurcí, un paciente le describía un sueño con un escarabajo de oro y justo en ese momento, algo golpeó el vidrio de la ventana del despacho. Jung fue a ver qué era y al abrir la ventana penetró en la habitación un escarabajo muy similar al que describía el paciente, un scarabeide cetonia aurata, lo más próximo a un escarabajo de oro. Esto es un hecho sincrónico.
Muchas veces, soñamos con, un amigo que no vemos desde hace tiempo y al día siguiente nos lo encontramos en el lugar más inusual. O vamos al teléfono para llamar a un amigo o un pariente y el teléfono repica en ese instante y es él quien nos llama. Muchos llaman a estas situaciones coincidencias. Pero Jung creía que estos eventos eran indicativos de cómo nos interconectamos los seres humanos con la naturaleza en general y con otros seres humanos en particular, a través del inconsciente colectivo.
Jung nunca declaró su posición religiosa, pero esta idea de sincronicidad la hallamos en la perspectiva hindú de la realidad, en la cual nuestros Yo individuales son como islas en el mar. Nos hemos acostumbrado a ver el mundo y a los demás como islas o entes individuales y separados, pero no vemos nuestra conexión a través del suelo marino bajo las aguas.
Cuando soñamos o meditamos, nos metemos dentro de nuestro inconsciente personal, acercándonos más y más a la esencia: el inconsciente colectivo. En estos estados somos más permeables a las "comunicaciones" con otros Yo. La sincronicidad hace de la teoría de Jung una de las pocas que no sólo es compatible con los fenómenos parapsicológicos, como en este caso sería la telepatía, sino que incluso permite explicarlos.
Un hecho sincrónico es -sin duda- que el pintor florentino Rafael (1483 - 1520), reconocido por los temas religiosos de su obra, nació y murió un 6 abril y en ambas oportunidades era Viernes Santo. A esto, estimado lector, sumo yo otra sincronicidad más: en el año 2005, cuando investigada sobre este caso, era Abril ¡y viernes Santo!
Sincronicidad y Tarot
Cada carta del Tarot posee un significado que se relaciona directamente con estados del alma y circunstancias y tipología de personas. Es inespacial y atemporal, pues nos conecta con circunstancias del pasado, presente y futuro.
Tal como hemos visto antes, de acuerdo con la teoría de Jung, los Arcanos del Tarot representan arquetipos que sugieren aspectos de la vida. Por ello nos remiten no sólo a lo inmediato, lo evidente; sino que representan las experiencias de la persona, sus propias pasiones, deseos y motivaciones inconscientes, ya que los símbolos reflejan directamente lo que hay en nuestras memorias atávicas y memorias de nuestra vida individual.
Las circunstancias no suceden por azar. Nada ocurre por casualidad, como han demostrado la psicología humanista y la física cuántica. Ni siquiera existe la casualidad como tal (Sincrodestino, Deepak Chopra). Cuando seleccionamos y extraemos una carta para representar una situación o persona, el principio que opera es el de sincronicidad. Extraemos la carta justa para decirnos aquello que debemos saber, aquella cuyo simbolismo responde a nuestra pregunta.
Autor: Marinela Ramírez
Socióloga, Terapeuta Holística, Profesora de Tarot
Luis Angel
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