[De Lucis Trust]
(Extractos adaptados de los libros de Alice A. Bailey "Del Intelecto a la Intuición" y "La Luz del Alma")
Guía de Introducción a la Meditación
A. Observaciones Preliminares
B. Algunas Preguntas Pertinentes
C. Mecanismos del Proceso de Meditación
D. Algunas Sugerencias Preliminares
E. La Práctica de la Meditación
F. Esquema de Meditación
G. El Método de Meditación Raja Yoga
H. Necesidad de Precaución en la Práctica de la Meditación
A. Observaciones Preliminares
El creciente interés actual hacia la Meditación es una evidencia misma de la necesidad mundial que requiere una clara comprensión. Allí donde encontramos una tendencia general en cualquier dirección, focalizada y estable, es posible suponer que surgirá algo que la raza humana necesita en su marcha hacia adelante.
Que la meditación sea considerada, por aquellos que dan una definición aproximada, como un "modo de plegaria", desgraciadamente es cierto. Pero es posible demostrar que con una correcta comprensión del proceso de meditación, y su correcta adaptación a la necesidad de la civilización moderna, puede encontrarse la solución al actual impase en la educación, así como el método gracias al cual se descubrirá la realidad del alma como una certeza para todos – algo vivo que llamamos "Alma" a falta de un término mejor.
A lo largo de los siglos, ha habido una continua progresión en la evolución de la conciencia humana, y un constante crecimiento en el conocimiento de la naturaleza, del mundo en el que vivimos, así como una mayor comprensión del alcance de la noción de Globalidad, puesto que ahora, el mundo entero está conectado por la radio, el teléfono y la televisión. El Hombre es omnipresente y la mente es el principal factor que ha producido este aparente milagro.
"Hemos llegado a un entendimiento de las leyes que rigen al mundo natural y alguna de las que gobiernan el mundo síquico. Las leyes del llamado reino espiritual quedan por ser descubiertas y empleadas científicamente. Pocos las han conocido y hablaron de ellas a la humanidad, pero son utilizadas únicamente por los espíritus precursores de nuestra raza. Entre los pocos que aparecen como conocedores eminentes tenemos a Buda, Cristo, Platón, Aristóteles, Pitágoras, Meister Eckhart, Jacob Boehme, Spinoza - los nombres son muchos".
"¿No es acaso posible que muchos cientos de personas estén en condiciones de coordinar el cerebro, la mente y el alma, para trasponer el portal de la percepción mental hacia el reino de la luz, de la percepción intuitiva y el mundo de las causas?... Los Conocedores dicen que sí, e indican el camino".
(Del Intelecto a la Intuición, p. 111)
B. Algunas Preguntas Pertinentes
¿Cuáles son los objetivos de la meditación?
El objeto de la meditación es permitir al hombre ser en la manifestación externa lo que es en la realidad interna, e identificarse con su aspecto alma y no simplemente con sus características inferiores de la personalidad.
... los poderes del alma se desarrollan por medio de la meditación. Cada vehículo, por el cual se expresa el alma (en los planos físico, emocional y mental), contiene latente en sí cierta potencia inherente; pero el alma, fuente de todos ellos, la posee en su forma más pura y sublime...
Los poderes del alma se desenvuelven en forma normal y natural, no porque se deseen o desarrollen conscientemente, sino porque, a medida que el Dios interno ejerce control y domina Sus cuerpos, Sus poderes se manifiestan en el plano físico como potencialidades y son realidades conocidas.
La meditación necesita una preparación muy severa - el testimonio de los místicos e iniciados de todas las edades, pueden corroborarlo. El hecho de que otros se hayan realizado, puede alentarnos e interesarnos, pero únicamente eso, a no ser que emprendamos una acción definida.
Esto implica el desarrollo de la mente como un sentido que se ha sintetizado. el sentido común, rigiendo su empleo en relación con el mundo de la vida terrena, de las emociones y del pensamiento. Involucra también su orientación a voluntad hacia el mundo del alma, y su capacidad de actuar como intermediaria entre el alma y el cerebro físico.
La primera relación se desarrolla y fomenta por medio de los sensatos métodos educativos exotéricos y de entrenamiento. La segunda es posible por la meditación, una forma más elevada del proceso educativo.
(Idem, pp. 54-57)
¿Puede, cualquiera que lo desee, beneficiarse y dominar la técnica de meditación?
... Debe recordarse desde el comienzo, que el solo anhelo de meditar puede considerarse que indica el llamado del alma hacia el Sendero del Conocimiento. No debemos amedrentarnos si en ciertas cosas esenciales descubrimos que carecemos de las cualidades necesarias. La mayoría estamos más avanzados, mejor equipados y somos más inteligentes de lo que creemos. Todos podemos empezar a practicar la concentración desde ahora, si queremos.
Poseemos una gran masa de conocimientos, de poder mental, de actitudes, que nunca hemos extraído de los reinos del subconsciente, ni hemos llevado a la utilidad objetiva. Quien quiera haya observado los efectos de la meditación, producidos en el principiante, corroborará esta afirmación.
Los resultados del primer paso en la disciplina de la meditación, es decir, la concentración, son a menudo sorprendentes. Las personas se descubren a sí mismas; descubren facultades ocultas y una comprensión que nunca habían aplicado; desarrollan una percepción, incluso del mundo fenoménico, que para ellas es milagrosa; repentinamente registran la existencia de la mente y de que pueden utilizarla, y la diferencia entre el Conocedor y el instrumento del conocimiento se hace cada vez más evidente y reveladora.
Al mismo tiempo se produce una sensación de pérdida. Los antiguos estados de ensoñación, de beatitud y paz, otorgados por la oración y meditación mística, desaparecen, y se experimenta temporalmente un sentido de aridez, nulidad y vacuidad, siendo a menudo desesperante. Esto se debe a que el foco de la atención se ha alejado de las cosas de los sentidos, no importa lo bellas que sean.
Las cosas que la mente conoce y puede registrar, aún no se han plasmado; tampoco el mecanismo sensorio hace su impacto familiar sobre la conciencia. Es un período de transición que debe mantenerse hasta el momento en que el nuevo mundo empiece a impresionar al aspirante. Ésta es una de las razones por las cuales la persistencia y la perseverancia deben desempeñar su parte, particularmente en las primeras etapas del proceso de la meditación.
Uno de los primeros efectos de la práctica de la meditación es comúnmente una creciente eficiencia en la vida diaria, sea en el hogar, en el trabajo o en cualquier campo de la actividad humana. Emplear la mente en los asuntos del vivir es en sí, un ejercicio de concentración y produce notables resultados. Alcance o no el hombre la iluminación final, mediante la práctica de la concentración y la meditación, habrá adquirido mucho y enriquecido grandemente su vida, aumentado mayormente su utilidad y poder y ampliado su esfera de influencia.
Todo aquél que no sea puramente emocional, que tenga una regular educación y esté dispuesto a trabajar con perseverancia, puede emprender el estudio de la meditación con ánimo, empezar a organizar su vida y dar los primeros pasos en el sendero hacia la iluminación, y tal organización constituye uno de los pasos más difíciles. Téngase presente que todo paso inicial es difícil, porque deben neutralizarse hábitos y ritmos de muchos años; pero una vez dados y dominados dichos pasos, el trabajo resulta más fácil.
Se evidencia por lo tanto que la respuesta a nuestra pregunta es:
Primero: Aceptamos la hipótesis de que existe un alma y que esta alma puede ser conocida por el hombre capaz de entrenar y controlar su mente.
Segundo: Con esta hipótesis como base empezamos a coordinar los tres aspectos de la naturaleza inferior y a unificar la mente, las emociones y el cuerpo físico, en un todo organizado y comprensivo. Esto se logra mediante la práctica de la concentración.
Tercerp: A medida que la concentración se fusiona con la meditación (acto de concentración prolongada) se hace sentir la imposición de la voluntad del alma sobre la mente. Poco a poco, el alma, la mente y el cerebro, se ponen en armonía. En primer lugar la mente controla al cerebro y a la naturaleza emocional, luego el alma controla a la mente. Lo primero es consecuencia de la concentración; lo segundo, de la meditación.
De esta correlatividad de actividades, el investigador interesado logrará comprender que hay un verdadero trabajo que realizar y que la primera cualidad necesaria es perseverancia... la organización de la vida mental en todo momento y en todas partes, y la práctica regular de la concentración, diariamente a la misma hora si es posible, proporciona la orientación necesaria y estos dos elementos unidos nos garantizan el éxito.
(Idem, pp. 121-25)
¿Es nececesario retirarse a la soledad a fin de evocar el alma?
Para la mayoría de nosotros no puede ser cuestión de paz y de tranquilidad en medio de la multitud... la solución está en la comprensión exacta de nuestro problema y en el privilegio que tenemos de demostrar un nuevo aspecto de la antigua verdad.
En el milenario Oriente, unos pocos precursores aventureros buscaron la soledad, aseguraron las oportunidades y conservaron las reglas. Protegieron la técnica hasta el momento en que las masas estuvieran preparadas para avanzar en gran número, y no de uno o dos a la vez.
Ese momento ha llegado. En medio de la tensión y agitación del moderno vivir... los hombres y las mujeres pueden descubrir y descubren, el centro de paz dentro de sí mismos y pueden entrar y entran, en ese estado de positiva concentración silenciosa que les permite llegar a la misma meta y obtener el conocimiento de ellos mismos; el lugar de silencio, donde establecemos contacto con la vida del alma, es ese punto dentro de la cabeza donde el alma y el cuerpo se unen...
El hombre que puede entrenarse para estar suficientemente centralizado puede retirar sus pensamientos en un centro dentro de sí mismo, en cualquier momento y en cualquier lugar. Allí se realiza la gran obra de unificación.
(Idem, pp. 127-28).
La verdadera concentración nace de una vida concentrada y regida por el pensamiento. El primer paso para el aspirante es empezar por organizar su vida diaria, regularizar sus actividades de manera que su vida esté centrada y sea unilateral. Esto puede hacerlo quien tiene bastante interés en realizar el esfuerzo necesario y es capaz de llevarlo a cabo con perseverancia.
Cuando reorganizamos y ajustamos nuestra vida, ponemos a prueba nuestro temple y la fortaleza de nuestro deseo... Ningún aspirante puede negligir un deber. Cumple mejor con sus deberes hacia su familia y sus amigos, su trabajo y su profesión se desempeñan más completa y eficientemente.
(Idem, p. 126)
C. Mecanismos del Proceso de Meditación
La hipótesis, en la que se apoyan las teorías recogidas en esta publicación, podría exponerse en las siguientes proposiciones:
Una: El centro de energía por intermedio del cual actúa el alma se halla en la parte superior del cerebro. Durante la meditación, si ésta es efectiva, la energía del alma afluye al cerebro y produce un efecto preciso sobre el sistema nervioso. Pero si la mente no está controlada y predomina la naturaleza emocional (como ocurre en el caso del místico puro), el efecto se hace sentir principalmente en el mecanismo sensorio, en los estados emocionales del ser.
Cuando la mente es el factor dominante, entonces el mecanismo mental de la parte superior del cerebro entra en actividad organizada.El hombre adquiere una nueva capacidad para pensar clara, sintética y poderosamente...
Dos: En la región del cuerpo pituitario tenemos el asiento de las facultades inferiores, cuando están coordinadas en el ser humano de tipo superior. Allí se coordinan y sintetizan y - de acuerdo a ciertas escuelas acreditadas de sicología y endocrinología - residen las emociones y los aspectos más concretos de la mente (derivados de hábitos raciales e instintos heredados), y por lo tanto no exigen el ejercicio de la mente creadora o superior.
Tres: Cuando la personalidad (los estados físicos, emocional y mental) es de orden elevado, el cuerpo pituitario actúa con creciente eficacia, y la vibración del centro más cercano de energía llega a ser muy potente. Debe observarse que de acuerdo a esta teoría, cuando la personalidad es de orden inferior, cuando las reacciones son principalmente instintivas y la mente prácticamente está inactiva, entonces el centro de energía está cercano al centro plexo solar y predomina en el hombre la naturaleza animal.
Cuarto: El centro, situado en la región de la glándula pineal, y la parte superior del cerebro, entran en actividad cuando se aprende a enfocar atentamente la conciencia en la cabeza...
Las diversas avenidas de percepción de los sentidos se aquietan, y la conciencia del hombre real ya no afluye externamente a través de sus cinco avenidas de contacto. Los cinco sentidos quedan dominados por el sexto, la mente, y toda la conciencia y la facultad perceptiva del aspirante se sintetizan en la cabeza y se dirige hacia dentro y hacia arriba. De esta manera la naturaleza síquica queda subyugada y el plano mental se convierte en el campo de la actividad del hombre. Este proceso de retiro o abstracción, se verifica en etapas:
1. El retiro de la conciencia física o de percepción, por medio del oído, el tacto, la vista, el gusto y el olfato. Estos medios de percepción quedan momentáneamente dormidos. La percepción del hombre es puramente mental y la conciencia del cerebro es lo único activo en el plano físico.
2. El retiro de la conciencia en la región de la glándula pineal, de modo que el punto de comprensión del hombre se centralice en la región situada entre el medio de la frente y la glándula pineal.
Quinto: Cuando se ha hecho esto y el aspirante adquiere facilidad para enfocarse en la cabeza, el resultado de este proceso de abstracción es el siguiente:Los cincos sentidos van siendo sintetizados constantemente por el sexto, la mente. Éste es el factor coordinador. Más tarde, percibe que el alma tiene análoga función. La triple personalidad se pone así en comunicación directa con el alma y, por lo tanto, el hombre llega a ser con el tiempo inconsciente de las limitaciones de la naturaleza corporal, y el cerebro puede ser entonces impresionado directamente por el alma vía la mente. La conciencia del cerebro se mantiene en una condición de espera positiva con todas las reacciones del mundo fenoménico totalmente inhibidas, aunque temporalmente.
Sexto: La personalidad intelectual, de alto desarrollo, con su foco de atención localizado en la región del cuerpo pituitario, empieza a vibrar al unísono con el centro superior en la región de la glándula pineal. Entonces se establece un campo magnético entre el aspecto positivo del alma y la personalidad en expectativa, que se hace receptiva, debido al proceso de atención enfocada. Se dice que entonces irrumpe la luz, el hombre logra la iluminación y aparece la luz fenoménica en la cabeza.
Todo esto es el resultado de una vida disciplinada y del enfoque de la conciencia en la cabeza, producido a su vez por el intento de concentrarse en la vida diaria y mediante determinados ejercicios de concentración. A esto le sigue el esfuerzo de la meditación y más tarde - mucho después - se hace sentir el poder de la contemplación.
Éste es un breve resumen de la mecánica del proceso, siendo necesariamente sucinto e incompleto. Sin embargo, estas ideas deben ser aceptadas provisionalmente, antes de poder emprender con inteligencia la práctica de la meditación.
Habiendo formulado nuestra hipótesis y aceptándola momentáneamente, continuaremos con el trabajo hasta comprobar su falsedad, o mientras nos interesa. Una hipótesis no será necesariamente falsa por no lograr probarse a sí misma en el plazo que consideramos adecuado. La gente abandona frecuentemente su búsqueda en este campo del conocimiento, porque carece de la necesaria perseverancia o su interés se transfiere a otra parte.
Sin embargo, hemos determinado seguir adelante con nuestra investigación y dar tiempo a que las técnicas y fórmulas antiguas se comprueben a sí mismas. Cumpliremos los primeros requisitos y trataremos de que nuestra vida sea influida por una actitud mental más concentrada, a fin de practicar la meditación y concentración diariamente.
Si somos principiantes o poseemos una mente desordenada, fluídica, versátil o inestable, empezaremos por practicar la concentración. Si somos intelectuales disciplinados, lo único que debemos hacer es reorientar la mente hacia un nuevo campo de conocimiento y empezar a meditar verdaderamente. Es fácil enseñar a meditar al hombre cuyo interés se cifra en los negocios.
(Del Intelecto a la Intuición, pp. 128/31)
D. Algunas Sugerencias Preliminares
Encontrar Tiempo
Es bueno reservar cierto tiempo, cada día, al trabajo de meditación. Al principio, quince minutos son suficientes, y no debería intentarse practicarla durante más tiempo el primer año. En verdad podría decirse que no está interesado quien dice no disponer de quince minutos de los mil cuatrocientos cuarenta que constituye un día.
Ante todo, procuraremos hallar tiempo por la mañana temprano para la práctica de la meditación. La razón estriba en que después de haber participado de los acontecimientos del día y en el toma y daca general de la vida, la mente está en un estado de violenta vibración, lo cual no sucede si la meditación es la primera práctica de la mañana. Entonces la mente está relativamente aquietada y puede sintonizarse más rápidamente con los estados superiores de conciencia.
Si iniciamos el día enfocando nuestra atención en cosas espirituales y cuestiones del alma, vivimos el día en forma muy distinta. Si esta práctica se convierte en hábito, veremos muy pronto cambiar nuestras reacciones a las incidencias de la vida y empezaremos a pensar lo que el alma piensa. Entonces se realiza el proceso de la actuación de una ley, porque "como el hombre piensa, así es él".
Encontrar un Lugar para Meditar
Luego trataremos de buscar un lugar realmente tranquilo y libre de intromisiones. No quiero decir tranquilo en el sentido de que no haya ruido, porque el mundo está lleno de sonidos, sino un lugar donde podamos aislarnos de los demás.
Quisiera indicar una actitud que todo principiante debería asumir. Es la actitud de silencio. Los aspirantes a la meditación hablan mucho de la oposición que encuentran por parte de la familia y los amigos... En la mayoría de los casos es culpa del aspirante mismo... La gente habla demasiado. A nadie le importa qué hacemos durante quince minutos de nuestro tiempo cada mañana y no es necesario hablar de ello a la familia, ni exigirles estar quietos porque queremos meditar.
Si es imposible tener un momento pata meditar, antes que la familia se disperse para los quehaceres del día, o antes de iniciar nuestra tarea, busquemos el momento propicio durante el día. Siempre hay una salida para cualquier dificultad si lo deseamos suficientemente, en forma que no signifique eludir deberes u obligaciones. Siempre es posible encontrar quince minutos temprano por la mañana.
(Del Intelecto a la Intuición, pp. 131/133)
E. La Práctica de la Meditación
Posición
Habiendo encontrado el momento y el lugar, sentémonos cómodamente y empecemos a meditar. Entonces surge la pregunta ¿cómo debemos sentarnos?, ¿Cuál es la mejor posición, las piernas cruzadas, arrodillados, sentados o de pie? La posición más fácil y normal es siempre la mejor.
La posición con las piernas cruzadas ha sido, y aún es, la más corriente en Oriente... Algunas de las posturas tienen relación con el sistema nervioso y con esa estructura interna de nervios sutiles que los hindúes denominan nadis, que subyacen en el sistema nervioso, como se lo conoce en Occidente.
El inconveniente de tales posturas conduce a dos reacciones, hasta cierto punto indeseables; nos llevan primero, a concentrar la mente en la mecánica del proceso y no en su finalidad; segundo, con frecuencia producen un agradable sentido de superioridad, basado en la intención de hacer algo que la mayoría no hace y que permite destacarnos como conocedores en potencia. Nos absorbe el aspecto forma de la meditación y no el Originador de la forma. Nos preocupamos del no-yo en lugar del Yo.
Debemos elegir esa postura que nos haga olvidar más fácilmente el cuerpo físico. Para el occidental probablemente la mejor postura es estar sentado: lo importante es que nos sentemos erguidos, con la columna vertebral en línea recta, relajados (sin dejarse caer) para que no haya tensión en ninguna parte del cuerpo, bajando la barbilla parcialmente a fin de eliminar toda tensión en la nuca... La meditación es un acto interno y se practica con éxito sólo cuando el cuerpo está relajado, en posición adecuada y, luego, olvidado.
Respiración
Obtenida la comodidad física y el relajamiento, y habiendo retirado la conciencia del cuerpo, observamos a continuación nuestra respiración. Veamos si es tranquila, regular y rítmica.
Considero útil hacer una advertencia acerca de los ejercicios respiratorios, que no son recomendables sino para quienes primeramente han practicado durante años en debida forma la meditación y la purificación de la naturaleza corpórea... En las antiguas enseñanzas de Oriente no se permitía el control de la respiración, sino después de haberse perfeccionado en los tres primeros "medios de unión", y a condición de ajustarse a las instrucciones apropiadas.
La práctica de ejercicios respiratorios nada tiene que ver con el desarrollo espiritual. Interesa sólo y profundamente al desarrollo psíquico y pueden resultar numerosas dificultades así como peligros. Los instructores elegían antiguamente a algunos individuos para este tipo de enseñanza, que, sumado al entrenamiento, había producido ya cierta medida de contacto con el alma, pudiendo ésta guiar las energías evocadas por la respiración, impulsar sus objetivos y servir mundialmente.
Por lo tanto, lo único que debemos procurar es que nuestra respiración sea tranquila y regular; entonces retiraremos totalmente nuestro pensamiento del cuerpo y empezaremos la tarea de concentración.
La Visualización y la Utilización Creativa de la Imaginación
El siguiente paso en la práctica de la meditación es el empleo de la imaginación. Nos imaginamos al triple hombre inferior alineado, o en comunicación directa con el alma. Hay varias maneras de hacerlo. A esto lo llamamos práctica de la visualización. La visualización, la imaginación y la voluntad, parecen ser tres factores muy potentes en todo proceso creador. Son las causas subjetivas de muchos de nuestros efectos objetivos.
Al principio la visualización es en gran parte cuestión de fe experimental. Sabemos que mediante el proceso de razonamiento, llegamos a la comprensión de que dentro y más allá de los objetos manifestados, existe un objeto o canon ideal, que está tratando de manifestarse en el plano físico. La práctica de la visualización, la imaginación y el empleo de la voluntad, son actividades calculadas para acelerar la manifestación de este Ideal.
Al visualizar, utilizamos nuestra concepción más elevada de lo que ese ideal puede ser, revestido de cierto tipo de materia, generalmente mental, pues aún somos incapaces de concebir formas y tipos más elevados de sustancia con la cual envolver nuestras imágenes.
Al imaginar una representación mental, la sustancia mental de nuestra mente establece cierto ritmo de vibración que atrae hacia sí el correspondiente grado de sustancia mental, en que la mente está sumergida. La voluntad mantiene esta imagen fija y le da vida. Este proceso continúa, seamos o no capaces de verlo con el ojo mental. No tiene importancia que podamos o no verlo, porque el trabajo creador se realiza igualmente. Quizás podamos alguna vez seguir y ejecutar conscientemente todo el proceso.
En conexión con este trabajo, en la etapa del principiante, algunas personas se imaginan a los tres cuerpos (los tres aspectos de la naturaleza forma) vinculados por un cuerpo radiante de luz, o visualizan tres centros de energía vibrante que recibe el estímulo de un centro más elevado y poderoso; otros imaginan al alma como un triángulo de fuerza, unido al triángulo de la naturaleza inferior - vinculado por el "cordón plateado", mencionado en la Biblia cristiana, el sutratma o hilo del alma de las escrituras orientales, la "línea de la vida" de otras escuelas de pensamiento. En cambio otros mantienen la idea de una personalidad vinculada con la Divinidad que mora internamente, ocultando en sí misma a esa Divinidad, "Cristo en nosotros, esperanza es de gloria".
Tiene poca importancia la imagen elegida, siempre que se inicie con la idea fundamental de que el Yo trata de establecer contacto con el no-yo, utilizar su instrumento en los mundos de la expresión humana y viceversa, impulsar al pensamiento de ese no-yo para que se dirija hacia la fuente de su ser. Una vez realizado, puede continuarse con la práctica de la meditación. El cuerpo físico y la naturaleza de deseos se sumergen a su vez bajo el nivel de la conciencia, entonces nos centramos en la mente y tratamos de someterla a nuestra voluntad.
La Concentración
Precisamente aquí enfrentamos el problema. La mente se niega a amoldarse a los pensamientos que decidimos pensar, y recorre todo el mundo en su acostumbrada búsqueda de temas. Pensamos en lo que vamos a hacer durante el día, en lugar de reflexionar sobre nuestro "pensamiento simiente"; recordamos a alguien a quien debemos ver o alguna actividad que demanda nuestra atención; empezamos a pensar en algún ser querido, e inmediatamente descendemos al mundo de las emociones, debiendo empezar el trabajo de nuevo.
De manera que reunimos nuevamente nuestros pensamientos y los retomamos con mucho éxito durante medio minuto, pero de pronto recordamos una cita o una diligencia que alguien está gestionando y volvemos otra vez al mundo de las reacciones mentales, quedando olvidada la línea de pensamientos. Nuevamente reunimos nuestras ideas diseminadas y retomamos la tarea de someter a la mente obstinada. Pero, con la práctica, seremos capaces de mantener en mayor o menor medida cierto grado de uniformidad.
¿Cómo es posible? Siguiendo una fórmula o delineamiento, al practicar la meditación y automáticamente, se establece un círculo infranqueable alrededor de la mente, que dice "llegarás hasta aquí y nada más". Deliberadamente y con intento inteligente, establecemos los límites de nuestra actividad mental, en tal forma, que forzosamente tenemos que darnos cuenta cuando salimos de esos límites. Entonces sabemos que tenemos que retirarnos dentro del muro que hemos elevado para nuestra perfección.
(Del Intelecto a la Intuición, pp. 133/138)
F. Esquema de Meditación
Para desarrollar la concentración
Etapas
1. Lograr control y comodidad física.
2. Procurar que la respiración sea rítmica y regular.
3. Visualizar el triple yo inferior (físico, emocional y mental):
1. En contacto con el alma.
2. Como canal para la energía del alma, que por la mente llega directamente al cerebro, desde donde puede controlarse el mecanismo físico.
4. Concentrarse definidamente, aplicando la voluntad. Esto implica el esfuerzo por mantener la mente fija en cierta fórmula de palabras, de modo que se aclare en la conciencia su significado, no las palabras, ni el hecho de que estamos tratando de meditar.
5.
Pronunciar con atención enfocada, lo siguiente:
"Más radiante que el sol, más puro que la nieve, más sutil que el éter, es el Yo, el espíritu que reside en mi; Yo soy Ése Yo. Ése Yo soy Yo".
6.
Concentrarse sobre las palabras:
"Dios, tú me ves".
No debe permitirse a la mente vacilar cuando se concentra en su significación, significado e implicaciones.
7.
Deliberadamente debe finalizarse la tarea de concentración diciendo, con la mente reenfocada en las ideas subyacentes, la afirmación final:
"Hay una paz que a toda comprensión trasciende; reside en los corazones de quienes viven en lo Eterno. Hay un poder que todas las cosas renueva; es el que vive y se mueve en quienes saben que el Yo es uno".
(Idem, p.138/139)
Es necesario seguir alguna fórmula de meditación durante varios años, si no la hemos practicado previamente y, generalmente, hasta los que llegaron a la etapa de la contemplación se someten frecuentemente a prueba, utilizando una fórmula para asegurarse de que no han caído en una pasividad negativa emocional.
(Idem, p. 138)
Hay muchos otros delineamientos de meditación que traen los mismos resultados, y también muchos otros para estudiantes avanzados. Hay delineamientos de meditación preparados para producir ciertos resultados específicos en determinadas personas, pero evidentemente no pueden incluirse aquí, siendo sólo posible dar una fórmula general de meditación que no ofrezca peligros. En todas ellas, sin embargo, lo primero que debe tenerse en cuenta es mantener la mente activa y ocupada con las ideas y no con el esfuerzo por concentrarse. Tras todas las palabras pronunciadas y las etapas a seguirse, debe haber la voluntad de comprender y una actividad mental intensa y concentrada.
En la sexta etapa, en que se hace un esfuerzo para meditar sobre cierta forma de palabras que velan una verdad, no debe haber nada automático en el proceso. Es muy fácil provocar en uno mismo una condición hipnótica, mediante la repetición rítmica de ciertas palabras. Se dice que Tennyson provocó en sí mismo un elevado estado de conciencia, repitiendo su propio nombre. Ésta no es la finalidad. El trance o la condición automática es peligrosa. El medio seguro es una actividad mental intensa, confinada en el campo de las ideas, abierto por un determinado "pensamiento simiente", o tema de meditación. Esta actividad excluye todos los pensamientos extraños, excepto los que despiertan las palabras en consideración.
Para ayudar al principiante confundido y desalentado porque era incapaz de pensar cuando y como él queria, Alice Bailey da el consejo siguiente:
"Imagínese que debe dar una conferencia sobre un tema. Véase formulando las notas sobre lo que va a hablar. Guíe a su mente de una etapa a otra y hallará que transcurrieron cinco minutos sin que su atención se desviara, debido al gran interés puesto".
El método correlativo sugerido es un medio seguro para el neófito. Se le ocurrirán otros al estudiante inteligente. Mundos enteros de pensamientos que puede recorrer a voluntad (observen estas palabras), se abren a la mente, siempre que tengan que ver con el pensamiento–simiente y se relacionen definidamente con la idea elegida sobre la que tratamos de concentrarnos. Evidentemente cada persona seguirá la inclinación de su propia mente (artística, científica o filosófica), y para ella será la línea de menor resistencia.
(Idem, pp. 139/141)
G. El Método de Meditación Raja Yoga
(Sugerencias preliminares para los que desean ir más allá de la etapa de principiante).
Patanjali recopiló las enseñanzas que, hasta él, habían sido trasmitidas oralmente durante muchos siglos. Fue el primero en transcribir la enseñanza para los estudiantes, por eso se lo considera fundador de la Escuela Raja Yoga.
La fecha del nacimiento de Patanjali es desconocida; existe mucha controversia sobre ello. La mayoría de los autores occidentales la fijan entre los años 820 y 300 a.C., aunque uno o dos la fijan después de J.C.; los indúes, que se supone saben algo al respecto, fijan una fecha muy anterior, algunos hasta 10.000 años a.de J.C.
Los Aforismos de la Yoga son la enseñanza básica de la Escuela Trashimaláyica, a la cual pertenecen la mayoría de los Maestros de Sabiduría. Muchos estudiosos sostienen que los Esenios y otras Escuelas místicas de entrenamiento y pensamiento, íntimamente relacionadas con el fundador del cristianismo v con los cristianos primitivos, están basadas en el mismo sistema y que sus Instructores fueron preparados en la gran Escuela Trashimaláyica.
(La Luz del Alma, p. 11)
El primer paso para este desenvolvimiento es la concentración, o la capacidad de mantener la mente firme y sin desviarse sobre aquello que el aspirante ha elegido. Este primer paso es la etapa más difícil del proceso de la meditación, e implica la capacidad constante e incansable de hacer volver la mente al "objeto" elegido por el aspirante para concentrarse. Las etapas para la concentración están bien definidas y pueden ser enumeradas como sigue:
1. Elección del objeto en el cual se va a concentrar.
2. Retiro de la conciencia mental de la periferia del cuerpo, a fin de aquietar las avenidas de percepción y contacto externo (los cinco sentidos), entonces la conciencia ya no se exterioriza.
3. Centralización de la conciencia, fijándola en la cabeza. En el punto medio entre las cejas.
4. Aplicación de la mente, o poner la mayor atención posible al objeto elegido para la concentración.
5. Visualización del objeto, percepción imaginativa y razonamiento lógico del mismo.
6. Extensión de los conceptos mentales formados, de lo específico y particular a lo general y lo universal o cósmico.
7. Proponerse alcanzar lo que se halla detrás de la forma considerada, o llegar hasta la idea responsable de la forma.
Este proceso eleva gradualmente la conciencia y permite al aspirante llegar al aspecto vida de la manifestación, en vez del aspecto forma. Sin embargo, se empieza por la forma u "objeto". Los objetos, en los cuales se puede uno concentrar son de cuatro tipos:
1. Objetos externos, como imágenes de la deidad, cuadros o formas de la naturaleza.
2. Objetos internos, como los centros del cuerpo etérico.
3. Cualidades, como las diversas virtudes, a fin de despertar el deseo de poseerlas, y hacer que lleguen a formar parte del contenido de la vida personal.
4. Conceptos mentales, o esas ideas incorporadas en los ideales, subyacentes en todas las formas animadas, y que pueden asumir la forma de símbolos o de palabras.
La convicción de que son necesarios los "objetos" para concentrarse, originó la demanda de imágenes, esculturas sagradas y cuadros. Todos estos objetos implican el empleo de la mente concreta inferior, etapa preliminar necesaria. El empleo de tales objetos permite el control de la mente, de manera que el aspirante pueda hacer de ella lo que quiera.
Los cuatro tipos de objetos ya mencionados llevan gradualmente al aspirante hacia adentro y le permiten transferir su conciencia desde el plano físico al reino etérico, de allí al mundo del deseo o de las emociones, y progresivamente al mundo de las ideas y conceptos mentales.
Este proceso se desarrolla en el cerebro, y todo el hombre inferior es llevado a un estado de coherente atención en una sola dirección, donde todos los aspectos de su naturaleza están dirigidos a lograr una atención fija, o una concentración de todas las facultades mentales... Esta percepción clara, unilateral y tranquila de un objeto, sin que otro objeto o pensamiento penetre en la conciencia, es muy difícil de obtener. Cuando puede mantenerse durante doce segundos, entonces se está logrando la verdadera concentración.
La meditación es sólo la prolongación de la concentración; proviene de la facilidad con que el aspirante consigue "fijar la mente" a voluntad en un objeto determinado. Está sujeta a las mismas reglas y condiciones de la concentración, la única diferencia es el factor tiempo.
(Idem, pp. 158/160)
H. Necesidad de Precaución en la Práctica de la Meditación
La Energía Sigue al Pensamiento
La ley fundamental que rige toda la práctica de la meditación, es la que antiguamente formularon los videntes de la India hace siglos, según la cual "la energía sigue al pensamiento". Desde la región de las ideas (o del conocimiento del alma) fluye energía... se filtra poco a poco en las densas mentes de los hombres, y a ello pueden atribuirse todos los movimientos progresistas de la época actual, todas las organizaciones de bien común y mejoramiento grupal, todos los conceptos religiosos y todo conocimiento externo de las Causas que producen la objetividad.
Puede afirmarse que toda forma, ya sea la de una máquina, un orden social o un sistema solar, es la materialización del pensamiento de algún pensador o grupo de pensadores. Es un tipo de trabajo creador... y el trabajo ha sido concentrado con una energía de determinado tipo. El estudiante de meditación debe, por lo tanto, recordar que trabaja siempre con energías, las cuales varían y tienen un efecto definido sobre las energías de que él mismo está compuesto.
Es evidente, en consecuencia, que el hombre que aprende a meditar debe procurar realizar dos cosas:
Primero: traer a la mente y luego interpretar correctamente aquello que ha visto y con lo cual se ha puesto en contacto, y luego trasmitirlo con exactitud y precisión al atento e impresionable cerebro.
Segundo: conocer la naturaleza de las energías con las que hace contacto y entrenarse para utilizarlas correctamente. Podría darse un ejemplo práctico universalmente reconocido. Cuando nos sentimos arrastrados por la ira o la irritabilidad, instintivamente empezamos a gritar. ¿Por qué? Porque la energía emocional nos domina. Aprendiendo a controlar la energía de la palabra hablada, empezamos a dominar este tipo particular de energía emocional.
Ambas ideas, correctas interpretación y trasmisión y correcto empleo de la energía, resumen toda la práctica de la meditación. Evidencian también el problema que enfrenta el estudiante y por qué todos los instructores inteligentes de la técnica de la meditación recomiendan a sus discípulos la necesidad de que procedan despacio y con cuidado.
(
Del Intelecto a la Intuición, pp. 145/146)
La Necesidad de Discernimiento
El estudiante debe aprender a diferenciar los campos de percepción que se le abrirán, a medida que se hace más sensible y conoce el carácter de lo que ve y oye. Consideraremos brevemente algunos fenómenos de la mente inferior, que los estudiantes constantemente interpretan mal.
Algunos, por ejemplo, registran un arrobador encuentro con el Cristo o alguna gran alma que se les aparece cuando meditan, les sonríe y les dice: "Alégrate, estás haciendo un gran progreso. Eres uno de los trabajadores elegidos y te será revelada la verdad", o algo igualmente fatuo... ¿Qué ha ocurrido realmente? ¿Ha visto el estudiante al Cristo?
Aquí debe recordarse la verdad de que "los pensamientos son cosas" y que todos los pensamientos toman forma... El poder de la imaginación creadora recién ahora empieza a presentirse y es posible ver lo que queremos ver, aunque no esté allí. El deseo del aspirante por progresar y su arduo esfuerzo, lo han obligado a despertarse o a ser consciente en el plano síquico, el plano de las imaginaciones vanas, de los deseos y de las realizaciones ilusorias...
El mundo de la ilusión está lleno de estas formas mentales, construidas en el trascurso de las edades por los amorosos pensamientos los hombres, y el individuo, actuando por medio de su propia naturaleza síquica (la línea de menor resistencia para la mayoría), llega a hacer contacto con tal forma mental, la confunde con la realidad, y se la imagina diciendo todo lo que quisiera que diga... Todos corremos el peligro de engañarnos de la misma manera cuando empezamos a meditar, si la mente discernidora no está alerta, o si tenemos secretas aspiraciones de sobresalir espiritualmente y sufrimos un complejo de inferioridad, el cual debe ser neutralizado.
El punto que el estudiante debe recordar es que todo conocimiento e instrucción es transmitido a la mente y al cerebro por la propia alma del hombre, la cual ilumina su camino. Los Instructores y Maestros de la raza trabajan por mediación de las almas. Nunca se reiterará esto suficientemente. El primer deber de cada aspirante debería ser la práctica perfecta de la meditación, el servicio y la disciplina, y no establecer contacto con una gran Alma. Quizá sea menos interesante, pero lo protege de la ilusión. Si lo hace, los resultados elevados se manifestarán por sí mismos.
Por lo tanto, si se le presenta alguna aparición, y tal entidad hace comentarios trillados, debe utilizar el mismo criterio que emplearía en los negocios o en la vida común, si alguien se le presentara y dijera: "tienes un gran trabajo en tus manos, vas bien, observamos y sabemos, etc., etc.,". Probablemente soltaría una carcajada y continuaría con la actividad o deber del momento.
(Idem, pp. 147/150)
Podrían mencionarse otras formas de ilusión, porque el primer mundo que el aspirante alcanza generalmente es el psíquico, el de la ilusión. Esto tiene su utilidad, y penetrar en él es una de las experiencias más valiosas, siempre que las reglas del amor y la impersonalidad guíen al aspirante y todos los contactos sean sometidos a la mente discriminadora y al prevaleciente sentido común... Es útil registrar y luego olvidar lo que se ve y oye, hasta empezar a actuar en el reino del alma, pues entonces no les interesará recordarlo.
(Idem, pp. 153)
Los Escritos Inspirados
Otro efecto de la meditación muy prevaleciente en esta época, es el diluvio de los denominados escritos inspirados, a los que en todas partes se les da mucha importancia... Proceden de muy diferentes fuentes internas; ...indican un espíritu de amorosa aspiración; no dicen nada nuevo, sino que repiten lo ya dicho tantas veces; contienen muchas afirmaciones y frases relacionadas con los escritos de los místicos o con las enseñanzas cristianas; quizá encierren algunas profecías sobre acontecimientos futuros (generalmente deplorables y terribles y muy raras veces auspiciosas).
¿Cómo es posible diferenciar los escritos inspirados de un verdadero conocedor, de este cúmulo de literatura que inunda la mente del público en la actualidad?
... El escrito realmente inspirado carecerá totalmente de referencias personales; emitirá una nota de amor y no contendrá nada que despierte odios y erija barreras raciales; trasmitirá conocimiento definido y su autoridad residirá en la respuesta de la intuición; responderá a la ley de analogía, y se adaptará al cuadro mundial. Sobre todo contendrá la impronta de la sabiduría divina y llevará a la raza un poco más adelante.
Los verdaderos servidores de la raza y quienes hacen contacto con el mundo del alma, por la meditación, no tienen tiempo para exponer generalidades... no les interesa la buena opinión de cualquier persona, encarnada o desencarnada, sino únicamente la aprobación de su propia alma, interesados vitalmente en el trabajo precursor del mundo. Tampoco harán nada para nutrir el odio y la separatividad ni fomentar el temor; ... avivarán la llama del amor dondequiera vayan; enseñarán la verdadera inclusividad de la hermandad y no un sistema que enseñe la hermandad a unos pocos, excluyendo al resto.
Reconocerán a todos los hombres como Hijos de Dios...tampoco consideran una raza mejor que otra, aunque reconozcan el plan evolutivo y la labor que corresponde a cada raza. En resumen, tratarán de educar el carácter de los hombres, no malgastarán el tiempo destruyendo personalidades, ni se ocuparán de efectos o resultados. Trabajarán en el mundo de las causas y enunciaran principios.
(Idem, pp. 150/153)
Problemas de Sobreestimulación
Los estudiantes con frecuencia se quejan de un sobreestímulo y una acrecentada energía que son incapaces de manejar, y dicen que al tratar de meditar se sienten indebidamente inquietos o con deseos de llorar; experimentan períodos de intensa actividad, donde corren de un lado a otro, sirven, hablan, escriben y trabajan...Otros se quejan de cierto dolor en la cabeza, de una molesta vibración en la frente o en la garganta después de meditar. Sufren, además, de insomnio.
En realidad, están sobre estimulados. Los principiantes en la ciencia de la meditación atraviesan por dificultades que deben superar cuidadosamente. Si se manejan en forma correcta desaparecerán pronto, pero si se descuidan pueden conducir a serios trastornos. Todo aspirante ansioso e interesado, constituye él mismo una dificultad en esta etapa, porque su ansia por dominar la técnica de la meditación, le hace olvidar las reglas... a pesar de todo lo que le diga el instructor o las advertencias hechas.
En vez de sujetarse a la fórmula señalada de quince minutos, trata de forzarse y dedicar treinta minutos; en vez de seguir el delineamiento establecido, trata de sostener la concentración el mayor tiempo posible, y en el máximo esfuerzo olvida que está aprendiendo a concentrarse y no a meditar. Por lo tanto sufre de insomnio, sobreviniéndole el colapso nervioso, culpando al instructor y considerando peligrosa esta ciencia; sin embargo, el verdadero culpable es él mismo. Al presentarse alguna de estas dificultades primordiales, debería suspenderse momentáneamente la práctica de la meditación o hacerla con más lentitud.
En los tipos mentales o en el caso de quienes ya tienen cierta facilidad en "centrar su conciencia" en la cabeza, se sobreestimulan las células del cerebro, dando lugar a dolores de cabeza, insomnio, sensación de plenitud o vibración perturbadora, entre los ojos o en la parte superior de la cabeza. Otras veces, se tiene la sensación de una luz enceguecedora, similar a un repentino relámpago o destello de electricidad, que se ve con los ojos cerrados, lo mismo en la oscuridad que en la luz.
Cuando esto ocurre, el período de la meditación debe reducirse de quince a cinco minutos, o practicar la meditación día por medio [altenando un día si, un día no], hasta que las células del cerebro se hayan ajustado al nuevo ritmo y al creciente estímulo. No hay motivo de ansiedad si se es prudente y se utiliza el sentido común.
En los temperamentos emocionales, la dificultad se siente primeramente en la región del plexo solar. El estudiante es propenso a la irritabilidad, ansiedad y preocupación; las mujeres, especialmente, tienen disposición a llorar con facilidad y a veces a sentir náuseas, pues hay una íntima relación entre la naturaleza emocional y el estómago, como lo prueban los vómitos que se producen en casos de sobresalto, temor o intensa emoción. Se aplica, como en los primeros casos, la misma regla, el sentido común y la práctica más cuidadosa y más lenta del proceso de meditación.
Sensibilidad Excesiva
Podría mencionar otro efecto del sobreestímulo. Hay personas que se hacen excesivamente sensibles. Los sentidos trabajan en exceso y sus reacciones son más agudas. Se apropian de las condiciones físicas y psíquicas de quienes los rodean, están totalmente abiertas, por así decirlo, a los pensamientos y temperamentos de otras.
Su terapéutica no consiste en acortar los períodos de meditación -que deben continuar de acuerdo al programa- sino en interesarse en forma más mental sobre la vida, el mundo de las ideas, algún tema que tienda a desarrollar la capacidad mental... La cura se obtendrá enfocando la atención en la vida y sus problemas, y efectuando un intenso trabajo mental... El desarrollo cabal es siempre necesario, y la mente entrenada debe ir a la par del crecimiento en la vida espiritual.
(Idem, pp. 153/155)
El Estímulo Sexual
Muchas personas, particularmente hombres, encuentran que la naturaleza animal requiere atención cuando comienzan a meditar. Descubren en si mismos deseos incontrolados, además de efectos fisiológicos que causan agudo malestar y desaliento. Una persona puede poseer altas aspiraciones y sentir un fuerte anhelo hacia la vida espiritual y al mismo tiempo tener aspectos en su naturaleza aún incontrolados.
La energía que afluye durante la meditación, desciende a través del mecanismo y estimula todo el sistema sexual. Siempre se descubre y estimula el punto débil. La cura de esta condición puede resumirse en estas palabras: control de la actividad mental y trasmutación.
La enseñanza oriental dice que la energía generalmente dirigida a la actividad sexual debe ser elevada y conducida a la cabeza y a la garganta, particularmente a esta última, que según se expone, es el centro del trabajo creador. Expresándolo en términos occidentales significa que aprendemos a transmutar la energía utilizada en el proceso procreador o en pensamientos sexuales, y a utilizarla creadoramente en escritos, en esfuerzos artísticos o en alguna actividad grupal.
La transmutación no es por cierto la muerte de una actividad o el cese de una función en cualquier nivel de conciencia, en bien de otro superior. Constituye la correcta utilización de los distintos aspectos de la energía, donde el Yo cree que debe emplearse para impulsar los fines de la evolución y ayudar en el Plan.
El aspirante a la vida del espíritu se somete no sólo a las leyes del reino espiritual, sino también a las costumbres legalizadas de su época y tiempo. Por consiguiente, regulariza su vida física cotidiana de tal manera, que el hombre de la calle reconoce en él la moralidad, la rectitud y la corrección, con que se presenta ante el mundo. Un hogar que esté fundamentado en una verdadera y feliz relación entre el hombre y la mujer, en la mutua confianza, colaboración y comprensión, y donde resalten los principios de la vida espiritual, es una de las mejores ayudas que se puede proporcionar al mundo en la actualidad.
(Idem, pp. 155/157)
Meditación sobre los Centros
Es conveniente, además referirnos a los peligros a que se exponen quienes responden al llamado de instructores que buscan alumnos "para desarrollar la mediumnidad". Se les enseña a meditar sobre algún centro de energía, generalmente el plexo solar, a veces el cardíaco y, lo curioso, nunca el coronario. La meditación sobre un centro está basada en la ley según la cual la energía sigue al pensamiento y conduce a estimular directamente a dicho centro, con la resultante demostración de las características particulares, de las cuales estos puntos focales -diseminados por todo el cuerpo humano- son responsables. Debido a que la mayoría de las personas actúan principalmente por medio de las energías acumuladas abajo del diafragma (la energía sexual y la emocional), su estímulo es muy peligroso.
Teniendo esto en cuenta ¿por qué arriesgarse? ¿Por qué no aprender a actuar como el hombre espiritual, desde ese punto descrito en forma tan amena por los escritores orientales, "el trono entre las cejas", y desde este elevado lugar controlar los aspectos de la naturaleza inferior y guiar la vida cotidiana por los caminos de Dios?
(Idem, pp. 157/158)
La Necesidad de Sentido Común
Casi todos los peligros de la meditación derivan de nuestras virtudes, y en ello reside gran parte de las dificultades, consistiendo, principalmente, en un sutil concepto mental que va más allá de la Capacidad de los vehículos inferiores, especialmente del físico denso... Sólo trato de hacer resaltar la absoluta necesidad de que el estudiante ocultista posea, como una de sus cualidades básicas, un fuerte sentido común, además de un feliz sentido de la proporción, que lo impulse a tomar las debidas precauciones y a adoptar métodos adecuados a las necesidades inmediatas. En consecuencia, se recomienda al hombre que emprende de todo corazón el proceso de la meditación ocultista:
1. Conócete a ti mismo.
2. Avanza despacio y con precaución.
3. Estudia los efectos.
4. Cultiva la idea de que la eternidad es larga, y lo que se construye despacio es perdurable.
5. Busca la regularidad.
6. Convéncete de que los verdaderos efectos espirituales deben observarse en la vida exotérica de servicio.
7. Recuerda también que los fenómenos síquicos, no indican que se practica la meditación con éxito.
El mundo verá los efectos y los podrá juzgar mejor que el estudiante. Ante todo, el Maestro lo sabrá, porque verá los resultados en los niveles causales, mucho antes de que el hombre mismo sea consciente de cualquier progreso.
(Cartas sobre Meditación Ocultista, pp. 77/78)
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